Caracas, La Habana, Madrid

Home People Caracas, La Habana, Madrid
Caracas, La Habana, Madrid

La Habana está en todas partes. No es un punto concreto dentro una isla lejana ni tampoco el escenario de los mejores poemas de Ángel Antonio, mi vecino de contraportada –dame nombres de corsario, si en La Habana me vieras–. La Habana ha trascendido, ha superado las tres dimensiones y se ha liberado del mediocre corsé de las coordenadas para convertirse en una cicatriz abierta , en un dolor profundo y, por ello, en algo más que una tierra. Cuba es una idea que flota. Y de ahí mana su potencia: caído el Muro, la pena está localizada en medio del mar Caribe, que es otra forma de ser ciego en Granada. Y en España La Habana duele dentro, muy dentro. Esta mañana le contaba a mi hija que ver a Cuba así – pobre , humillada y presa– nos afecta tanto como si le pasara a una ciudad española. Porque, en el fondo, lo es. No lo digo desde el imperialismo castellano –un poco también– sino desde la humildad de no sentirme ni un gramo más hispano que ellos. Ser cubano es solo otra manera de ser español. Cuba y España son la misma cosa .Lo mismo sucede con Caracas, Valencia, Barquisimeto o Maracaibo. El dolor que me produce ver a Venezuela en manos de sus enemigos me afecta profundamente. Porque no es que eso pudiera pasarnos a nosotros, sino que, si les pasa a ellos, ya no está pasando a nosotros. Esto no resulta algo ajeno, España no siente a Venezuela como una nación extranjera. Venezuela no es Taiwán, no es Nueva Zelanda, no es Egipto. Venezuela es nuestra familia. Somos nosotros. Y tengo dicho que, si Andalucía es el sueño de Castilla, América es el sueño de España, una extremidad de esas que, cuando faltan, sigues sintiendo. Es el síndrome del miembro amputado , de la libertad arrancada, el síndrome de la dignidad extinguida. Volviendo a mi vecino: «¿Sabrán que no existen sin un desguazado corazón hermano, que los añora desde siempre?».Venezuela es nuestra familia. Somos nosotros. Y tengo dicho que, si Andalucía es el sueño de Castilla, América es el sueño de EspañaDuele ver a españoles cómplices de sus dictaduras, paseándose por Madrid con esa sonrisa de falsa dignidad que solo son capaces de mostrar aquellos que se saben culpables. Pero luego veo Madrid, llena de cubanos y de venezolanos que lo inundan todo con su alegría, con su templanza y con su infinita educación. Cambian el paisanaje, mejoran nuestro país con su presencia y llenan las calles de alma. Cuando vienen a España no vienen a un país extraño: vienen a su casa. La Habana, Caracas, Madrid son solo formas de nombrar lo mismo. Y si ellos viven sometidos a una pena inmensa de familias rotas , obligados a empezar de nuevo y a escapar de sus dolores y de su amores, de sus madres y sus hijos, haremos de su pena nuestra pena, para que así les toque a menos. Como decía León Gieco : «Si un traidor puede más que unos cuantos, que esos cuantos no lo olviden fácilmente». Paseo Madrid como quien paseara por la capital del dolor y de la fe. Madrid es La Habana, Madrid es Caracas y Madrid es la manera que hemos encontrado para irnos sin desarraigarnos, para estar en casa estando lejos. La capital del exilio , la capital del consuelo.«El Malecón piensa en ti», dice Ángel Antonio. Y ‘El Ávila’, también, digo yo. Y el Retiro, y el Campo Grande y el Parque de María Luisa. Si somos lo mismo, recibirlos es una manera de salvarnos. Y convocarlos, pronunciar nuestro nombre hacia dentro.

Leave a Reply

Your email address will not be published.