Bajo la dirección de astrofísicos del Trinity College de Dublín, un equipo internacional de astrónomos ha conseguido, por primera vez, fotografiar decenas de cinturones de ‘exocometas’ alrededor de otras estrellas. Las imágenes, de una extraordinaria nitidez, muestran la luz emitida por rocas que pueden llegar a ser incluso de pocos milímetros y que forman cinturones alrededor de 74 estrellas cercanas y de una amplia variedad de edades, desde recién nacidas hasta tan maduras como nuestro propio Sol.El estudio, llamado REASONS (REsolved ALMA and SMA Observations of Near Stars) marca un hito importante en la comprensión de estas estructuras, porque sus imágenes revelan dónde se encuentran exactamente los guijarros y, por tanto, los exocometas. El trabajo se acaba de publicar en ‘ Astronomy & Astrophysics’.Igual que en nuestro Sistema Solar, los cinturones se forman, por lo general, a distancias que van de decenas a cientos de Unidades Astronómicas de las estrellas centrales. (Una UA equivale a 150 millones de km y es la distancia que separa la Tierra del Sol). Allí hace tanto frío, alrededor de -250 grados, que la mayoría de los compuestos, incluida el agua, están congelados. Por tanto, lo que los astrofísicos observan son los lugares donde se encuentran las reservas de hielo de los distintos sistemas planetarios.Noticia Relacionada Se ve desde toda la Península estandar No Una bola de fuego más brillante que la Luna llena ‘revienta’ sobre Palencia Judith de JorgeDos grandes telescopiosEl Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) es un conjunto de 66 radiotelescopios en el desierto de Atacama, en el norte de Chile, mientras que el Submillimeter Array (SMA) es un conjunto similar de ocho elementos, pero en Hawái. Ambos observan radiación electromagnética en longitudes de onda milimétricas y submilimétricas. El estudio utilizó ambos telescopios para producir las espectaculares imágenes.«Los exocometas – explica Luca Matrà, autor principal del artículo- son cantos rodados de roca y hielo, de al menos 1 km de tamaño, que chocan entre sí dentro de estos cinturones para producir los guijarros que observamos aquí con el conjunto de telescopios ALMA y SMA. Los cinturones de exocometas están presentes en al menos el 20% de los sistemas planetarios, incluido nuestro propio Sistema Solar».«Las imágenes -dice por su parte Sebastián Marino, de la Universidad de Exeter y coautor del estudio- revelan una notable diversidad en la estructura de los cinturones. Algunos son anillos estrechos, como en la imagen canónica de un ‘cinturón’ como el cinturón Edgeworth-Kuiper de nuestro Sistema Solar. Pero una mayor cantidad de ellos son anchos y probablemente sea mejor describirlos como ‘discos’ en lugar de anillos».Algunos sistemas, además, no solo tienen uno, sino múltiples anillos/discos, algunos de los cuales son excéntricos, lo que proporciona evidencia de allí hay planetas aún no detectados y cuya gravedad afecta la distribución de los guijarros.MÁS INFORMACIÓN noticia No Parte del cohete de Elon Musk explota sobre el Caribe y obliga a desviar vuelos noticia Si Nuevas armas: la tecnología cuántica llega al mundo militar«El mayor poder de un gran estudio como REASONS -explica Matrá-está en revelar propiedades y tendencias de toda la población. Por ejemplo, hemos confirmado que el número de guijarros disminuye en los sistemas planetarios más antiguos a medida que los cinturones se quedan sin exo cometas más grandes que chocan entre sí, pero también demostramos por primera vez que esta disminución de guijarros es más rápida si el cinturón está más cerca de la estrella central. El estudio también muestra indirectamente -a través del espesor vertical de los cinturones- que es probable que en ellos estén presentes objetos no observables de hasta 140 kilómetros».
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