‘ 12 soluciones para superar los retos de las pantallas ‘ (Planeta). Este es el título tan sencillo y directo del cuarto libro del doctor Miguel Ángel Martínez-González . «Si sigues al pie de la letra estos consejos -dice-, sin perdonarte ni uno, te aseguro que habrás salvado a tus hijos de la peor pesadilla que les espera».En ‘ Salmones, hormonas y pantallas ‘, este catedrático de Salud Pública abordaba el tema de la adicción al móvil de los jóvenes . Ahora, va un paso más allá y plantea doce soluciones concretas para los padres y educadores, proporcionando un completo repertorio de recursos para hacer frente a estos riesgos. Y es que no hay progenitor hoy que no esté preocupado por las amenazas y daños que los dispositivos, ya sean móviles, tabletas o videojuegos, pueden provocar en la salud mental de los menores. Aunque suene alarmante, que no cunda el pánico porque Martínez-González es optimista respecto al futuro .Noticias relacionadas estandar Si Silke Müller: «Queridos padres, no sabéis lo que hacéis a vuestros hijos con el acceso libre a internet» Ana I. Martínez estandar No Entrevista con Laura Cuesta «Si luchas con tu hijo para poner la mesa, quizás no está listo para un móvil» Ana I. Martínez-¿Qué efecto generan las pantallas en los menores que nunca quieren parar? Las plataformas tecnológicas han desarrollado unos sistemas cuyo objetivo es no dejar un minuto libre a un chaval que esté con el smartphone. La clave está en la recompensa variable. Es el secreto que tenían las máquinas tragaperras. De hecho, el ‘scroll’ que hacemos en una pantalla está inspirado en ellas: si recuerdas el gesto, el jugador se valía de una palanca para tirar. Eso produce un chute de dopamina supranormal.La dopamina es un neurotransmisor que anticipa el placer. Le transmite al cerebro la sensación de que ‘va a venir algo muy bueno’. No se trata de la gratificación en sí, si no de que le das a la palanca porque intuyes que algo bueno va a pasar. Por eso, a los menores les gustan tanto las pantallas . Es una caja llena de tantos recursos, tantas posibilidades, que están fascinados. Es lo que se llama la fascinación pasiva y es tóxico para el cerebro de los niños porque pierden la capacidad de involucración activa. Lo menores, con una tableta o un móvil, se quedan fascinados ante un espectáculo que es interminable. Y llega un momento en el que se encuentran con la pornografía porque no hay edades en internet.A un adicto a la pornografía no le valen ya determinados vídeos y por eso consume sexo con niños, necesita zoofilia, violaciones… Este contenido está al alcance de los menores. Y es una barbaridad. Este es el problema.Por tanto, las familias han de saber que un móvil está diseñado de tal manera que genera ese chute de dopamina y eso hace que cada vez quieran más y más. Y la consecuencia es que lo habitual, lo natural, ya no les hace efecto, no produce la sensación de dopamina.-Eso pasa también con los adultos, ¿no?Sí, por supuesto.-La situación que a día de hoy tenemos ¿es el resultado de haberles dado teléfonos y tabletas a los niños sin saber la que se nos vendría encima? ¿Somos los adultos los responsables?Sí, ahora le estamos viendo las orejas al lobo. Lo que pasa es que el lobo ya ha hecho de depredador sobre muchos chavales y a muchas familias les ha destrozado porque ha habido suicidios en jóvenes, chicos violadores a unas edades que nunca se había visto, manadas… Es decir, mucha perversión que cambia el cerebro.A mi me han llegado a preguntar si un adicto a la pornografía puede llegar a amar. Cuando se consume pornografía desde muy joven es peligroso porque es un momento en el que el cerebro está mielinizándose, haciendo la poda neuronal. No se generan nuevas neuronas, pero sí conexiones neuronales que van a dar la clave en la edad adulta. Y esto se produce entre los 10 y 20 años, más o menos. Entonces, cuando se consume pornografía, se quedan unos códigos de conducta, unas respuestas a los estímulos placenteros que son totalmente patológicos. Vamos a tener, aunque ya lo estamos viendo, una generación de gente con las mayores tasas de enfermedad mental que jamás se han visto nunca en la humanidad. Y además pierden capacidad intelectual porque pierden sueño al estar con el móvil .