Pedro Sánchez puso a Juan Espadas para arrebatar el mando del PSOE andaluz a Susana Díaz en el año 2021 y Pedro Sánchez es quien lo ha quitado. De manera fulminante y sin mancharse el traje de adalid de la democracia interna con el que logró recuperar la Secretaría General en 2017 tras ser defenestrado por la cúpula socialista. « Van a ser los militantes del Partido Socialista en Andalucía quienes decidan su futuro ». Ha sido lo único que ha dicho a los periodistas sobre el futuro de esta federación, aunque la realidad ponga en cuestión esta aparente neutralidad. El sacrificio de quien fuera su candidato hasta hace tres años y medio no ha sido sencillo. El secretario regional siempre ha secundado todas las decisiones de que salían del Consejo de Ministros. Espadas (Sevilla, 58 años) nunca se ha salido del guion de Ferraz aunque tuviera un coste electoral para él en su difícil tarea como jefe de la oposición. Pero el líder del partido y presidente del Gobierno le ha pedido que diera un paso al lado. Y él lo ha dado. En los días previos, ambos mantuvieron una conversación. El jefe de filas de los socialistas andaluces se ha guardado mucho de revelar el contenido de su charla cuando los periodistas le han preguntado, pero sí ha trascendido el resultado. El exalcalde de Sevilla ha cambiado de opinión en apenas quince días: no se va a presentar a unas primarias donde no las tenía todas consigo para continuar. No sólo era cuestionado por el ‘susanismo’, que le ha echado en cara que ha sido purgado orgánicamente, sino también por un ejército creciente de críticos que en su día lo habían apoyado para poner fin a la etapa de Susana Díaz y hoy están desencantados. Espadas ganó a la expresidenta de la Junta y actual senadora con el 54% de los votos en las primarias disputadas en junio de 2021, donde era el candidato del aparato.Montero, la baza electoral para recuperar la JuntaAhora el índice de Sánchez ha apuntado hacia María Jesús Montero (Sevilla, 58 años), su vicesecretaria general, vicepresidenta primera del Gobierno, ministra de Hacienda y la gran facilitadora de los pactos difíciles con los socios independentistas. Para muchos socialistas, es el mejor activo del partido para intentar recuperar la Junta de Andalucía perdida en las elecciones autonómicas de 2018 tras 37 años de poder ininterrumpido. Probablemente habrá que esperar a 2026 para saberlo, salvo que el presidente Juanma Moreno adelante los comicios. En la decisión de Sánchez, un líder acostumbrado a los «cambios de opinión», han pesado más las cuatro derrotas electorales encadenadas por el PSOE andaluz en dos años (autonómicas, municipales, generales y europeas) que la absoluta fidelidad de Espadas. La ha mantenido hasta el último minuto pese al elocuente silencio de la dirección federal sobre su candidatura. « Tenemos la obligación de apoyar sin descanso a un Gobierno que quieren tumbar », arengó a los suyos en el comité director del pasado 20 de diciembre que puso en marcha el calendario del congreso que se celebrará los días 22 y 23 de febrero en Armilla (Granada).La federación más numerosa, pero no la más influyenteEn los más de tres años que lleva al frente de la federación más numerosa de España, con más de 40.000 militantes , Espadas no ha marcado un discurso propio y distinto del que figuraba en los argumentarios de Ferraz para hacer oposición al gobierno de mayoría absoluta de Juanma Moreno. El PSOE andaluz ha dejado de ser la fortaleza y el santuario socialista para convertirse en una franquicia de La Moncloa, apuntalando con una defensa cerrada las decisiones más polémicas del Gobierno. El seguidismo ha sido total. Espadas apoyó la despenalización de una parte del delito de malversación de fondos públicos, el indulto y la amnistía a los políticos que organizaron un referéndum ilegal en Cataluña, e incluso respaldó el cupo fiscal de este territorio reclamado por los independentistas que, según los economistas de Fedea, perjudica a comunidades infrafinanciadas como Andalucía. Andalucía aporta 61 diputados al CongresoLa influencia de los socialistas andaluces dentro del partido ha ido a menos desde que Pedro Sánchez se hizo con las riendas de la dirección con el apoyo de los socialistas catalanes. Su repercusión en las decisiones que emanan del Consejo de Ministros ha sido inversamente proporcional al peso demográfico de la región. Andalucía es la comunidad que más diputados elige en el Congreso (61 escaños frente a 350), pero es el PSC (que aporta 48) el que mantiene una posición privilegiada.El presidente del Gobierno ha atado en corto a la federación andaluza tras el relevo de Susana Díaz , a la que nunca le perdonó la ofensiva que emprendió contra él. Ha cercenado su autonomía para elegir a su líder situando a una de las suyas, Montero, que este miércoles tiene previsto presentar su precandidatura. « Quien pone rey, quita rey », ha resumido el catedrático de Economía de la Universidad de Sevilla Luis Ángel Hierro, que ha formalizado su precandidatura en las primarias tras competir en las de 2021.Un antiguo dirigente ha sido aún más crítico al analizar el presente de la federación regional: « Jamás de los ‘jamases’ ha estado como ahora. El PSOE-A no cuenta para nada . Aquí no hay nada, esto es un desierto». El PSOE-A, «una reunión de flautistas de Hamelín»Este destacado ex cargo público no cree que el motivo de la falta de influencia sea la pérdida de poder institucional, aunque evidentemente eso pesa. « Se puede no tener poder institucional y sí capacidad para condicionar las políticas . El problema es que el PSOE se ha convertido en una reunión de flautistas de Hamelín, done todos buscan tocar la flauta para que la gente les siga. No hay un proyecto, lo que importa es crear un relato, montar un cuento para engañar a la gente», se lamenta.Los históricos del PSOE guardan silencio sobre la pérdida de independencia de la federación andaluza ante los dictados de FerrazLos históricos socialistas han optado por el silencio ante la pérdida de independencia del PSOE andaluz. No han hablado Manuel Chaves, satisfecho con la anulación parcial de su pena en el caso ERE por un Tribunal Constitucional compuesto por una mayoría de magistrados elegidos a propuesta del PSOE, ni tampoco lo han hecho Alfonso Guerra ni Susana Díaz. Ésta precisamente se presentó en las primarias donde fue derrotada por Espadas con el lema «Un militante, un voto. En libertad, sin imposiciones y con autonomía». Entre tanto, casi todos tocan al son que marca Pedro Sánchez. Ya sea para establecer la agenda política o para cambiar de director de orquesta en la federación con más militantes de España , ya no tan poderosa como lo fue en su día.
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