Dos personas están sentadas a la mesa de un restaurante exclusivo para tener un almuerzo y unas bolsas de marcas de lujo se amontonan a un lado. La pareja hace un brindis en un ambiente distendido, mientras las conversaciones de los otros comensales y el olor de los ingredientes se difumina en el ambiente con la música de fondo. Podría parecer el comienzo de una cita al uso para dos personas adineradas, pero se trata de algo muy distinto. La diferencia es que entre ellos hay un contrato de por medio : ella, la ‘sugar mommy’ o ‘sugar mama’, es la que paga cada mes a su novia o novio, un ‘sugar boy’ o ‘toy boy’, para mantener una relación exclusiva y pactada. Se ha hablado hasta la saciedad de los ‘sugar daddies’, hombres con un alto poder adquisitivo que establecen una relación con una joven o adolescente, donde el hombre hace regalos costosos a cambio de compañía e intimidad. Sin embargo, aquí se invierten los papeles. K ara Miller, una ‘influencer’ estadounidense ha revolucionado las redes sociales reconociendo que es una ‘sugar mama’ y hablando abiertamente sobre ello. «Pago mil dólares por semana a mis amantes para que salgan conmigo» , asegura en TikTok. ABC ha logrado contactar con ella y afirma sin cortapisas que «este estilo de vida le ha proporcionado la felicidad que tanto buscaba». E n España , la plataforma SugarDaddy que pone en contacto a ambas partes y que arrancó en 2010, nos detalla que hasta la fecha cuentan con más de 28.000 ‘sugar mommies’ y ‘sugar boys’. En opinión de Kara Miller, que también está cursando un máster en psicología, mientras la ‘sugar mama’ busca más la conexión que la intimidad, los ‘sugar daddies’ quieren principalmente compañía e intimidad.Noticia Relacionada El negocio para toda la vida de la separación a los 50, el llamado ‘divorcio gris’Las voces que hablan de este movimiento tienen opiniones encontradas. Debaten si se trata de prostitución encubierta, de un nuevo tipo de relación en un mundo más reacio a imponer etiquetas o de un tema tabú, porque tiene a la mujer como el pilar económico, y del que ahora se está empezando a hablar más. Por su parte, la plataforma de Sugardaddy recalca a ABC que una de sus claves es que todo se acuerda de anteman o , «se pueden encontrar citas con bastante rapidez, con el beneficio de que las mujeres pueden aportar emoción y diversión a sus vidas».«Una parte de la población está cansada de deslizar el dedo para conseguir citas mediocres»Kara Miller cuenta a ABC que las ventajas de este tipo de relación es tener una conexión real y tener el poder de decir no cuando sientes que algo no está bien . En ese sentido, desde otra plataforma de nombre Sugardaters, que nació en 2013 en Dinamarca, explican a este periódico que la principal diferencia con una relación tradicional radica en que cada parte comunica claramente lo que espera y lo que se le ofrece. Si es algo casual, a corto plazo o con potencial para algo más profundo, y «eso deja poco espacio para la desilusión», afirman.«Es una forma de intercambio consciente marcada por la economía; pero eso nunca imposibilita una vinculación afectiva real» Roberto Sanz Sexólogo y psicólogo Y más en un mundo en el que en las aplicaciones de citas más habituales a las personas mayores les resulta muy difícil encontrar citas interesantes, «aunque sean perfectamente capaces de hacer feliz a alguien». «En estas aplicaciones la diferencia de edad es una ‘sentencia de muerte’ automática. Y una gran parte de la población está cansada de deslizar el dedo para conseguir citas mediocres. Existe la fatiga de las aplicaciones de citas, las presiones económicas y el deseo de mejorar tu nivel de vida . Lo importante es tener un entorno seguro para experimentar esto», apunta Sugardaters. ABC también ha consultado a Roberto Sanz, sexólogo en la Fundación Sexpol y psicólogo divulgador para el COPM , que explica que lo que es seguro es que es una forma de intercambio consciente marcada por la economía; pero eso nunca imposibilita una vinculación afectiva real. «Estas relaciones se basan en teoría, en el reconocimiento mutuo del atractivo, del éxito económico o de variables como la seguridad o la experiencia. Y esa es la mayor diferencia con la prostitución, donde la relación en el 99,9% de los casos es absolutamente asimétrica» , matiza.«Que un joven se preocupe por una es la mejor sensación que pueda existir»»Kara Miller nos cuenta que lleva 7 años como ‘sugar mama’ y que después de su divorcio deseaba un cambio. «Básicamente, era muy insegura cuando estaba en mi matrimonio. Me dejaba llevar y ser una ‘sugar mama’ me ayudó a ganar confianza en mí misma y a querer ser una mejor persona. Estaba cansada de ser una novia o esposa convencional y quería probar algo nuevo. Ahora me siento mucho mejor. « Que un joven se preocupe por una es la mejor sensación que pueda existir », dice.Las ‘sugar mommies’, cuando ellas son las que pagan por un novio: «Lo que más me gusta es cuando le doy la asignación semanal al chico» abcMiller narra en redes que primero tuvo una relación que duró poco más de 12 meses con un ‘sugar boy’, pero no llegó a ser lo que esperaba: «No me trataba como quería y se veía con otras mujeres, algo que una ‘sugar mama’ como yo no permite», indica. Después conoció a Daniel. Con él tiene un contrato con reglas del tipo que no puede estar con nadie más que con ella, «tiene que ser leal y honesto y si no lo es le corto el sueldo, y si ve a otra mujer lo dejo ir», cuenta. En TikTok, detalla que le da a su ‘toy boy’ «entre 500 y mil dólares por semana. Además de bonos mensuales ». Y el momento que más disfruta es cuando le entrega su dinero a su ‘sugar boy’. «Cuando le pago la asignación semanal, amo ver cómo se le iluminan los ojos al ver el dinero. Es como la sensación más increíble del mundo. Sabiendo que ‘hey, hice eso’, pude alegrarle el día. Él usa el dinero para su seguridad financiera, para pagar el alquiler o comprarse un auto, lo que sea que necesite. Verifico dos veces que usa el dinero para eso que a mí me dice». A por qué las citas ‘sugar’ son todo un fenómeno, responde que estamos en una nueva era, y todos quieren que los cuiden. A Miller no le preocupa ser juzgada. Y sentencia: «Si quieres experimentar el amor verdadero, consíguete una ‘sugar mama».«Una fantasía más allá de sus realidades cotidianas»Sanz, como experto, dice que pese a que no hay estudios sobre este movimiento tan reciente, sí se puede decir que la representación de roles y la aspiración al éxito social son dos pilares de este movimiento. «Las personas interesadas tienen una predisposición a la recompensa rápida, al pragmatismo, incluso en lo afectivo. Y el ‘sugar boy’ tiene una notable necesidad de reconocimiento. Aunque sea sólo por la acompañante más rica con la que va. Esto hace pensar que ambas partes son personas que buscan una fantasía más allá de sus realidades marcadas por el desencanto o el tedio». Permiten un juego en las que los participantes son conscientes de que se trata de algo temporal y sin trascendencia. En esa tónica, Sugardaters señala además que estas relaciones «brindan una conexión renovadora al experimentar la vida desde diferentes perspectivas generacionales».Una mujer segura y cómoda con su riqueza y estatusEl perfil de las ‘sugar mommies’ que tiene la plataforma Sugar Daddy es el de una empresaria con experiencia, que quiere elegir cuándo y con quién salir. Y Sugardaters añade que es una mujer de mente abierta que está segura y cómoda con su riqueza y estatus. Como está muy ocupada busca relaciones que sean menos exigentes que las tradicionales. Es generosa y ofrece experiencias como cenas agradables, viajes o ayuda a su pareja a acceder a círculos sociales exclusivos. Cabe mencionar que también están empezando a recibir peticiones de ‘sugar mommies’ que buscan mujeres jóvenes. Pero por ahora, es más abundante en su plataforma los ‘sugar boys’ que son atractivos y encantadores. P ueden sentirse mentalmente más maduros que otros de su edad o encontrar más emocionante y prometedor salir con una pareja mayor. Y si bien el ‘toy boy’ puede recordar al gigoló, Sanz matiza que la figura del gigoló surgió en un momento histórico en el que no era socialmente atractiva. Estaba marcada por el estigma de la prostitución, y por el choque con valores masculinos que tenían que ser autoritarios. «Hoy esa figura se ha reconvertido», afirma. Un fenómenos lentamente más visible y cada vez más buscadoDesde Sugardaddy nos trasladan que hasta la fecha en España, la proporción es de 20 ‘sugar mommies’ por cada 80 ‘sugar boys’. Siendo las ‘sugar mamas’ de 45 a 54 años y de 55 a 64 años las más abundantes, con un 29% y un 32% , respectivamente. Mientras la franja de edad más abultada de los ‘toy boys’ son de 25 a 36 años. Y l as cinco ciudades principales de España con más usuarios de ‘sugar mommies’ son: Madrid 22%, Barcelona 13%, Valencia 10%, Sevilla 5% y Zaragoza 5%. Cabe destacar que en España, una encuesta interna entre usuarios de Sugar Daters de 2019 reveló que el ‘toy boy’ español es el menos exigente para llegar a un acuerdo ‘sugardating’. Esto se debe a que hay una gran competencia entre los ‘toy boys’ por conseguir al pequeño grupo exclusivo de ‘sugar mommies’.En cuanto a la doble cara del ‘sugardating’ que está ganando popularidad, Sanz nos recuerda que hay que entender que la sexualidad y las relaciones afectivas han vivido un gran cambio en relación a generaciones anteriores. Antes había más restricciones y estaban más vigiladas socialmente. Pero también apunta que hoy, en un ambiente de supuesta libertad máxima, en el que estas dimensiones se han convertido en productos de mercado, « sólo hay que vender bien algo para encontrar quien lo compre. Y uno de los envoltorios más usados es la romantización de cualidades que, puestas en perspectiva, no son nada atractivas; en este caso, la dependencia emocional o económica, el éxito social a través del sexual o los roles de género más tradicionales», indica Sanz. Al final, es el público el que decide qué es para ellos realmente esa cita pactada en un restaurante de lujo con música de fondo.
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