Invasión okupa en Carabanchel: peleas, basura en el patio y brujería

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Invasión okupa en Carabanchel: peleas, basura en el patio y brujería

Un bloque de viviendas de lujo sin estrenar en Carabanchel acaparó ayer las cámaras de televisión. El motivo: un total de 28 pisos, ubicados en el número 6 de la calle Excelente, han sido usurpados por familias peruanas. Un caso de macrookupación que comenzó durante el pasado puente de la Constitución. Al parecer, estas familias alquilaron los inmuebles, por un precio de hasta 3.000 euros, a un supuesto clan. «Nos sentimos estafados», aseguraban los okupas.Piscina, gimnasio, área infantil, zona gastro exterior y hasta conserje que les abre la puerta a los okupas para que puedan acceder al interior de la urbanización. «Es impresionante que 28 familias hayan podido colarse, cambiar los bombines de las puertas, realizar mudanzas e instalarse sin que nadie se haya dado cuenta de una semana para otra», dejaba por escrito una vecina afectada en una reseña a la inmobiliaria Vivenio, propietaria de los exclusivos pisos. Siomara es una de las personas que, junto a su familia, ha entrado de manera ilegal una de estas viviendas. La joven confesaba en conversación con este periódico que la han estafado, ya que dispone de un contrato y «no sabía que la situación era irregular»: «Vivo aquí, desde hace dos meses, con mi madre embarazada, mi perrita y mi hermana de seis años. Soy una de las personas a las que han estafado . Ni siquiera sabía que estaba cometiendo una ilegalidad. Tengo mi contrato firmado, como todos. Hemos llegado a pagar hasta 3.000 euros por el piso».Noticia Relacionada Okupación masiva en Carabanchel estandar No Una de las okupas de la urbanización de lujo: «Mi mamá pagó 3.000 euros» Marina OrtizTras estas palabras, indicaba que los 3.000 euros los pagaron en mano, «nada de transferencias». «Un señor nos entregó las llaves y el contrato. No sabíamos que era falso, hasta que un día llegó la Policía y nos informó de la situación, que éramos 27 los que habíamos sido estafados».Con respecto a esta macrookupación, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, expresó que lo que necesitamos en España es «alejarnos de la frivolización de la okupación e ir a una regulación que posibilite una actuación en unas 24 o 48 horas que pueda echar a los okupantes»: «No puede ser que la okupación consista ahora en poder tener hasta un portero que abre y cierra la puerta a los que están okupando ilegalmente una vivienda, que es lo que está pasando con la urbanización de Carabanchel».Servicios del bloque okupado Renders de la azotea, la pista de padel y el gimnasio del bloque de viviendas okupado en Carabanchel INMOBILIARIA VIVENIOEste miércoles por la mañana, horas después de que la noticia saltase al foco mediático, todos los implicados se arremolinaban a las puertas del bloque en el PAU de Carabanchel . La tensión se palpaba en el ambiente. Los vecinos, cargados de indignación, narraban episodios de ruido, peleas y desperfectos en las zonas comunes. Los okupas, en cambio, hablaban de una estafa que los ha dejado en la cuerda floja, sin saber si podrán recuperar el dinero desembolsado.Dinero por marcharseABC pudo hablar con algunos de los que residen ilegalmente en la urbanización. La propia Siomara, de 19 años, insistía en que su madre pagó 3.000 euros en metálico por el piso , a través de una supuesta inmobiliaria, creyendo que todo era legal. «Llevamos viviendo aquí desde hace dos meses», subrayaba, al tiempo que denunciaba el acoso de un grupo de «Desokupas», quienes primero les ofrecieron 800 euros para marcharse, luego subieron la oferta a 1.200 euros y, al no aceptar, ni ellas ni los otros pisos, intentaron desalojarlos por la fuerza y hubo una pelea.Otra de las okupas explicaba que vive con su esposo y tres hijos pequeños, de 9 y 5 años, y un bebé de solo 2 meses. Ellos pagaron 2.400 euros por su vivienda. Y una vez hecho el pago, les dieron todas las llaves del piso y de la urbanización. «No quieren devolvernos el dinero ni ofrecernos una solución. ¿Qué hacemos?», declaraba. Tanto esta familia como otras han presentado una denuncia ante la comisaría de Carabanchel con los documentos y contratos que les entregaron.Un parque infantil en el interior del bloque de viviendas en el que residen 28 familias okupa Tania SieiraEn el otro lado, los residentes que viven legalmente en la urbanización, que también han denunciado ante las autoridades la situación, optaban por no hablar con los medios a fin de evitar problemas. Solo uno, Andrés, relataba a ABC cómo ha vivido el crecimiento de esta macrokupación. «Nos enteramos de que entraron en el puente de diciembre. Al principio parecía que había uno o dos pisos okupados, pero a los pocos días eran 15. Ahora son 28». La urbanización ha reforzado la seguridad y contratado más conserjes, pero incluso con más vigilancia, dos casas más han sido usurpadas desde entonces.En relación a la convivencia, Andrés recordaba que se han encontrado basura arrojada desde los pisos superiores, peleas que dejan rastros de sangre en las paredes, y techos levantados en las zonas comunes por intentos de engancharse ilegalmente al suministro eléctrico o de agua. «En las piscinas encontramos vasos de cubata tras las fiestas, y a veces hay puertas llenas de sal o patatas pinchadas, que creemos que son por temas de brujería o supersticiones», confesaba el damnificado.Además, los vecinos denuncian ruidos constantes hasta altas horas de la madrugada, algo que genera gran malestar en una comunidad acostumbrada a la tranquilidad. Al menos, hasta la llegada de los nuevos moradores. Mientras se solventan las responsabilidades legales, el ambiente en la urbanización se torna cada vez más tenso, cono unos y otros efrentados, y sin soluciones claras a la vista.

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