La directora científica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), María Blasco , ha descartado dimitir tras las últimas polémicas sobre su gestión al frente del organismo público y ha culpado al director gerente, Juan Arroyo, de todas las posibles irregularidades que se imputan al CNIO, como las actividades ajenas al propósito original del mayor centro contra el cáncer en España o las anomalías detectadas en su contrato.En una rueda de prensa convocada para aclarar las informaciones sobre su gestión al frente del centro, que ha tachado de «bulos», «mentiras» y «campaña de descrédito», la directora científica del CNIO ha atribuido a esa «bicefalia» (dos directores, uno científico y otro gerente) todas las posibles irregularidades que se hayan podido producir. Por eso, ha anunciado que presentará una denuncia ante la Fiscalía General del Estado por las «graves consecuencias» que, a su juicio, provoca el organigrama del ente público, aunque ha evitado aportar más detalles sobre la demanda.En esa misma línea, y apuntando directamente al director gerente, ha negado que sean suyas las competencias de contratación , sino de Arroyo, y ha asegurado que está preparando un informe específico que enviará al Ministerio de Ciencia, incluyendo que el gerente «no ha aclarado en ningún momento» a los medios de comunicación que las irregularidades que se le imputan a Blasco «no son», ha reiterado, de su competencia.Noticia Relacionada Denuncias a la directora del CNIO estandar No Las 15 preguntas que Blasco tendrá que aclarar sobre el acoso laboral José A. Pérez El PP lleva a la mesa del Congreso una batería de cuestiones por las quejas de los trabajadores del Centro a su responsable después de que ABC destapara las presuntas irregularidades cometidas«Quiero anunciar que en mi informe al Patronato he pedido que se investigue el origen de esta campaña de descrédito hacia el CNIO y hacia mi persona, cargándome responsabilidades que no son mías, sino del gerente, así como una auditoría al Defensor del Pueblo de mi labor y de la labor del gerente», ha asegurado Blasco, quien también ha solicitado una reunión con la ministra del ramo, Diana Morant. En su intervención, ha mostrado su «preocupación» por la gestión del director gerente, en el cargo desde la etapa de Mariano Barbacid, porque -asegura- daña su imagen como «cara visible» del CNIO. Blasco ha explicado que asumió la dirección científica del centro en 2011 con la condición de que «iba a poder trabajar con un gerente nuevo», que designaría el propio Ministerio. Sin embargo, según ha detallado, hasta en dos ocasiones el Ministerio, con distintos gobiernos, prometió un cambio de gerente «que nunca se materializó» . Desde entonces, y siempre según Blasco, Arroyo ha estado «dificultando» la labor de la directora científica y, en los últimos años, esa preocupación por la gestión del gerente «ha ido aumentando debido a una demanda por prevaricación , tráfico de influencias, fraude y malversación contra él y dos miembros de su equipo». «Yo no quiero acusar a nadie, pero quiero dejar claro que no tengo las competencias de gestión de contratación», ha incidido la directora del CNIO ante los medios de comunicación. Así, Blasco ha instado al director gerente a que «salga a la luz» y de las explicaciones pertinentes como «persona con las competencias económicas y de contratación», al tiempo que ha insistido en la «campaña de descrédito» y el «acoso» que a su juicio está sufriendo por ser una mujer en un puesto directivo, aunque no ha llegado a aclarar cuál es el origen. «Esta campaña ha tenido todos los ingredientes. El más grave ha sido la omisión de todos los logros del CNIO y el silencio cómplice del potencial responsable en el caso de que cualquiera de los supuestos publicados tenga profundidad», ha señalado.Dudas sin aclararTampoco ha aclarado, a preguntas de los medios de comunicación, algunas de las irregularidades que se imputan al centro y se ha limitado a detallar sus funciones como directora científica; es decir, a cargo de la estrategia científica del CNIO, pero «sin poder de firma». No ha explicado, por ejemplo, qué ocurrió con los ‘sobresueldos’ que cobró durante tres años de forma irregular (90.000 euros más, según la información que aparece en la Auditoría de Cuentas Anuales que la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) realizó al organismo público en 2019). «Mi contrato es legal, aprobado por el Patronato», ha zanjado.Sobre CNIO Arte, una iniciativa con el que el centro investigador gastó 877.787 euros en la compra de obras de arte y en la contratación de al menos dos personas, la directora científica del CNIO, quien creó y desarrolló el proyecto, ha señalado que se trata de un programa «común a muchos centros de investigación» y que, en cualquier caso, la aportación para la creación de las piezas de arte es finalista y no se emplea para otras iniciativas o gastos. Según publicó ABC, en el marco de ese proyecto se destinó, además, 20.000 euros en itinerar las obras en múltiples viajes por todo el mundo, en destinos como Washington, Nueva York, Chicago, Mozambique o el Ártico.
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