-Habla en el libro de cómo está la salud mental de los jóvenes. ¿Qué es lo que usted y sus colegas están viendo?Recuerdo a un pediatra que me decía ‘yo antes en las consultas veía problemas somáticos corporales. Ahora voy a hacer una guardia de urgencia y sólo veo problemas de salud mental o somatizaciones’. Es decir, llegan con un dolor de estómago, vértigos o unas náuseas sin que tengan nada alterado en el cuerpo, si no que es mentalDesde el punto de vista de la epidemiología, que es lo que yo hago, nunca me hubiera esperado que entre el 2001 y el 2020 en EE.UU., la mortalidad de las personas de 1 a 19 años, en vez de ir bajando o mantenerse estables, han subido por el suicidio.Que veas que la principal causa de muerte en la gente joven en España es el suicidio, dice mucho. Efectivamente, no se suicidan muchos jóvenes pero por cada suicidio consumado, hay 20 o 25 intentos.«Vamos a tener una generación con las mayores tasas de enfermedad mental que jamás se han visto nunca en la humanidad»En la última encuesta que vi en adolescentes de Estados Unidos con una muestra representativa de 14 a 18 años, casi la cuarta parte de las chicas tenían un plan hecho para suicidarse y el 13% habían tenido un intento de suicidio en el año anterior, una cifra que se reduce al 7% en el caso de los chicos. Los criterios diagnósticos en psiquiatría que más han subido, lo cuenta Jonathan Haidt, catedrático de Psicología en la Universidad de Nueva York y autor de ‘ La generación ansiosa ‘, son los trastorno de ansiedad y también de depresión.-¿Todo por culpa única y exclusivamente del móvil?No es única y exclusivamente, pero se debe. En epidemiología, casi nada es unifactorial. Pero si quitas uno de los factores que están contribuyendo a que eso se produzca, previenes un montón de casos.Ahora mismo, la mayor evidencia de relación causal la tenemos con lo que se llama los estudios de intervención porque no sólo es observar lo que ha pasado desde que en 2007 saliera el primer iPhone. Entonces, no teníamos experiencia, se hicieron estudios observacionales, se definió ya el uso problemático de teléfonos móviles, cuyos síntomas son muy parecidos a la adicción a cocaína, nicotina, alcohol, anfetaminas… El uso problemático de teléfonos móviles se vio en estudios observacionales que multiplicaba por un tres el riesgo de depresión o el trastorno de ansiedad, tal y como comprobó un metaanálisis del King’s College (2019), que resumía toda la evidencia científica disponible.Pero es que ya tenemos estudios que van más allá de la observación: hay ensayos que han demostrado que si tú, al azar, coges a gente joven, la divides en dos grupos y a uno de ellos les dejas sin redes sociales y les limitas el teléfono móvil, los índices de depresión mejoran muchísimo. Y esto se ha hecho también con familias: les han quitado los smartphones y les han dado teléfonos tradicionales. Mejora todo: la cohesión familiar, la depresión en los hijos…De hecho, la autoridad sanitaria que hay en Estados Unidos que emite las alertas en salud pública, que es a lo que me dedico, se llama el ‘surgeon general’, es decir, el ‘cirujano general’. Se llama Vivek Murthy y fue el que levantó la voz de alarma con el tabaco y el cáncer de pulmón en el siglo XX. Ahora, en 2023, ha hecho un informe de adolescentes, redes sociales y salud mental y se apoya en esos estudios causales de los que he hablado (escribió una columna en el New York Times sobre el tema). Es decir, ya no hay ninguna duda de la causalidad.Tenemos una vida más estresada, el ritmo de vida no es fácil, tenemos problemas económicos, de vivienda… Todo contribuye a que haya problemas de salud mental, sí, pero los móviles estropean los mecanismos cerebrales de neurotransmisores y éstos están implicados en la salud mental. La tecnología está influyendo en niños con edades tempranas, cuando se están desarrollando, justo en el momento en el que se producen muchas conexiones neuronales: cien mil millones de neuronas que se conectan entre sí. Que todo esto se organice bien y funcione de manera adecuada de cara al futuro es vital pero ahora le llega al cerebro un estímulo supranormal que produce unos chutes de dopamina como nunca antes. Recordemos que hay ingenieros de las grandes tecnológicas que se han cambiado de bando, como Arturo Béjar o Tristan Harris .-Por todo ello dice que ‘los dispositivos son una licuadora del cerebro’. ¿Y para los adultos?De la capacidad adictiva no se escapan ni los adultos. De ahí el primer consejo que doy: ‘Gánate la autoridad moral a base de ser ejemplar’.-Es el primero a propósito, ¿no? Totalmente porque ‘consejos vendo que para mí no tengo’ no vale. Eso hace perder toda autoridad moral a los padres . Así, no hay forma de que te hagan caso los chavales.