Minutos después de regresar al emblemático escritorio del Despacho Oval, Donald Trump lanzó una serie de declaraciones explosivas: amenazó a España con aranceles del 100%, la incluyó, de forma inexplicable, en el bloque de economías emergentes conocido como BRICS y advirtió a los socios europeos de que deben comprar más petróleo y coches estadounidenses o enfrentarse a consecuencias graves.En una larga y espontánea conversación sobre diversos temas, con un reducido grupo de medios entre los que estaba ABC, el presidente afirmó: «[El gasto militar de] España es muy bajo». Luego, improvisando o quizá provocando, añadió: «Son un país BRICS, España. ¿Sabes lo que es un país BRICS? Ya lo averiguarás. Pero si los países BRICS quieren hacer eso, está bien, pero vamos a poner al menos un arancel del 100% en los negocios que hagan con Estados Unidos ». La declaración dejó a los presentes desconcertados.ABC insistió con una repregunta para buscar mayor claridad, pero Trump evitó dar explicaciones adicionales. El acrónimo BRICS se refiere a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, un bloque de economías emergentes sin ninguna conexión con España, miembro de la Unión Europea y de la OTAN.Noticia Relacionada Cerrojazo en la frontera de México estandar Si Los inmigrantes se quedan a las puertas de la tierra de las oportunidades Milton Merlo | Corresponsal en Ciudad de MéxicoEstas declaraciones abren un nuevo capítulo en las relaciones con España, marcadas por una tensión que el nuevo jefe diplomático de Estados Unidos, Marco Rubio, ya anticipó durante su testimonio en el Senado antes de ser confirmado. Rubio señaló: «Los países avanzados de Europa Occidental han podido expandir programas de bienestar social porque no dedican el mismo porcentaje de su economía a la defensa que nosotros». España, con un gasto militar del 1,28% de su PIB, es el país de la OTAN con menor inversión en defensa, muy por debajo del compromiso del 2%. Trump afirmó que este objetivo debe ser elevado al 5%. Es una cifra llamativa, porque en este momento el porcentaje de Estados Unidos es del 3,38%, el segundo más alto dentro de la OTAN, solo por detrás de Polonia y Estonia. Ningún otro país de la alianza alcanza ese umbral del 5%.Los aranceles vuelven a ser la herramienta favorita de un presidente de Estados Unidos, utilizada con tanta frecuencia y como amenaza tan recurrente que resulta difícil discernir el verdadero alcance de sus palabras sobre España. Su mención del 100% de arancel parece alinearse con su política de penalizar a la Unión Europea por su bajo gasto en defensa, de presionar a los países BRICS ante su plan de crear una moneda común o de reforzar las medidas anunciadas contra Canadá y México por lo que califica como falta de cooperación en seguridad fronteriza.La ambigüedad en sus declaraciones sigue siendo tanto una táctica como una característica inherente a su estilo. Sin embargo, algo quedó claro por su gesto y la forma en que respondió a la pregunta de ABC en el Despacho Oval: España no figura entre sus países favoritos debido a su bajo gasto en defensa. Este reproche no es nuevo; ya fue un tema recurrente durante su primer mandato, cuando llegó a referirse a algunos socios de la OTAN como «morosos» y, en más de una ocasión, planteó públicamente la posibilidad de que Estados Unidos abandonara la alianza. En su primer mandato, los contactos de Trump con el gobierno de Pedro Sánchez en España fueron mínimos. En una ocasión, un alto funcionario de la Casa Blanca llegó a advertir a España sobre posibles sanciones si no dejaba de permitir que fondos del chavismo en Venezuela estuvieran depositados en el Banco de España, un asunto que finalmente quedó en nada, pero que generó cierta tensión diplomática sin mayores consecuencias.Aunque Trump parezca confundido o simplemente provoque con sus comentarios sobre la afiliación de España a los BRICS, su equipo no olvida ciertas afrentas. En la última cumbre de la OTAN en Washington, en julio, Pedro Sánchez proclamó su afinidad por el progresismo en general y Joe Biden en particular. «Yo he estado como presidente del Gobierno con el presidente Trump y con el presidente Biden, y, con todos los respetos hacia lo que vaya a elegir el pueblo estadounidense el próximo mes de noviembre, desde luego, como presidente progresista, prefiero a Biden como presidente de Estados Unidos», dijo. Ahora, el mandatario español tendrá oportunidad de justificar esa preferencia en foros internacionales y reuniones bilaterales.
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