Albares impone a los diplomáticos la ley del silencio tras el cese del embajador en Croacia

Home People Albares impone a los diplomáticos la ley del silencio tras el cese del embajador en Croacia
Albares impone a los diplomáticos la ley del silencio tras el cese del embajador en Croacia

El cese del embajador de España en Croacia por parte del ministro de Asuntos Exteriores ha sido interpretado en el seno de la carrera diplomática como un aviso de José Manuel Albares a sus compañeros, a quienes les ha recordado una máxima que impera en la sede madrileña del Palacio del marqués de Salamanca desde que fue nombrado titular del ministerio en julio de 2021: que mientras él sea ministro ningún funcionario de Exteriores puede hablar con periodistas y, en el caso de escribir en medios de comunicación, deben consultarlo previamente a la Oficina de Información Diplomática (OID), el departamento desde donde se gestionan las consultas que el Ministerio recibe de los medios de comunicación. Al margen de la ‘vendetta’ personal que Albares tiene desde diciembre de 2021 con el recién cesado embajador de España en Croacia, Juan González-Barb a, su destitución no es algo que los diplomáticos vayan a dejar pasar sin más. No se van a rebelar contra el ministro, entre otras cosas porque entienden que Albares algún día dejará de ser titular de Exteriores y se terminará su «mando de terror» -como calificó un embajador hace un par de días a ABC-, pero sobre todo se da la circunstancia de que la mayoría de diplomáticos entienden que, por encima de cualquier ministro, tienen que seguir desempeñando de la mejor forma posible su trabajo al servicio de la política exterior, una carrera que eligieron por su vocación de servicio público al país. El hecho, sin embargo, de que Albares haya destituido a González-Barba por haber publicado una tribuna a favor de la monarquía parlamentaria y la figura de Felipe VI sí es algo «preocupante» y «muy grave» , como afirman dos diplomáticos. Más allá de la derivada de la mala sintonía que existe entre Exteriores y el Palacio de la Zarzuela debido a la inquina de Albares hacia el jefe de la Casa de S.M. el Rey, Camilo Villarino , la razón que sobrevuela de fondo en la decisión de Albares para cesar a González-Barba guarda relación con el hecho de que el ministro «tiene prohibido» a los diplomáticos hablar con periodistas o que publiquen textos en medios de comunicación sin su conocimiento y consentimiento. Algo que, según una de las fuentes consultadas por ABC, «resulta incomprensible», entre otras cosas porque los miembros de la carrera diplomática saben de qué temas pueden hablar y nunca harían declaraciones ni publicarían artículos de opinión que fueran en contra de las políticas del ministerio, ni tampoco revelarían informaciones confidenciales. Por eso lamentan que desde la llegada de Albares sus derechos para hablar y escribir sobre cualquier tema -que son los mismos que dicta el artículo 20 de la Constitución para cualquier otro ciudadano de a pie-, se hayan visto coartados por un mandato interno del ministro, a quien señalan de controlar en exceso cualquier información que salga desde el ministerio, hasta el punto de generar atascos burocráticos innecesarios porque «todo tiene que pasar por él».Dos casos similaresSe da la circunstancia, además, de que González-Barba no ha sido el único embajador cesado por publicar un artículo -que no dejaba de ser una tribuna de corte casi académico- en un medio de comunicación. Antes de él, se dieron dos casos más: los de José María Ridao y Javier Benosa . En 2023, en un artículo en El País, Ridao reflejó su malestar con la Intervención General de la Administración del Estado ante la posibilidad de eliminar los salarios más bajos en las embajadas y amenazó con dimitir como jefe de misión en la India si esta medida seguía adelante. Esta publicación provocó su salida de Nueva Delhi.Benosa tocó un tema sensible para el Gobierno cuando -a finales de 2023, siendo jefe de la Oficina de Gibraltar-, denunció en El Mundo el silencio de Exteriores con la amnistía. Un tema sobre el que ABC publicó muchos artículos haciéndose eco de la frustración y decepción de los embajadores destinados en misiones en el exterior, que se veían obligados a defender la amnistía y a tirar por tierra el trabajo que habían hecho durante seis años para que ningún país se sumara a apoyar el procés en Cataluña. Benosa fue relevado cuando solo llevaba nueve meses en Gibraltar. «A toda la gente con la que ha tenido un roce, luego la ha machacado» , apunta un diplomático. A estas decisiones de Albares con sus compañeros de profesión, se suman otras que conciernen a los medios de comunicación. Cuando tomó posesión del cargo como ministro, se propuso que los funcionarios de Exteriores tuvieran «contacto cero» con los corresponsales diplomáticos. Resultó llamativo lo que ocurrió la semana pasada en la Conferencia de Embajadores, cuando después de su intervención los periodistas no pudieron acceder a la sala donde los embajadores tomaban café, algo que sí ha ocurrido en ediciones anteriores. No quiere ver, como sí ocurría antes, a periodistas tocando a la puerta de despachos de funcionarios para preguntarles sobre asuntos de política exterior. El ministro entiende que cualquier información sobre temas de actualidad que la ciudadanía deba saber la tiene que dar él. De ahí que ya no se organicen tampoco los ‘briefings’ de Directores Generales, que ayudaban a los periodistas a entender mejor la situación de determinadas regiones del mundo, los conflictos que existen en esas zonas y las acciones de España en materia de política exterior en los países de esas zonas.

Leave a Reply

Your email address will not be published.