El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, se sentará este lunes en el banquillo de la Audiencia Nacional para enfrentarse al caso que se llevó por delante la posición que ostentaba como cabeza visible del fútbol español, un asiento del que no habían conseguido removerle ni el escándalo por los contratos de la Supercopa en Arabia Saudí ni las acusaciones de espionaje o las dudas sobre su gestión de los fondos de la institución. Sigue imputado por todo eso y algunos hechos más en un juzgado de Majadahonda, pero desde hoy y hasta el próximo 19 de febrero, tendrá que responder en la causa que acabó con su carrera: una acusación de agresión sexual y otra de coacciones sobre la jugadora de la selección española Jennifer Hermoso . El juicio tendrá lugar en el Juzgado Central de lo Penal , es decir, no será un tribunal sino un solo juez quien decida si le impone los dos años y medio de cárcel que pide para él la Fiscalía. Se celebrará en la sede que la Audiencia Nacional tiene en la localidad madrileña de San Fernando de Henares ante una amplia expectación: más de un centenar de profesionales acreditados de ocho países (de Australia y Colombia a Reino Unido) seguirán las sesiones in situ, aunque también se retransmitirán por ‘streaming’ siendo vista pública.Noticia Relacionada estandar No Las claves del caso Rubiales-Jenni Hermoso que llega este lunes a los juzgados Isaac Asenjo Se espera que la vista oral dure unos once días y al ex ‘mandamás’ del fútbol español le acompañarán en el banquillo otros tres exdirectivosLos hechos son conocidos, lo que está en juego es su trascendencia penal. 20 de agosto de 2023, final del Mundial de fútbol de Sídney, en Australia. España se impone a Inglaterra por un gol y se corona. Las jugadoras celebran, bajan las autoridades. Comienza el desfile en el medallero. Un Rubiales eufórico -en el palco, junto a la Reina y la infanta Sofía, se había llevado la mano a los testículos mientras vociferaba tras una jugada-, agarra la cabeza de Hermoso y le planta un beso en la boca «de manera sorpresiva e inesperada», en palabras del juez que llevó la instrucción. Ella, decía el auto que dejó a Rubiales al borde del banquillo, «no dio su consentimiento para ello». Ni siquiera lo había visto venir. La Fiscalía, como la acusación popular que ejerce la AFE, pide una condena de un año de cárcel. Rubiales sigue sosteniendo que aquello fue «un piquito» para el que antes, pidió permiso. Su defensa llevó al juzgado la pericial de un experto en lectura de labios, pero no fue tenido muy en cuenta. Volverá a presentarlo como prueba en el juicio. «Jennifer Hermoso, desconcertada y sorprendida por el inesperado beso en los labios, no tuvo tiempo de reaccionar. La jugadora trató de restarle importancia en un primer momento y continuar celebrando el histórico triunfo de la selección. No obstante, conforme iban pasando las horas, la euforia del triunfo fue dando paso al malestar y al sentimiento de haber sido ofendida por la acción antes relatada, malestar que fue en aumento ante las presiones de Luis Manuel Rubiales Béjar y de su círculo próximo para que públicamente manifestase que el beso había sido consentido», relata el auto de procesamiento. Porque es así como la situación se agravó.El escándaloAl principio, el incidente pasó desapercibido, pero la redifusión de las imágenes y su viralización en redes puso en ese medallero todo el foco de atención. La prensa nacional y extranjera -y variadas instituciones, entidades y personalidades- criticaba con crudeza la actuación de Rubiales. Él, según la tesis de la Fiscalía y las conclusiones de la investigación, intentó primero directamente y luego, a través de terceros, que Hermoso atajase la polémica con una declaración pública en la que quitase hierro al asunto, dijera que había sido consentido y le salvase de las acusaciones de abuso que ya empezaban a cundir. Junto a él se sientan en el banquillo por eso el que era director de la selección, Albert Luque; el