Fracasa ‘MeToca’: la app de Igualdad para el reparto de tareas en el hogar que costó más de 200.000 euros

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Fracasa ‘MeToca’: la app de Igualdad para el reparto de tareas en el hogar que costó más de 200.000 euros

Un año y cuatro meses. Ese es el tiempo que ha durado en activo la aplicación que, en su momento, Irene Montero y Ángela Rodríguez ‘Pam’ presentaron como la solución definitiva para evitar los problemas en el reparto de tareas en el hogar . ‘MeToca’, que tenía varios eslóganes como «Antes hacía todo yo sola y tu el rey de la consola» o «¿Agotada de que te toquen siempre a ti las tareas del hogar? Descarga la aplicación, crea tu equipo de trabajo y… ¡a compartir!», ya no aparece ni en la App Store de Apple ni en la Google Play Store para Android. Además, fuentes del Ministerio de Igualdad aseguran que ya no está en uso y que «se ha desactivado por la falta de usuarios en la aplicación» . Durante el tiempo que ha estado activa, apenas ha registrado 11.201 descargas, 10.956 en dispositivos Android y de 245 en dispositivos Apple, según señaló el Gobierno el pasado abril en respuesta parlamentaria. Cabe señalar que el desarrollo del sistema tuvo un coste de 211.750 euros, tal como establece el contrato de la Secretaría de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género con la empresa adjudicataria, Wairbut S. A, según publicó ABC . Sin embargo, el coste total es incluso más, pues la aplicación vino acompañada de una serie de spots publicitarios que costaron 30.737 euros de los que ya solo queda rastro en X. De hecho, en la web del Ministerio de Igualdad, el único dato de la campaña llamada «¿Dónde has estado?», lleva a un Drive completamente vacío — puedes verlo aquí —.Noticias relacionadas estandar No Igualdad se gasta 211.000 euros en una app para repartir las tareas del hogar Elena Calvo estandar No Igualdad presenta ‘MeToca’: «Antes hacía todo sola y tú, el rey de la consola» Javier PalomoUna aplicación ineficazFue en septiembre de 2023 cuando la entonces ministra de Igualdad y la secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género, Irene Montero, y Ángela Rodríguez ‘Pam’, presentaron ‘MeToca’ como parte del Plan Corresponsables «para repartir mejor las tareas domésticas y de cuidados». El objetivo, en palabras de ‘Pam’, era realizar una aplicación similar a otras que se utilizan para, por ejemplo, dividir los gastos de un viaje en grupo. La realidad es que la aplicación presentaba una interfaz engorrosa, datos innecesarios que de no completarlos bloqueaban el uso y un funcionamiento apenas personalizable que dividía el trabajo en el hogar a través de gráficos, el nivel de esfuerzo realizado y el tiempo invertido, mediante tareas preestablecidas. «Lo que va a hacer es que puedas contabilizar el tiempo que inviertes en las tareas domésticas. Pero vamos a tener que ser audaces e inteligentes en el tipo de tareas que contabilicemos», dijo ‘Pam’. Entre ellas, desde Igualdad se decidió no incluir ninguna relacionada con los niños, sin considerar su cuidado como un asunto doméstico.Capturas de la aplicación ‘MeToca’, donde se muestra la división tradicional de tareas para el hombre en azul y en rosa, para la mujer ABCTampoco se barajó la opción beneficiosa de delegar responsabilidades del hogar en los hijos, al indicar en el registro que el usuario debe tener como mínimo 18 años, la mayoría de edad. Pero los matices y las restricciones no se quedaban únicamente en la edad. Una vez que el ciudadano se registraba, se veía obligado a indicar su género, entre femenino, masculino o no binario. Si uno no rellenaba esta información, ‘MeToca’ impedía el acceso a la aplicación.Desde Igualdad se invitaba a los ciudadanos a crear «equipos» con diferentes opciones. Desde lo más común, como «comprar comida», «limpiar», «fregar los platos», «poner la mesa» o «hacer la colada», hasta cuestiones más inusuales como «atención personal», «planificación de actividades», «atención emocional» o «cuidados y vigilancia». Una vez registrada la labor, se podía indicar el nivel de esfuerzo (de uno a tres), el tiempo (limitado a ocho horas como máximo) y la fecha en la que se ha realizado. Este último requisito estaba planeado para actividades pasadas o acontecidas en el mismo día, sin opción de programar a futuro y planificar con antelación quién se encarga de ello.Curiosamente, la aplicación resaltaba de color rosa aquellas as labores vinculadas durante años a las mujeres, como por ejemplo las relacionadas con las compras o la ropa, como «hacer la colada», «planchar», «planificar compras», «arreglo de ropa» o «cambio de ropa de casa». Por el otro lado, las relacionadas con los hombres se encontraban señaladas en color azul («mantenimiento variado», «reparaciones de la vivienda», «jardinería», «paseo de mascotas» o «recoger y ordenar»), lo que indicaba una separación de género evidente, algo que siempre ha chocado con el discurso contra los colores que Montero siempre defendió como ministra de Igualdad: «El color rosa oprime a las mujeres, en concreto a las niñas, y alimenta la división sexual del trabajo».Valoraciones negativasLa recepción por parte de los usuarios habla por si sola. Antes de que ‘MeToca’ desapareciera de las tiendas de aplicaciones, registraba en su mayoría valoraciones negativas, siendo puntuada concretamente con 1,5 sobre 5 estrellas. «¡Que maravilla! Algún amigo se ha embolsado una pasta por una app imposible de llevar a la práctica, creadora de conflictos y absolutamente obsoleta», destacaba un usuario que se había descargado la aplicación. «Acabo de planchar el gato y la descargo». «El Ministerio se tiene que meter en la vida privada de la gente a decirle lo que tienen que hacer y cómo hacerlo», mencionaba otro. «No aguantamos ni una semana, era un motivo más de discusión», explica a ABC Carmen Delgado, quien decidió instalar ‘MeToca’ al poco de que la aplicación se lanzara. «Vi el anuncio por redes sociales y me hizo gracia. Dije, ‘por qué no’, a ver si así nos organizamos mejor», dice. Comenzó a finales de octubre de 2023 junto a su pareja a hacer uso de la app, pero según detalla, «fue un suplicio más que una ayuda». «No era intuitiva, pese a que dejaba hacer ‘equipos’ los datos no se actualizaban a la vez y era un lío ver quien había barrido o fregado más horas», comenta. Todo ello, sumado a que sentía que le «obligaba a estar más tiempo si cabe pegada al teléfono».

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