El origen de la empanada gallega es muy complicado de situar en la línea del tiempo. Todas las referencias, repetidas en infinidad de artículos con dudoso rigor histórico, ubican la llegada de este bocado popular al norte de la península ibérica con los godos –siglo VII–. Así lo aseguran algunos autores como Ramón Tejeiro –en su libro ‘De la comida y otras sensualidades’ (2013)– en el que apunta a que fue este pueblo quien decretó las primeras ‘normas’ para su elaboración. Otros se atreven incluso a remontarse al siglo IV, con los suevos, o interpretar que el maestro Mateo la inmortalizó en una de las escenas del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela .Sea como fuere, la controvertida historia de este concepto –meter alimentos en una masa de pan, como sospechan que hacían los árabes con sus empanadillas de cordero y de verduras mucho antes– importa poco a sus devotos. La tradición más contemporánea ha convertido este bocado, junto con otros como la tarta de Santiago, en un reclamo de hedonismo con sello gallego. Por eso, Madrid Fusión Alimentos de España 2025 ha sumado esta receta a los numerosos concursos que acoge en su cita anual, que tuvo lugar los pasados días 27, 28 y 29 de enero en Madrid.Noticia Relacionada Junto a la Gran Vía estandar No El mejor steak tartar de España se hace en este restaurante de Madrid Adrián DelgadoEl objetivo era buscar la mejor empanada gallega de España entre seis finalistas que presentaron sus respectivas versiones. Como ocurre, a veces, en este tipo de certámenes el premio no cayó en la Comunidad Autónoma de la que es un emblema, sino que lo hizo en un local del barrio madrileño de Chamberí. En concreto, en el del cocinero coruñés Miguel Fernández Vidal , del obrador Mai e Matucha , especializado en empanadas y cocina tradicional gallega.La vencedora en esta primera edición de este campeonato es un homenaje a las mujeres que enseñaron a Miguel –y a su hermano– a hacer empanada: sus tías abuelas Mai y Matucha, de Lage (La Coruña), cuyos nombres rezan en el letrero de este espacio gastronómico. La elabora con hojaldre, sin masa de pan, siguiendo las proporciones –no hay peso sino cálculos por tazas– que ellas dejaron apuntadas en una cuartilla a escrita a mano. Miguel Fernández Vidal, del obrador Mai e Matucha, con el premio a la mejor empanada gallega de España de Madrid Fusión 2025En este aspecto también hay una controversia sobre si la base auténtica es esta, de masa quebrada o de hojaldre. Fernández opta por este último tipo de masa porque es para él más ligera y jugosa y llevó dentro de ella, a la mesa del jurado, un relleno que materializa el epítome de lo gallego: un cocido completo con su unto, el lacón, la costilla, sus verduras, el chorizo –de ‘porco celta’– y hasta la patata. Solo dejó fuera los garbanzos.No te quedes con hambreEl lema de este obrador, que ocupa un edificio entero de cuatro plantas en el número 39 de la calle de Fernández de lo Ríos, es «No te quedes con hambre». Lo llevan tan a gala que incluso en su web tienen un formulario en el que preguntan a sus clientes: «¿Quedaches con fame? (¿Quedaste con hambre?)» . Su empanada ganadora de cocido gallego tiene un precio de 32 euros. De ella salen entre seis y ocho porciones. En su catálogo las tienen de todo tipo: tienen mucho tirón las de carne, las de grelos y chorizo de Mosteiro , la de ‘ parrochiñas ‘, la de ‘ xoubas ‘, la de zorza o la de zamburiñas , entre otras. Algunas de ellas también las hacen en formato individual –unos 7 euros–. A todo ello se suma una breve carta de platos como el cocido gallego, los callos con garbanzos, la carne guisada al estilo de la tía abuela Mai y dos versiones de tortilla: con cebolla y al estilo de Coruña –sin cebolla, jugosa pero apta para comer con tenedor–.MÁS INFORMACIÓN noticia No El mejor carajillo de España se hace en un restaurante de Madrid noticia Si Ferran Adrià invita a no obsesionarse con una nueva revoluciónSabores que seducen a una clientela entre la que hay un número importante de gallegos que viven en la capital y que conectan con estas empanadas con la memoria gustativa de sus casas. Tienen tienda online y se pueden hacer pedidos para recoger en el local. También un servicio de delivery que cubre algunos puntos de la ciudad.
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