Muchos estudiantes extranjeros en EE.UU. estarán preocupados por qué hicieron y qué compartieron en redes sociales en las protestas propalestinas y antiisraelíes del año pasado. Donald Trump , que en campaña prometió mano dura contra cualquier manifestación de antisemitismo, ha firmado una orden ejecutiva esta semana con la que promete perseguirlo, en especial, en las universidades.«Mi promesa a los judíos estadounidenses es la siguiente: con vuestro voto, yo seré vuestro defensor, vuestro protector y el mejor amigo que los judíos estadounidenses han tenido nunca en la Casa Blanca», defendió el nuevo presidente en un documento que acompañaba a esa orden ejecutiva .«Enviaré órdenes claras a mi fiscal general para procesar de forma agresiva las amenazas, vandalismo y violencia contra los judíos estadounidenses », agregó y lanzó un mensaje a la población más vulnerable frente a la acción ejecutiva del presidente de EE.UU., los extranjeros que residen en el país: «A todos los residentes extranjeros que se sumaron a las protestas pro-yihadistas, os lo advertimos: viene 2025 y os encontraremos y os deportaremos. También cancelaré con rapidez los visados de estudiantes de todos los simpatizantes de Hamás en los campus universitarios, que han sido contaminados con radicalismo como nunca antes».Noticia Relacionada Su coste aumentará un 20% estandar Si Trump se enfrenta a un desafío inesperado: el precio de los huevos David Alandete | Corresponsal en Washington Ante el aumento del precio en los súper, por el que el republicano atacó a Biden, los demócratas han enviado una carta a la Casa Blanca exigiendo que cumpla su promesa de bajar el precioProtestas tras el ataque del 7 de octubreLas protestas se desataron desde el otoño de 2023 en centenares de ciudades y campus universitarios de EE.UU. tras la operación militar de Israel en Gaza como respuesta a los atentados terroristas de Hamás en su territorio del 7 de octubre de aquel año.La mayoría de las protestas fueron no violentas, pero también hubo ataques antisemitas , enfrentamientos entre manifestantes, campamentos-protesta que tuvieron que ser desmantelados a la fuerza y con centenares de arrestos, ocupación de edificios y mucha tensión.Los organizadores de las protestas -las que ganaron más protagonismo fueron las de la Universidad de Columbia , en Nueva York- defendían que no eran antisemitas y siempre repetían que entre sus líderes había judíos. La protesta, decían, era contra el sionismo, el estado de Israel, lel Gobierno de Benjamin Netanyahu y el impacto de su operación militar en Gaza.Pero entre los cánticos habituales en las protestas se escuchaba el generalizado ‘ Desde el río hasta el mar, Palestina será libre ‘, que es considerado por muchos judíos como la defensa de la destrucción de Israel y de su pueblo; o ‘Solo hay una solución, la revolución de la Intifada’. Pero más allá de las protestas, hubo insultos, amenazas, mensajes en redes sociales, convocatorias, manifiestos y actividades con contenido antisemita. Muchos estudiantes judíos aseguraban no sentirse seguros en los campus.Las universidades se colocaron en el centro de la picota política. Los republicanos acusaban a sus líderes de no hacer lo suficiente para combatir el antisemitismo en los campus. Varios rectores de universidades de prestigio tuvieron que comparecer en el Congreso para recibir las reprimendas de los legisladores. Tres de ellos, las rectoras de Harvard, de la Universidad de Pensilvania y de la propia Columbia, se vieron forzadas a dimitir .Trump redobla sus esfuerzos contra el antisemitismoLa orden ejecutiva firmada por Trump exige redoblar los esfuerzos contra el antisemitismo y « perseguir, expulsar y, en general, exigir responsabilidad a los que hayan incurrido en acoso o violencia antisemita».El decreto presidencial deja claro que la prioridad son las universidades. Da un plazo de sesenta días a las autoridades para hacer inventario de los casos abiertos de antisemitismo en universidades por las protestas tras el 7 de octubre . Asimismo, advierte a los centros educativos que tendrán que «informar de las actividades relevantes de estudiantes y empleados extranjeros» para, si fuera necesario, «expulsar a esos extranjeros».Límete constitucionalEl impacto de la orden ejecutiva está por determinar. Es evidente que puede entrar en conflicto con la Primera Enmienda de la Constitución, que protege la libertad de expresión , un derecho fundamental y que se ha convertido, en otros ámbitos, en una prioridad para los sectores conservadores y que tiene una interpretación muy amplia en EE.UU.Otra cuestión es si Trump puede actuar sin cortapisas cuando se trata de extranjeros. «La Primera Enmienda protege a todo el mundo en EE.UU., incluidos los ciudadanos extranjeros estudiando en universidades estadounidenses», defendió a Reuters Carrie DeCell, abogada del Knight First Institute de Columbia. «La deportación de no-ciudadanos por sus declaraciones políticas sería inconstitucional».Eso se decidirá si el asunto acaba llegando a tribunales, lo mismo que pasará con la eventual cancelación de visados . En cualquier caso, la orden ha desatado la ansiedad en los campus de EE.UU., donde las autoridades han reforzado en muchos de ellos las protecciones para evitar manifestaciones antisemitas. Pero no se han desterrado del todo. Este mismo mes, cuatro manifestantes enmascarados interrumpieron una clase sobre historia de Israel en Columbia y repartieron propaganda que incluía mensajes antisemitas.
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