-Ese primer capítulo sólo será efectivo si los padres son lo suficientemente autocríticos para reconocer que a ellos el móvil también les tiene enganchados.Y que también les está licuando el cerebro. Ahora tenemos a una sociedad mucho más distraída que la que existía antes de que se inventasen los teléfonos móviles con conexión a internet. Y eso le pasa tanto a los adultos como a los jóvenes. Es una sociedad más ‘entontecida’ y no lo digo como una metáfora: el efecto Flynn demuestra que el coeficiente intelectual medio de la humanidad, estudiado durante décadas, muy poco a poco era mayor hasta que aparecieron los smartphones. Se trata del efecto Flynn inverso, es decir, todas las generaciones vamos retrocediendo en coeficiente intelectual a ritmo de 0,2 desviaciones estándar por década; en los chavales, 0,3.Somos más tontos todos. Por eso digo ‘licuadora del cerebro’: porque nos hemos pasado todos a la fascinación pasiva. Intenta aprenderte ahora el teléfono móvil de alguien. ¡No puedes! Todo lo hacemos con el móvil: buscamos información, utilizamos la calculadora para hacer la cuenta… ¡No manejamos la cabeza! Entonces, neurona que no actúa, neurona que no conecta.«Hoy somos todos más tontos porque todo lo hacemos con el móvil. ¡No utilizamos la cabeza para nada!»-Hemos hablado de la pornografía. Y el segundo consejo que das es ‘Pregunta a tus hijos, uno a uno, sin miedo, a solas’. Y precisamente explicas que hay que hablar con los hijos del sexo, «escucharles con actitud positiva y sin juzgar» porque «el éxito es que lo cuenten». Pero, a la hora de verdad, los padres no saben abordar este tema…Claro. Hay una serie de miedos infundados. Muchos piensan: ‘si saco este tema con mi hijo, vaya follón se va a armar’. No es así. Hemos hecho estudios transversales en Filipinas, México o Ecuador con chavales adolescentes y nos dicen que lo que más echan en falta es que sus padres hubieran hablado antes con ellos de sexo.El gran educador ahora mismo en sexualidad no son los padres ni los colegios: es la gran industria de la pornografía que les deseduca. Y si no hablan los padres a sus hijos de sexualidad, lo harán los tíos más perversos que hay ahora mismo con este tema que lo que quieren es tener a drogatas de la pornografía porque así tienen clientes.-Otra solución es pactar las normas de uso en casa, no imponer. Pero los hijos no van a estar de acuerdo…Yo no estoy por imponer nada. Mis alumnos no usan ni móvil ni tableta y todo es pacífico. Ninguno está cabreado y no hay sensación de imposición. Lo han elegido ellos. Pagan por un producto que yo les doy. ¿Me explico?-Totalmente. Por cierto, muy buena idea el parking de los móviles…Está disponible en Amazon. Se puede comprar la caja.«Los adolescentes echan en falta que sus padres les hubiesen hablado antes de sexo»-También dices que los móviles no pueden ser nuestro despertador, que no han de estar en las habitaciones… Como bien has dicho antes, todo lo hacemos con el móvil y ‘mi hijo necesita la tableta para estudiar’, ‘escribir un WhatsApp a un compañero de clase porque tiene una duda con los deberes’…Hay que tener claro que muchas necesidades que tenemos son realmente ficticias. Si tu hijo necesita consultar algo a un compañero de clase, que le llame directamente si es imprescindible porque la interacción personal, tal y como explico, es mucho mejor. Hay muchas necesidades que nos hemos creado desde que existen los móviles y hacen que usemos menos el cerebro. ¿Ves? Licuadora del cerebro.-Móvil hasta los 18, ¿por qué? ¿Por qué no a los 17?Porque es la mayoría de edad, es cuando ya puedes conducir, se van a la universidad a estudiar fuera… Pero, previamente, los menores deberán haber recibido buena formación.MÁS INFORMACIÓN noticia Si Los ‘efectos secundarios’ de que tu hijo vea cómo los youtubers muestran juguetes noticia No Si los Reyes Magos han dejado un móvil a tu hijo, recuerda: las normas de uso son iguales para toda la familia noticia No Por qué publicar tu vida privada en redes sociales no es una buena idea para ti ni para tus hijos noticia No ‘Familias Digitales’, el recurso que ayuda a los padres a resolver las peleas por el móvil-A pesar de todo, dices ser optimista con el futuro…Hay razones para ello. No nos olvidemos de la iniciativa de las familias ‘Adolescencia libre de Móviles’. Otro ejemplo es Ángela Sánchez Pérez, la maestra que entregó más de 60.000 firmas al Gobierno para que prohíba los móviles antes de los 16 años. El otro día vi que está creciendo la venta de los llamados teléfonos tontos… Ósea, hay gente que está tomando medidas. Y después, que Vivek Murthy , la principal autoridad de salud pública en EE.UU., haya dado la alarma; que en Silicon Valley se haya puesto de moda el ayuno de dopamina ; que los grandes gurús de las tecnológicas le estén prohibiendo los móviles a sus hijos… Creo que hay razones para el optimismo, ¿no?
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