Sánchez prepara ya el terreno de una legislatura sin Presupuestos

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Sánchez prepara ya el terreno de una legislatura sin Presupuestos

El varapalo con el que el Gobierno ha estrenado esta semana el año parlamentario, después de que la mayoría del Congreso de los Diputados tumbase dos de los tres decretos que llevó a la Cámara Baja, pone más en solfa que nunca la viabilidad de la legislatura. Al menos si se sigue la norma no escrita de que no puede haber tal, propiamente, sin que el Gobierno logre aprobar unos Presupuestos Generales del Estado. La misma regla que el propio Pedro Sánchez esgrimió en 2019, cuando tras serle tumbadas sus primeras Cuentas Públicas afirmó que «llámenme clásico, pero sin Presupuestos no se puede gobernar ». La derrota parlamentaria de marras incluía el ya célebre decreto ómnibus que mezcla la revalorización de las pensiones o las ayudas al transporte público o a los afectados por la Dana con otras cuestiones. Sánchez , durante unas breves declaraciones ayer a los medios en Fitur, se resistió de nuevo a impulsar otro decreto sin más medidas que las citadas, como le pide la oposición pero también sus socios. Noticia Relacionada estandar Si La doble derrota del Gobierno aboca a una legislatura agónica Juan Casillas BayoY todo porque a su juicio son los grupos que votaron no, como el Partido Popular (PP) o Junts Per Catalunya, los que deben «reconsiderar» su postura y cambiar su voto. «El Gobierno ha hecho su trabajo, su tarea», enfatizó el jefe del Ejecutivo el jueves en Valencia, en sus primeras palabras tras el varapalo. Al margen de cómo termine el episodio, y de la debilidad parlamentaria del Ejecutivo que pone de manifiesto, hay un silogismo que a nadie escapa. El de que difícilmente quien no puede lo menos (sacar adelante dos decretos, el ómnibus y el del impuesto energético) va a poder lo más, como es aprobar unos Presupuestos que ni siquiera se han llevado aún al Congreso para su preceptiva discusión entre los grupos parlamentarios. Pero lejos de temer ese escenario, el presidente del Gobierno parece decidido a romper el tabú de completar una legislatura sin esos Presupuestos. No a gobernar con unos prorrogados, o a aguantar con ellos hasta el final de un mandato, algo para lo que puede acogerse a algunos precedentes en el Gobierno central o actualmente, como ya están haciendo algunos portavoces gubernamentales, en algunas comunidades autónomas. No, a gobernar sin haber aprobado las cuentas ni un sólo ejercicio, durante todo un mandato, e incluso a convocar las elecciones generales cuando toque, si se llega hasta el final en el año 2027. Los portavoces gubernamentales ya lo deslizan abiertamente en público. Esta misma semana, en sendas entrevistas en la Cadena SER y en Onda Cero, el ministro de Justicia y la Presidencia, Félix Bolaños, y el titular de Transformación Digital y Función Pública, Óscar López, coincidieron no por casualidad en uno de los argumentos que la sala de máquinas de Moncloa ya ha puesto en circulación. El de que los actuales Presupuestos prorrogados, los de 2023, «son nuestros», como dijo Bolaños, o «los de un Gobierno de coalición progresista», como manifestó López. Al margen del matiz de que fueron elaborados con Podemos y no con Sumar como socio de coalición, lo cierto es que responden al refrendo de unas Cortes que no son las actuales, en las que, por ejemplo, tenían representación Ciudadanos (CS) o el PDeCAT, ahora extraparlamentarios, o el PP contaba con apenas 89 escaños, unos cuarenta menos que ahora. «Tampoco es algo que sea tan grave no tener presupuestos», sentenció Bolaños en la emisora del Grupo Prisa, «son nuestros Presupuestos [los prorrogados del año 2023], no los hemos heredado de otro gobierno », ahondó López. El mismo Sánchez abrió el camino discursivo durante los días que estuvo en Davos (Suiza), donde en una entrevista en Bloomberg aseguró que «los Presupuestos que tenemos ahora en España son de mi administración, así que estoy muy cómodo». Frase de hemerotecaFuentes del Gobierno apuran aún más esa explicación o parapeto argumental que prepara el terreno para esa eventual legislatura completa sin proyecto presupuestario. « Nos preocupa cero , al final las cuestiones que hemos llevado en los decretos tienen mayor trascendencia práctica», aseguran, si bien admiten que el hecho de que no haya Cuentas Públicas tiene «otra lectura política». En cualquier caso, dejan claro que a diferencia de lo ocurrido en 2019, cuando Sánchez disolvió por primera vez las Cortes menos de un año después de llegar a La Moncloa, los Presupuestos no serían «la clave» que podría decantar la convocatoria.De llevar a cabo su propósito Sánchez rompería otro tabú. Pues en su trayectoria hay desde hitos inéditos, como ser el primero que llega a la Presidencia con una moción de censura, a normas no escritas rotas, como lograr la investidura sin haber sido el partido más votado. «Llámenme clásico, pero sin presupuestos uno no puede gobernar», dijo hace seis años. Otra frase de hemeroteca que podría perseguirle en el futuro.

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