Curiosear un tomo de los protocolos notariales históricos es como mirar por el ojo de una cerradura: puede uno encontrar del otro lado cualquier sorpresa, desde un testamento que haga relación de los bienes de una figura reseñable, a los planos y alzados de un nuevo edificio como el cinematógrafo Lux Edén o Nuevo Apolo de Chamberí; la firma de Beatriz Galindo en un documento en que habla de sus hijos, o una carta de libertad de un esclavo, Luis, «mulato de buen cuerpo, con pelo entrecano». Todos estos tesoros, y muchos más aún por descubrir, se aposentarán ahora en el recién creado Archivo Histórico Provincial de Madrid, una antigua reivindicación de los archiveros que ya es una realidad recogida por el Boletín Oficial del Estado: el Ministerio de Cultura lo ha creado y lo gestionará la Comunidad de Madrid.La orden ministerial que pone en marcha este proceso recoge los antecedentes de esta ‘deuda histórica’ que se tenía con la Comunidad de Madrid. Porque los archivos históricos provinciales se crearon por decreto de 1931, pero no en la región madrileña. Una carencia que fue recordada y reclamada en una proposición no de ley aprobada en la Asamblea madrileña en 2009, y que volvió a reclamarse en la Ley de Archivos y Documentos de la Comunidad de Madrid que se aprobó en 2023.Ahora, el Archivo ya es una realidad jurídica, e integrará los fondos del Archivo Histórico de Protocolos –los documentos de más de 100 años de antigüedad procedentes de los notarios– y los de la administración periférica del Estado que estaban dispersos por otros archivos, como el Archivo General de la Administración o el Archivo Histórico Nacional.Esto significa que a lo que ya existía –los tomos de protocolos y los de las antiguas Contadurías de Hipotecas de la provincia de Madrid– se van a unir en breve otros fondos de valor histórico procedentes de los registros civil, mercantil, de bienes muebles, de la propiedad y los de la Administración de Justicia. «Se inicia el camino para poner esos documentos al servicio de la investigación», explica a ABC el subdirector general de Archivos y Gestión Documental de la Comunidad, Javier Díez Llamazares. En principio, el Archivo Histórico Provincial compartirá espacio físico con el lugar donde hasta ahora se encuentra el Archivo Histórico de Protocolos –que queda integrado en el Provincial–, y donde también está el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid –que custodia los documentos generados por el Gobierno y la Administración autonómica madrileña y sus instituciones antecesoras–: el edificio de la antigua fábrica de cervezas El Águila. Allí permanecerá hasta que el Ministerio de Cultura construya su nueva sede, sobre una parcela cedida por la Comunidad en Valdebernardo.Sumergirse entre legajos permite a los historiadores, los investigadores y los curiosos toparse con la vida cotidiana de la gente de otros siglos: la vida privada de los madrileños, sus ocupaciones, sus casas, sus ajuares domésticos o sus costumbres. En algunos casos, con sorpresas: entre los folios de un testamento se encontraron los naipes de una baraja satírica; o en una escritura se incluyó un dibujo de una tarasca utilizada en la procesión del Corpus Christi en 1626.El encanto oculto en los protocolos Arriba, testamento de Lope de Vega. Abajo, izq, edificio del Archivo Regional, donde se aposentará por el momento el Archivo Histórico Provincial de Madrid. Dcha, uno de los documentos que custodia el Archivo Histórico de Protocolos, ahora integrado en el Provincial TANIA SIEIRALos tomos de protocolos notariales son una fuente de información sobre la sociedad de una época, porque al final todo el mundo escritura algo a lo largo de su vida. Allí se encuentran las firmas de Benito Pérez Galdós, Práxedes Mateo Sagasta, la duquesa de Alba Teresa de Silva Álvarez de Toledo, Felipe II, Calderón de la Barca, Beatriz Galindo, Fray Luis de León, Goya, Lope de Vega, y ciudadanos anónimos como Antonio Maseda, enfermo en el Hospital General que firmó su documento con la letra insegura de quien no domina la escritura; o el dorador de retablos Martín de Velasco; o el comerciante tangerino Mohamed.La directora del Archivo Histórico Provincial, Beatriz García Gómez, recorre el depósito donde se guardan 47.350 tomos de protocolos. Destacan algunos por su especial interés: un documento por el que Miguel de Cervantes cede los derechos para imprimir su obra ‘La Galatea’; una carta de libertad de 1652 para un esclavo, por la que se acredita que ha quedado liberado; el último testamento de Calderón de la Barca, que murió sólo unos días después de firmarlo; o la gestión judicial del año 1802 por la que una mujer llamada Celestina retira la denuncia contra su marido, que había intentado ahogarla y no lo logró gracias a la intervención de una vecina. «De este tipo, apartando la querella, hay muchos, también anteriores», señala García Gómez.No más de 20 grados ni más del 40% de humedad Los depósitos que guardan los documentos en el edificio del Archivo Regional conservan condiciones de temperatura y humedad específicas para que estos o sufran daños: «No más de 20 grados de temperatura, ni superar el 40 por ciento de humedad», explica Beatriz García Gómez. En ocasiones se han producido robos –no aquí, sino en la anterior sede del Archivo de Protocolos, en la calle Alberto Bosch–: «A veces aparecen protocolos a los que les faltan algunas escrituras», que en ocasiones acaban en el mercado negro. La Brigada de Patrimonio de la Policía Nacional es su gran aliada.En su trabajo, asegura que «no hay día que no aparezca una maravilla». Y lo que queda por conocer: «Hay unas 300 escrituras por tomo, y estarán descritas en torno al 10 por ciento», ilustra. De hecho, «todos los días hay investigadores descubriendo nuevas cosas» porque «hay muchísima información virgen». La prioridad de la directora es que todo este caudal sea accesible. Y recuerda que «es de acceso libre y gratuito».No obstante, la mayor parte de quienes lo visitan son investigadores: «El 90 por ciento», confirma el subdirector general de Archivos y Gestión Documental, aunque también se dan casos de particulares que buscan escrituras o testamentos de antepasados, «porque el valor de una escritura nunca cesa». Hay abogados especialistas, buscadores de herencias, que también visitan el Archivo. «La historia de Madrid a nivel local es muy importante: era la Corte», recuerda.Incendios, hongos y bacteriasEn su papel de gestor de estos documentos, la Comunidad se tiene que encargar también de su restauración, ya que «en ocasiones están dañados, se han quemado parcialmente en incendios, o se han mojado» o les atacan hongos y bacterias. Además de en su restauración periódica, el Gobierno regional invierte también en la digitalización de alta calidad de los documentos. El Archivo Histórico Provincial de Madrid será «el más grande de la red española; llegará a custodiar más de 25 kilómetros de documentos», calcula Díez Llamazares.
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