El PSOE de Madrid ha dado comienzo este sábado a su 15 Congreso Regional, que sin oposición confirmará al ministro de Transformación Digital y para la Función Pública, Óscar López , como nuevo líder de la formación, en sustitución de un ausente Juan Lobato, al que ningún orador ha mencionado siquiera, en la primera jornada de un cónclave que el domingo clausurá Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno quien, no en vano, es «un socialista madrileño», como ha recordado López, que fue su jefe de Gabinete en Moncloa antes de llegar a la mesa del Consejo de Ministros.El nuevo líder de los socialistas madrileños y como tal jefe de la oposición al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso se ha rodeado de pesos pesados tanto del Gobierno como del partido en la primera jornada del congreso que se celebra en el campus de la Universidad Carlos III en Leganés. Dos ministros, el de Asuntos Exteriores José Manuel Albares y el de Justicia y Presidencia, Félix Bolaños, madrileños ambos, el secretario de Organización de la Ejecutiva Federal, Santos Cerdán, y el presidente de la Generalitat y líder del PSC, Salvador Illa. Todos le han elogiado como el hombre que puede recuperar para los socialistas la presidencia cuya sede se ubica en la Puerta del Sol, cuyo último inquilino socialista, Joaquín Leguina , fue ‘desalojado’ de la misma en los años noventa del pasado siglo, y hoy ya no pertenece al partido, del que fue expulsado. Una circunstancia histórica que invita al pesimismo, pero que López ha tratado de conjurar asegurando que «en 2003, Rafael Simancas, presente en esta sala [actual secretario de Estado de Relaciones con Las Cortes] tuvo que ser presidente de la Comunidad de Madrid, y en 2015 a Ángel Gabilondo le faltó un escaño, por la división de la izquierda, que tomen nota», ha señalado en un claro dardo velado a Más Madrid y el resto de formaciones a la izquierda de la suya. Noticia Relacionada estandar Si Óscar López elige a la veterana Paca Sauquillo como presidenta del nuevo PSOE de Madrid Mariano CallejaEn aquellos comicios madrileños de hace una década la candidatura de Izquierda Unida (IU), alternativa a la de Podemos, y que encabezó el hoy director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, restó una gran cantidad de voto al bloque de la izquierda al quedarse muy cerca del 5% del voto pero sin alcanzar ese límite mínimo para obtener representación en la Asamblea de Vallecas. «Digitaluchos»López y todos sus padrinos elegidos para la ocasión han alertado del Ejecutivo que lidera Ayuso como uno de «ultraderecha», e incluso de «ultraderecha puro», al que hay que derrotar. Y una y otra vez le han comparado con el que encabeza Donald Trump al otro lado del Atlántico. Illa, incluso, ha equiparado al presidente de los Estados Unidos con el de Rusia, Vladimir Putin, cuando ha señalado que en el mundo actual hay un debate entre «el poder de la fuerza o el poder de la razón», poniendo como ejemplos tanto la invasión de Ucrania en 2022 como la pretensión del inquilino de la Casa Blanca de anexionarse Groenlandia, bajo soberanía de Dinamarca. Por lo demás, los representantes de Moncloa y Ferraz no han perdido la ocasión de volver a lanzar nuevos ataques contra el poder judicial y contra los medios de comunicación. El más incisivo, en ese sentido, ha sido Cerdán, el único de los oradores sin poder institucional, quien además ha hecho chanza de que López llegase según algunas voces sin primarias, dado que, como ha explicado, eso ha ocurrido por no haber una alternativa. Todo ello sin nombrar en ningún momento al senador Lobato. El número 3 socialista ha aseverado que «el PSOE siempre ha respetado a los poderes del Estado, pero ese respeto tiene que ir en todas las direcciones, no solo del uno hacia el otro». Una idea que ha reforzado Illa, quien ha asegurado al respecto que «todo el respeto para el poder judicial, pero también exigimos respeto para el poder Ejecutivo y para el poder legislativo», ha sentenciado el presidente catalán. Tanto Illa como Bolaños han vuelto a hablar de «pseudomedios» que a su juicio están al servicio de la «internacional ultraderechista» a ambos lados del Atlántico. E incluso han introducido un nuevo término despectivo para algunas cabeceras, como el de «digitaluchos», cuya existencia se debe, han denunciado, a la financiación de la Comunidad de Madrid.
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