Aumenta la nómina de ‘expresidents’ con un retiro dorado al alcanzar la jubilación

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Aumenta la nómina de ‘expresidents’ con un retiro dorado al alcanzar la jubilación

Cataluña es la mejor comunidad de España para los expresidentes, tanto del ejecutivo como del legislativo, a nivel autonómico. Al dejar el cargo, los ‘expresidents’ mantienen el 80% de su sueldo durante un periodo equivalente a la mitad del tiempo que han permanecido con responsabilidades institucionales y, como mínimo, por una legislatura. Es decir, Pere Aragonès (ERC), que accedió al cargo de presidente de la Generalitat en mayo de 2021 y lo abandonó en agosto de 2024, se embolsará 108.942 euros cada año, salvo que renuncie a esta compensación por incorporarse a una empresa u otro cargo público. Pero la gran diferencia con otras regiones es la pensión de la que pueden disfrutar los expresidentes catalanes, una vez llegan a los 65 años de edad. El 60% del salario de los presidentes. Desde hace unas semanas, Ernest Benach (ERC) se puede sumar a esta nómina de retiro dorado.Noticia Relacionada ELECCIONES estandar No Sueldo de 75.000 euros durante 15 años y coche oficial: la Ley de expresidentes a la que podrá acogerse Ximo Puig Alberto Caparrós La normativa valenciana prevé una oficina, chófer, un asesor y servicio de seguridad para quienes hayan presidido el Gobierno valencianoEl que fuera presidente del Parlament entre 2003 y 2010, durante los primeros dos tripartitos liderados por los socialistas Pasqual Maragall y José Montilla, cumplió 65 años en noviembre y se despidió de la empresa en la que trabajaba –la consultora de asuntos públicos Vinces– en diciembre. Desde la Cámara autonómica no han querido confirmar a ABC que Benach ha solicitado la jubilación que le corresponde: 86.258 euros al año hasta su fallecimiento, pero fuentes de la empresa señalaron a este diario que Benach «se había jubilado».El retiro dorado al que tiene derecho Benach ya lo disfrutan los expresidentes de la Generalitat Artur Mas (CiU, 68 años) y Maragall (83 años); y las expresidentas del Parlament Carme Forcadell (ERC, 69 años) y Núria de Gispert (CiU, 75 años), así como las viudas de Joan Reventós (PSC) y Joan Rigol (CiU), que fueron presidentes parlamentarios entre 1995 y 2003 sucesivamente.En el resto de casos, o bien no han llegado a la edad de jubilación (Quim Torra, de Junts, por ejemplo, tiene 62 años) o bien han renunciado porque trabajan en una empresa privada (Montilla, 69 años, miembro del consejo de administración de Enagás). Además, hay una excepción: la de Jordi Pujol (CiU). Este renunció en 2014 a la pensión como ‘penitencia’ tras reconocer que había defraudado durante años al tener dinero en el extranjero sin declarar a la hacienda pública.La mayoría de los casos siguen en la política activa, de una manera o de otra, y no llegan a los 65 años (como Carles Puigdemont, de Junts, 62 años y los expresidentes parlamentarios vivos, a excepción de los tres citados, que no superan los 59 años).Tanto por una vía de acceso a la jubilación (Generalitat) como por la otra (Parlament), las cantidades de las pensiones vitalicias se asignan al 60% de lo que cobren en ese momento los presidentes del ejecutivo (ley 6/2003, de 22 de abril) y el legislativo (ley 2/1988, de 26 de febrero, y modificada en 2023). Salvador Illa (PSC), actual presidente de la Generalitat, y Josep Rull (Junts), presidente del Parlament en la presente legislatura, tienen una retribución anual de 136.177 euros y 143.764 euros, respectivamente.De ahí que Benach, Forcadell y De Gispert cobren más que Mas y Maragall (81.706 euros), por ejemplo. Los expresidentes de la Generalitat, además, pueden disponer de una oficina institucional con un servicio básico adscrito desde el momento que dejan el cargo, antes de la jubilación. Esta prerrogativa no la tienen establecida los que abandonan la presidencia del Parlament. No hay comparación equiparable en los beneficios de esta situación con los expresidentes regionales de otras autonomías. Tan solo los exlendakaris del País Vasco se acercan. Estos disponen de una pensión del 50% cuando lleguen a los 65 años de lo que cobre en ese momento el presidente autonómico. En Andalucía se estableció en 2005 una asignación del 60% de lo que ingrese el presidente de la Junta para los expresidentes, pero la norma se suprimió en 2011. Mantienen otras prerrogativas, como por ejemplo las asociadas al mantenimiento de una oficina institucional.En cualquier caso, solo Cataluña equipara los beneficios en la pensión por jubilación de los cargos del presidente autonómico con el del presidente de la Cámara legislativa. No es casualidad que Rull sea el presidente parlamentario de segundo nivel (tras los del Congreso y Senado) que cobra más. Sus más de 143.000 euros al año están lejos de los 118.000 que cobra el presidente de la Asamblea de Madrid, Enrique Ossorio (PP), y de los 113.800 que ingresa Bakartxo Tejeria (PNV), presidenta del Parlamento vasco. Sueldos que duplican, al menos el de Rull, a los que cobran en las Baleares, La Rioja y Murcia.

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