Anatomía del amor tras la ruptura, por el director de ‘Campeones’

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Anatomía del amor tras la ruptura, por el director de ‘Campeones’

Hay nervios y emoción en el encuentro que ABC organiza con los actores Lorena López y Ricard Farré y el cineasta Javier Fesser . Claro que con el director de ‘Campeones’ la ternura y la emoción son más garantía que objetivo. Los tres vuelven a verse en una galería de bares de barrio en San Blas, cerca de un colegio, en un día gris que impide pisar los columpios. No importa, ya empujaron unos cuantos para ‘Custodia repartida’, la serie que hace posible esta reunión. —Javi, ayer pensé en que la vida de la gente sería mejor con profundidad, como en las películas –suelta, tras las palmadas de rigor y los abrazos, Ricard Farré.—¿Con el fondo desenfocado? –pregunta, entre curioso e irónico, Fesser.Y el actor catalán continúa la coña: «No, con profundidad. Lo pensé en mi habitación, que es pequeña. Encontré el sentido de la vida». Más perdidos están, desde luego, los protagonistas de la nueva serie original de Disney+, aunque esta en realidad también encierra algo de esa cotidiana filosofía. Actor y director aprovechan para ponerse al día mientras Lorena López, recién llegada del teatro, se cambia. Apuran un café y, cuando reaparece, lo hace también la alegría. «Buah, me ha hecho mucha gracia. ¿Sabías que han traducido el ‘ñiñiñi’ que hacemos?», le espeta, gesticulando y arrugando la nariz, Farré a su expareja en la ficción. «¿Y cómo es en inglés?», pregunta ella, engurruñando también la mueca. Y rompe a carcajadas. También hablan. Mucho. De «los detalles, los movimientos», de historias y de personajes. De la vida. El equipo de ‘Custodia repartida’ Javier Fesser dirige a Lorena López y Ricard Farré en ‘Custodia repartida’, su primera serie Tania SieiraAsí, cuentan, se metieron en sus papeles para ‘Custodia repartida’, la nueva serie original de Disney+. Se escaparon con el equipo y hablaron y hablaron. Se conocieron. «No estábamos ensayando una ficción, estábamos tratando de encontrar verdad en todo esto. Semanas antes de empezar el rodaje, pienso que a mí me gustaría rodar esto con amigos y digo: ‘¿Qué hay que hacer, ensayar? No, tenemos que hacernos amigos. Crear esa complicidad y esa familia también. Fue un proceso muy constructivo, nos ayudó a conocer a los personajes a través de nuestras experiencias. Pusimos sobre la mesa todo lo que a cada uno se le ocurría, de lo que sabe, de lo que conoce, de lo que le han contado», aclara Fesser, ya sentado en una mesa alta en medio de los dos actores. —Me encantaba eso que decías, Javi, de que no tenías una idea preconcebida. Era muy bonito verte decir que estabas descubriendo todo esto con nosotros – aprovecha López –. Y también tenías mucho en la cabeza cómo lo ibas a rodar, de repente estar muy atento a las reacciones, que da una sensación de documental de verdad, de meterte ahí dentro de… ¿no? Ostras.—De no detectar la ficción –asiente Fesser. —Exactamente, pasa todo como muy verdadero, hay mucha cámara en mano. Está muy vivo todo el rato –enfatiza la actriz, que deja con otro café al director y se toma, para paliar el frío de un plomizo día de enero, una manzanilla.Fesser vuelve a asentir, satisfecho. No escribió el guión, elaborado a cuatro manos por Juanjo Moscardó y María Mínguez, pero no le costó pegar la serie a la tierra, a lo cotidiano, para encontrar un «tono real», natural, fundamental a la hora de ‘guiar’ los pasos de sus atribulados protagonistas. «La idea era solo contar las cosas de verdad y que los personajes fueran de carne y hueso. Cuando te acercas a algo que te crees, empatizas y nace la emoción. Y la comedia también, porque te reconoces en este catálogo de torpezas emocionales. Eso es divertidísimo y sanador», explica el cineasta. Coincide Farré: «Lo bonito es que el humor es el vehículo, pero lo que les pasa es un drama. Me acuerdo mucho de una frase que nos decía cuando estábamos ensayando: ‘Vamos a hacer un drama sin que nadie se dé cuenta’. Y nosotros nos reíamos. Y luego: ‘Ahora una comedia sin que nadie la vea’. Y volvíamos a reírnos. Creo que eso está en la serie». «El objetivo era retratar cosas que pasen de verdad, que no estuviésemos ensayando y reproduciendo una toma tras otra, sino de una manera en donde los actores no se encontrasen ni limitados ni intimidados por todo el aparato técnico. Aquí toda la forma de rodar está al servicio de lo que está pasando delante. Y también con una intención muy clara de contar la historia a la altura del espectador, que sienta que está ahí dentro, no que alguien de fuera le está contando algo para que diga: ‘¡Ay, qué bonito, qué emocionante, qué divertido!’ sino esto está pasando. De ahí nacen las miradas finales de cada capítulo, que es como… sé que estás ahí. Entiendes tanto y los acompañas tanto a los personajes que al final te regalan una mirada para decirte: ‘¿Sabes qué? Que tú estás en tu casa viendo esta serie y me estás viendo a mí, pues yo también te estoy viendo a ti’».—Qué bonito eso –sonríe sorprendida Lorena. —Sí, qué guay –redunda Ricard.La primera serie de Javier Fesser, y la primera vez que dirige pero no escribe, es la historia de un final y, al mismo tiempo, de un comienzo. Es la historia de una ruptura, y de todo lo que esa pareja de «torpes emocionales» gana cuando pierde. Más problemas, más soledad, más inseguridades, más preocupaciones. Es una historia en apariencia sencilla pero repleta de capas, una comedia tierna y entrañable que, por circunstancias de la vida, encierra de repente un drama. Es la historia de Cris y Diego, interpretados por Lorena López y Ricard Farré, forzados a volver a empezar cuando su relación acaba. A depender de otros, a casa de sus padres. Y en el centro de la separación, su hija de 5 años. Una historia de verdad’Custodia repartida’ es una historia de amor que empieza cuando la relación de pareja acaba y surgen esos problemas que ambos juraron evitar. Es un adiós en el que todos están obligados a seguir viéndose. Todo el rato. «Cuando la otra persona te importa y le tienes estima y la quieres, es más difícil aceptar que eso no funciona y pasas por muchos sitios: la ira, la rabia… Luego de repente te acercas…», reflexiona Lorena López. Farré, como pensando para sí, la interrumpe: «Es que el miedo te bloquea. Empezar cosas nuevas. Y de repente hay un paréntesis que hace que parezca que todo vuelve a como estaba antes, pero estos paréntesis son cortitos». Igual de breves que el silencio, que llena rápido Fesser. «Son dos personas que se separan pero que tienen en común una hija. Todo lo que hacen y cómo lo hacen tienen que hacerlo bien porque es muy importante para un ser humano que es de los dos. Eso lo marca todo. Desde el primer día hay que seguir tomando decisiones como padre y como madre. Como equipo. Es el conflicto de la serie. No podemos dejar de ser un equipo porque somos tres. La familia existe, se rompe la relación de pareja pero la familia y ese equipo lo sigue siendo». Y Ricard Farré vuelve a pensar en alto: «Es bonito pensar cómo haces que un equipo se mantenga unido sin ser equipo. Y es muy chungo». Noticia Relacionada estandar Si ‘Custodia repartida’, el salto a las series del director de ‘Campeones’ Javier Fesser dirige esta comedia dramática que se estrenará en Disney+ España en enero de 2025Por fortuna, la serie, de ocho episodios de aproximadamente media hora, no se regodea en el sufrimiento sino que aligera el drama con las cosas tan absurdas que les acaban pasando. Y ahí sirve también de escaparate de temas más serios: la conciliación, la precariedad laboral, las distintas formas de educar de los abuelos –pura comedia a cargo de Adriana Ozores, Francesc Orella, Fernando Sansegundo y Aten Soria– y los padres… «El humor permite contar de una forma muy directa las cosas que te pasan, quitarle gravedad a las cosas pero sin abandonar nunca la verdad. El humor es un lenguaje que conecta muy bien; es una excusa perfecta para hacer precisamente esta radiografía de la sociedad», explica Fesser. —Es como perfectamente imperfecta, ¿no? –comenta el protagonista de ‘Custodia repartida’. Y sigue, mirando a Fesser– No sé, ¿cómo se dice? Es extraordinariamente ordinaria.

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