El mismo día en que se conocía que se aplaza el segundo intento de desahucio de uno de los pisos de la conocida como Casa Orsola de Barcelona -prevista para esta madrugada-, el propietario del inmueble, Albert Ollé, administrador de Lioness, ha hecho pública una demoledora carta en la que, cansado de los ataques y de haberse convertido a ojos de la opinión pública en un «criminal», anuncia su intención de vender el inmueble. «Después de recibir todo tipo de insultos y ataques, supongo que finalmente acabaré vendiendo la finca. Paradójicamente, cuando esto pase, es posible que se encuentren con un auténtico buitre que no tendrá ningún interés en preservar el patrimonio ni en llegar a acuerdos », explica Ollé que arremete particularmente contra Josep Torrent, el inquilino que, con contrato vencido, se niega a dejar el inmueble, así com el Sindicato de Inquilinas que ha liderado las protestas.En su carta, Ollé explica que en toda la polémica se ignora que «todos los inquilinos que se dirigieron directamente a nosotros encontraron una solución. Por ejemplo, recuerda el caso de una vecina, Josefa, ya fallecida, que »renovó su contrato por 450 euros mensuales«. También se ignora, afirma, que »otro vecino, después de haber sido pillado introduciendo okupas en la finca, recibió una renovación del contrato cuando su padre, avergonzado, intercedió por él«.«Durante tres años, el edificio de Casa Orsola ha estado objeto de campañas de desprestigio, ocupaciones ilegales e incluso actos vandálicos que han dañado un patrimonio modernista que quise preservar. Las puertas rotas, las paredes pintadas y los espacios comunes abandonados no son símbolos de justicia social, sino de la incapacidad para conciliar derechos y deberes. Este es el modelo de lucha que se quiere legitimar?», se pregunta Ollé.Apelando directamente al inquilino Josep Torrent, el propietario se pregunta «qué valores transmite a sus alumnos cuando defiende huelgas de alquiler y ocupaciones, cuando justifica que no se pueda pagar más de 700 euros por un ático con 60 metros de terraza en Consejo de Ciento con Calabria». Sobre otro vecino también en litigio afirma «que impide que su hijo trabaje para no perder la condición de vulnerable».«Se ha hablado mucho de vulnerabilidad, pero hay que diferenciar entre quien la sufre y quien la instrumentaliza. Tampoco otro vecino no explica que le ofrecimos dos viviendas, una fuera y la otra dentro de la Casa Orsola, y las rechazó. En los últimos días nos exigió un alquiler de 700 euros sin subidas durante siete años . »En cambio, el señor Torrent, a pesar de presentarse como víctima, disfruta de una estabilidad que otros muchos inquilinos de Barcelona ni sueñan. Es justo que él, desde esta posición, monopolice el relato de la pobreza mientras se desprecia el derecho a la propiedad responsable?«, prosigue.Noticia Relacionada estandar No Aplazado también el segundo intento de desahucio de la Casa Orsola de Barcelona EPYa en clave política, el propietario recuerda que Torrent ha cuestionado el proceder del alcalde Collboni y de los presidentes Sánchez e Illa, cuando en realidad, señala, «en lugar de buscar culpables, tendría que reflexionar si su situación no es consecuencia de haber confiado en aquellos que prometieron miles de viviendas sociales y no construyeron casi ninguno, o de haber votado por quién impuso la obligación del 30% de protección oficial , paralizando así la construcción de nueva vivienda en Barcelona», apunta en alusión a las políticas del anterior mandato, con Ada Colau al frente del Consistorio. Ahora todos pagamos las consecuencias.Como conclusión, señala: «En una sociedad donde los valores fundamentales se diluyen, hay que preguntarnos: ¿quiénes son los verdaderos buitres? Hasta la vista, y mucha salud».
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