Los 440.000 asegurados andaluces de Muface , entre mutualistas y beneficiarios, seguirán algunas semanas más con la incertidumbre sobre la continuidad del concierto. El Ministerio de Función Pública ha dejado sin efecto la segunda licitación antes de que expirase su plazo tope de presentación de ofertas, previsto para este lunes a las 10.00 horas. El procedimiento debe revisarse, explican, «para asegurar la congruencia de los distintos elementos que permiten el cálculo del presupuesto base de licitación y del valor estimado del contrato». Las asociaciones médicas andaluzas contaban con que se plantease una tercera licitación, la definitiva. La negativa de la mayoritaria Segurcaixa Adeslas al final de diciembre, replicada poco después por DKV, puso todo el foco en Asisa, pero como ya avanzó este periódico, el modelo de Muface no puede sustentarse con una sola aseguradora como alternativa al servicio del Instituto Nacional de la Seguridad Social. Con este adelanto poco ortodoxo, el Estado ha ganado tiempo. Según se desliza de la última comunicación rubricada por la directora general de Muface, Myriam Pallarés, no sólo se van a realizar las «modificaciones oportunas», claramente en materia económica, sino que también se va a «acordar un nuevo plazo de presentación para que los licitadores interesados puedan adecuar la documentación».Las fuentes consultadas entienden que los cambios no van orientados tanto a que Asisa mueva ficha sino a que Adeslas regrese al tablero. Los expertos tienen claro que DKV no va a volver por su número más testimonial de mutualistas. El sector de los seguros es un negocio de grandes números, porque a mayor volumen de clientes, menor es el riesgo. Este principio básico de la estadística —Campana de Gauss— refrenda el hecho de que se hayan ido retirando las compañías más pequeñas de los sucesivos conciertos. Pero eso no es precisamente aplicable a Segurcaixa Adeslas, que integraba a la mayoría de los mutualistas andaluces según la última memoria (2023) de Muface. La decisión de Adeslas se basa en las pérdidas derivadas en su permanencia en Muface entre 2022 y 2024, que cifró en 256 millones —en el caso de DKV, 70 millones—, y que seguirían anotando de asumir las condiciones ofrecidas por el Gobierno en la segunda licitación. sobre la mesa estaba, por ejemplo, un aumento de la prima del 33,5% en tres años, siendo 2025 el que traería un crecimiento mayor —19,37%—. En el caso de la prima media por mutualista, ésta pasaría de los actuales 1.032,12 euros al año a los 1.262,28 al final del trienio. Y cuestiones como la asistencia en el extranjero quedarían cubiertas a través de una partida de 77,7 millones.Sin nueva fechaEl anuncio ministerial no marca fechas : «Una vez completado el expediente de contratación 1GF/2025, y aprobadas las modificaciones de pliegos que rigen el mismo, se dispondrá la apertura del procedimiento de adjudicación, otorgando un nuevo plazo».Ya en una reciente entrevista en Onda Cero, el ministro Óscar López se mostró «casi convencido» de que las posturas se acercarían in extremis. «Estamos trabajando intensamente y soy optimista (…) estamos buscando una solución», explicaba, pues aunque «depende de las decisiones» que se tomen, «hay fórmulas». Asumió no sólo que «la prioridad es renovar el concierto», sino que además es una cuestión que respalda la ley.Que la fórmula para terminar con Muface pase por un encaje legislativo se contrapone diametralmente al discurso de la ministra de Sanidad, Mónica García, cuando abrió la puerta a trasladar a los sistemas de salud públicos el presupuesto que el Gobierno destina anualmente a la mutualidad. Las citadas fuentes médicas entienden esta estrategia cruzada como una baza política que ambos partidos están jugando de cara a unas probables elecciones anticipadas , pese a su condición de socios de Gobierno. Lo cierto es que el funcionariado ya ha mostrado visos de un paro generalizado durante la primera quincena de febrero. Sería el siguiente paso tras las manifestaciones coordinadas por los sindicatos ANPE, Fedeca, SIAT, SPP, UFP, USIE, USO y APFP del pasado miércoles ante la sede de la mutualidad en Madrid, y de manera paralela, en diversas provincias como Sevilla. A este respecto, la ministra García insiste en que Muface es «anacrónico» y desliza que los funcionarios tendrían una atención a a su salud «más eficiente» en la sanidad pública.La subida del personalPor su parte, el presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos, Alfonso Carmona, quien también confía en que la ‘tercera’ licitación sea la de gracia, pone el acento en que las mejoras que consigan las aseguradoras reviertan también en unas condiciones más convenientes para los facultativos adheridos, «que no han dejado de trabajar, pese a sufrir también pérdidas».Así, cree que la solución llegará a corto plazo en un ejercicio de cordura del Ministerio, sobre todo por los pacientes: «En estas semanas no siempre se han dispensado los tratamientos en tiempo y forma, pues se han retrasado los permisos de algunas pruebas, si es que no se han denegado». Carmona refiere además la pérdida de tiempo y recursos que implicaría «empezar de nuevo con distintos tratamientos de pacientes atendidos hasta ahora por las aseguradoras». De esta forma, el experimentado pediatra encuentra igualmente un matiz político en toda esta larga negociación, pues asume que el Estado es consciente «del problema gordísimo que supondría la llegada de los mutualistas y sus familias a la pública, donde ya hay muy pocos médicos». A nivel andaluz habría que ampliar en 700 camas los hospitales si no se quiere empeorar la de por sí constreñida situación actual. De la misma manera, sobrarían unas 2.000 camas de la privada. Y eso es sólo un factor. Sin embargo, la portavoz de la Junta, Carolina España, aseguró tras el pasado Consejo de Gobierno que no se hará ninguna modificación presupuestaria en Salud en caso de tener que asumir a esos cientos de miles de pacientes. Lo cual es una manera velada de decir que también se confía en una tercera, y certera licitación.
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