El Promotor de la Acción Disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial, Ricardo Conde, ha comenzado a analizar si la conducta del titular del Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid, Adolfo Carretero, durante el interrogatorio de la actriz Elisa Mouliaá por su denuncia de agresión sexual contra el exportavoz de Sumar Íñigo Errejón es susceptible de reproche. Según informa el órgano de gobierno de los jueces, Conde ha incoado una diligencia informativa tras haber recibido en la Unidad de Atención Ciudadana del CGPJ más de 900 quejas y denuncias en relación con la actuación del magistrado tras la publicación en los medios de comunicación de la grabación de las declaraciones de la denunciante y del investigado en las citadas diligencias previas.La diligencia informativa es un paso previo en el que se analiza lo ocurrido y los escritos recibidos en el departamento de atención a la ciudadanía. De esta revisión podría derivarse o no, la incoación de un expediente disciplinario que, igualmente, puede acabar o no en una sanción al instructor. Noticia Relacionada estandar Si El juez, a Mouliaá: «Son tocamientos a la fuerza en una habitación. No se entiende que continúe con este señor o no le diga algo» Carmen Lucas-Torres El magistrado Adolfo Carretero destacó varias contradicciones entre la denuncia de la actriz Elisa Mouliaá contra Íñigo Errejón y su declaración en sede judicialEl interrogatorio tuvo lugar el pasado 16 de enero, cuando Mouliaá y Errejón estaban citados con hora y media de diferencia. Ella le denunció el pasado octubre, horas después de que el hasta entonces diputado presentase su dimisión y entregase su acta, por una serie de agresiones sexuales que se habrían producido a lo largo de una cita que tuvieron en septiembre de 2021. Las grabaciones de las comparecencias fueron publicadas en medios como ABC este lunes y los modos y maneras del juez llamaron la atención del gran público, tanto por el vocabulario escogido para intentar aterrizar los detalles de las supuestas agresiones sexuales como por lo incisivo y veloz de las preguntas y repreguntas, que se producían a veces interrumpiendo el relato del interrogado , especialmente en el caso de la víctima. Del mismo modo, han sido cuestionadas sus maneras a la hora de apostillar o completar la declaración de ella sobre la marcha, con comentarios como: «Son tocamientos a la fuerza en una habitación. No se entiende que continúe con este señor o no le diga algo». El caso MascarillasNo es la primera vez que llama la atención el modo en que interroga Carretero, un magistrado tan conocido como respetado en los Juzgados de Instrucción de Madrid, situados en la Plaza de Castilla, donde se desempeña desde hace casi 15 años y se le tiene por ser un instructor ágil con los plazos y muy escrupuloso con el cumplimiento de la legalidad. Fue la causa por el conocido como caso Mascarillas, durante los interrogatorios de los comisionistas Alberto Luceño y Luis Medina, cuando su actuación fue muy comentada por preguntas que sonaban a reproches, del tipo «¿A usted le parece normal?». La diferencia es que ahora, se trata de delitos sexuales y a quien estaba interrogando era a una supuesta víctima.
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