responsable de marketing, Rubén Rivera , y el entonces seleccionador nacional, Jorge Vilda . Están acusados, como Rubiales, de un delito de coacciones por el que afrontan un año y medio de cárcel cada uno y que habrían desplegado ya desde el avión que traía al equipo de vuelta a España y durante el viaje a Ibiza que hicieron parte de las jugadoras para celebrar el título.Los otros acusados Jorge Vilda a Fiscalía pide año y medio de cárcel para el exseleccionador acusado de coaccionar a Hermoso a través de su hermano para que defendiese a Rubiales Rubén Rivera Acusado de coacciones por la presión que habría desplegado sobre Hermoso en Ibiza por orden, según la fiscal, de Rubiales Albert Luque El exdirector de la selección afronta un año y medio de cárcel por coacciones a Hermoso, en su caso, presionando en Ibiza para que defendiese a RubialesEn el caso de Vilda, la Fiscalía sostiene que, siguiendo instrucciones de Rubiales, buscó en el avión al hermano de Jenni Hermoso , Rafael, y le dijo que si ella no accedía a participar en un vídeo en descargo del presidente de la RFEF, «tendría consecuencias negativas» y «perjuicios en su carrera». Sobre Rivera, que se encargó de la logística de la expedición a Ibiza, el juez instructor concluyó que «de manera reiterada y persistente que hablase por teléfono con el responsable de integridad de la Federación» y «le insistió en que debía participar en el vídeo» exculpatorio. No cejó en su empeño pese a la «clara negativa de Hermoso», como tampoco lo hizo Luque, que llegó a presentarse en su hotel. «Ante la rotunda negativa, Albert Luque envió un mensaje de whatsapp a la amiga de Jennifer (…) acusándola de mala persona, deseándole que se encuentre muy sola en la vida y anunciándole que se alegrará de que eso suceda», decía el auto. Esta es la tesis que se someterá a criterio del juez central de lo Penal frente a la versión de los cuatro acusados, que niegan todos sus términos. Tendrán opción de rebatirlos si se avienen a contestar cuando les toque el turno de ser interrogados, en la recta final del juicio. Las hijas como testigosPara entonces, según el calendario provisional de sesiones, ya habrán comparecido la propia Hermoso, que declarará hoy, y una batería de testigos que incluyen a las jugadoras Alexia Putellas, Irene Paredes, Laia Codina y Misa Rodríguez . También constan como testigos el seleccionador nacional Luis de la Fuente; las hijas de Rubiales y parte del que fue su núcleo duro en la RFEF, como el exdirector de Integridad, Miguel García Caba ; el exdirector de Comunicación, Pablo García Cuervo , entre otros, que presenciaron o conocieron lo sucedido en aquellos días de agosto tras la final del Mundial de Sídney. Cabe recordar que mientras se producían estos hechos, en España la polémica iba en aumento, como las voces que pedían la dimisión de Rubiales, sobre todo después de escucharle en una emisora de radio definir las críticas a su conducta en el medallero como «gilipolleces». El 25 de agosto, convocó una asamblea extraordinaria de la RFEF durante la que, contra todo pronóstico, se atrincheró en el cargo al grito de «no voy a dimitir» entre aplausos de los asistentes. Se presentó como la víctima de un linchamiento y aseguró que aquel «piquito» fue consentido.La caídaEn lo que el Consejo Superior de Deportes comenzaba a recibir denuncias contra Rubiales y las iba tramitando hacia el Tribunal Administrativo del Deporte , la FIFA tomó cartas en el asunto y, en una resolución firmada aquel octubre, le suspendió cautelarmente por su conducta en el medallero, decisión que después confirmaría: inhabilitado durante tres años. El TAD llegaría en noviembre también a la misma conclusión, imponiendo a Rubiales la prohibición de desempeñarse en el ámbito deportivo durante ese mismo periodo de tiempo, seis meses más de lo que durará la condena de la Audiencia Nacional si acaba declarado culpable de los dos delitos de los que está acusado.
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