‘Muy lejos de casa’, de Peter Carey: un nuevo golpe de volante

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‘Muy lejos de casa’, de Peter Carey: un nuevo golpe de volante

Si Peter Carey (Australia, 1943) fuese una ‘rock star’ sería, sin duda, David Bowie. Por lo talentoso, sí, pero ‘también’ por ese adjetivo que siempre se le colgó al creador de Ziggy Stardust: ‘camaleónico’. Porque una rápida revisión a la obra de Carey —entrando y saliendo de numerosos boxes editoriales en español y ahora corriendo para la noble escudería Piel de Zapa— cuenta y da cuenta de su maestría para narrar y, además, de que nada que pueda ser narrado magistralmente le es ajeno . Así —con dos premios Booker en su palmarés— obesos kafkianos, autómatas digestivos, iglesias de cristal macondianas, gusanos informáticos, expatriados en América, pistoleros legendarios, Tocqueville en el Nuevo Mundo, reescritura de Dickens, falsificadores divorcistas y hasta un findemundista guion para Wim Wenders.NOVELA ‘Muy lejos de casa’ Autor Peter Carey Editorial Piel de Zapa Año 2024 Páginas 350 Precio 22 euros 4 Con ‘Muy lejos de casa’ —novela número catorce, última hasta la fecha— Carey da un nuevo golpe de volante y acelera a fondo para transmitir el tránsito de Irene Bobs (esposa de Tich Bobs, el mejor vendedor de autos de Victoria) junto a su melancólico y un tanto torturado copiloto y amante de los mapas Willie Bachhuber corriendo la exigente carrera Redex Trail alrededor del continente australiano en los años ’50s del siglo XX donde se batieron a duelo los modelos de la Ford y de la General Motors. Casi 20.000 kilómetros en diecisiete días manteniendo velocidad promedio para no perder puntos. Una odisea por caminos polvorientos, cauces de ríos secos, bordes de precipicios con desprendimientos de rocas y canguros a esquivar. Participar equivalía a ser famoso, ganarla a convertirse en leyenda viva. Y a lo largo y ancho de todo eso, por fin, Carey —luego de andar dando vueltas por todas partes— coge la curva muy cerrada y peligrosa del racismo en su tierra. De acuerdo: Carey siempre exploró lo australiano, pero nunca lo hizo así.Inquieta ‘road novel’ pero, además, firme y meditada reflexión sobre las relaciones entre imperiales y aborígenesAlternando voces en primera persona (la de Irene y la de Willie), ‘Muy lejos de casa’ es una inquieta y aventurera ‘road novel’ en toda regla pero, además, es una firme y meditada reflexión sobre las relaciones entre imperiales y aborígenes con más de una sorpresa étnica que no resultará prudente revelar antes de que el lector alcance la línea de llegada. Y —cabe apuntarlo— Carey asume todo lo anterior regresando a sus orígenes: sus padres llevaron un taller mecánico en Bacchus Marsh y en estas páginas se percibe una adoración casi proustiana por el rugir de los motores durante su infancia. Quienes ya hayan disfrutado de otros ‘rallys’ de Carey encontrarán aquí reflejos de dos de sus más grandes ‘prix’: la casi realista-mágica ‘Oscar y Lucinda’ y el western crepuscular ‘La verdadera historia de la banda de Kelly’. Y advertencia: la carrera ocupa los vertiginosos dos primeros tercios de la novela; luego todo parece averiarse y detenerse. Pero, en verdad, ese alto y bifurcación en el camino y retorno a casa es lo que eleva y acelera a toda la novela llevándola de disparatada picaresca a profunda cavilación sobre las diferencias a chocar y volcar, la lejanía de una histórica bandera a cuadros, y —como cantaba Bowie— ese premio consuelo en el que se alcanza las certeza de que se puede ser héroes al menos por un día.

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