José Luis Ábalos ha llegado este lunes al Congreso dispuesto a defender, dice, su «inocencia». El exministro y exsecretario de Organización del PSOE portaba bajo el brazo un paquete de folios con alegaciones que ha entregado a la Comisión del Estatuto de los Diputados, reunida para estudiar qué hacer con el suplicatorio reclamado por el Tribunal Supremo para poder investigarlo por tráfico de influencias, malversación y cohecho en el marco del caso Koldo, que toma su nombre del que fuera su asesor de confianza en el Ministerio de Transportes, Koldo García. El socialista, en unas extensas declaraciones a los medios, ha denunciado una «cacería política» en la que él es solo un peón.El diputado, en el Grupo Mixto desde la detención de su antigua mano derecha y con un expediente de expulsión del PSOE en tramitación, ha entrado en la sala Lázaro Dou del Congreso al filo de las doce del mediodía. Lo ha hecho con aparente voluntad de no decir nada a la prensa, pero segundos después ha salido con una sonrisa y ha dejado caer: «Era a las doce y media». Los periodistas presentes han salido tras él en tromba, precipitando un sinfín de preguntas, y cuando parecía que no iba a decir nada, tras varios metros de carreras a trompicones entre operadores de cámara y redactores, se ha detenido para lanzar una larga perorata.Primero ha defendido su «inocencia» y sus derechos como diputado en lo que parecía una improvisada rueda de prensa en los pasillos del Congreso, después ha conversado de forma informal con los periodistas, ya sin micros delante, y antes de regresar a la sala donde comparece este lunes ante la Comisión del Estatuto de los Diputados, que debe decidir si envía al pleno el suplicatorio que pide el Supremo, ha dado unas segundas declaraciones en las que, de nuevo, ha vuelto a decir que antes de su retirada, porque «uno ya tiene cierta edad», solo le queda demostrar su «inocencia».Noticia Relacionada estandar Si Sánchez lanza una reforma legal para salvar a Begoña Gómez y a Puigdemont J. C. El PSOE registra una proposición de ley para amordazar a jueces y acusaciones populares en plena investigación del entorno del presidenteEn esas está el socialista, que antes de la crisis de gobierno del 2021 era un hombre fuerte de Pedro Sánchez tanto en el Gobierno como en Ferraz, y que ahora ve «una cacería política» contra el Ejecutivo en la que él es solo una pieza «desechable». Ábalos ha confirmado que presentará este lunes alegaciones contra su suplicatorio —que el PSOE ya anunció que respaldará— y ha puesto el foco en la investigación «extrajudicial» que, según denunció, emprendió sobre él la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil a pesar de su condición de aforado.«Me limito a leer un oficio de la Guardia Civil», ha dicho Ábalos, tras subrayar que la Benemérita interceptó un envío que le hizo un alto cargo del Gobierno y montó «un operativo» para acceder a sus correos y conversaciones. Todo ello, ha insistido el diputado del Grupo Mixto, a pesar de su condición de tal y de que el Congreso no ha aprobado aún ningún suplicatorio sobre él para que se lo investigue formalmente. El Supremo le ha tomado declaración en calidad de investigado, pero de forma voluntaria. Ahora, para profundizar más, el Alto Tribunal debe recibir luz verde de la Cámara Baja, un paso que debería limitarse a un mero trámite, como sucedió con el exdiputado de Podemos Alberto Rodríguez, y en el que ningún partido tendría por qué poner obstáculos.El PSOE, de hecho, ya dejó claro desde el primer momento que se posicionará a favor del suplicatorio, algo que ha despertado ciertas críticas de quien hace un año aún compartía bancada con el Grupo Parlamentario Socialista: «Incluso cuando uno tiene una decisión tomada, por decoro, por respeto a la verdad, debería esperar a las explicaciones. Si hay una decisión previa, ¿para qué me piden alegaciones, para qué me piden comparecer?». «No voy a decir lo que tienen que hacer los demás. Lo que quiero es poner en conocimiento el origen de esta causa, que es de motivación política», ha añadido el exministro, abonado a la teoría del ‘lawfare’ —la guerra sucia judicial— a la que también se abraza Sánchez, por ejemplo, en la causa abierta contra su mujer, Begoña Gómez. La Comisión del Estatuto de los Diputados ha escuchado al exministro este lunes, a puerta cerrada, antes de tomar una decisión. Sus miembros estudiarán ahora la documentación aportada por Ábalos hasta este martes a las doce y media. Lo previsible es que emitan un informe favorable a la concesión del suplicatorio y que se remita a la Mesa para su inclusión en el orden del día del próximo pleno, que se celebrará el miércoles 22 de enero porque está pendiente de convalidación el real decreto ley sobre el gravamen a las empresas energéticas.
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