El titular del Juzgado Central de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional, José Luis Calama, ha remitido una orden europea de investigación a Francia y una comisión rogatoria a Israel para intentar seguir profundizando en el espionaje con el software Pegasus que sufrieron el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y varios ministros de su gabinete, La decisión tiene que ver con la comunicación que enviaron las autoridades francesas a la Audiencia Nacional ofreciendo compartir sus propios hallazgos si el Juzgado les hacía llegar un informe específico sobre el impacto de la infección en cada uno de los teléfonos que habían detectado con el software espía. Señalaban que quizá no se podría llegar a descubrir quién había sido el responsable, pero sí discernir si las infecciones en Francia y España tenían un mismo autor. El juez Calama, que ya había archivado la causa por falta de autor conocido, reabrió las diligencias y pidió al Centro Criptológico Nacional esa pericia que reclamaba Francia. La conclusión, como detalla el instructor en un auto notificado este jueves, es que «resulta imposible precisar relación alguna o vinculación de las infiltraciones a los teléfonos móviles objeto de la investigación judicial en Francia con la de los dispositivos móviles objeto de investigación en la presente causa». Noticia Relacionada OTAN, Defensa y Guardia Civil estandar Si Los ataques del hacker de 18 años comenzaron en la pandemia por aburrimiento Pablo Muñoz Comenzó los ataques en la pandemia, cuando era menor, porque se aburría con sus juegos de ordenador y buscaba retosLo dice el CNI porque el análisis de la información facilitada por las autoridades francesas «no aporta ninguna novedad sobre los datos que han podido ser extraídos de los teléfonos infectados, ya que el código dañino no deja registros de actividad en el sistema más allá de la cantidad de datos extraída y enviada a sus servidores de mando y control», de modo que con lo que han enviado hasta ahora, es «técnicamente imposible afirmar nada sobre la naturaleza de la información a la que hayan podido tener acceso los atacantes». «Prácticamente imposible» saber quién fueAsimismo, apunta que «el uso de software de tipo spyware comercial hace prácticamente imposible la atribución e identificación del actor de la amenaza causante del ataque por medios técnicos, más allá de la coincidencia de parte de la infraestructura utilizada y el uso de un correo electrónico concreto para atacar los dispositivos objeto de estas actuaciones y los analizados por las autoridades francesas».El juez se dirige por ello a la División Económica y Financiera del Tribunal Judicial de Paris encargado de la investigación para requerir más información en forma de intercambio, ya que ellos a cambio de esta pericial ofrecían la contestación que durante sus diligencias, les había proporcionado NSO Group, la fabricante israelí de Pegasus que hizo oídos sordos a las reclamaciones de información que había cursado él desde España. No tira, en todo caso, la toalla: ha librado una nueva comisión rogatoria a Israel reclamando cooperación en este sentido para intentar localizar al autor de la infiltración. Es la tercera vez que solicita datos a NSO y que su consejero delegado declare como testigo. A Francia les pide también más detalles sobre las investigaciones técnicas llevadas a cabo por la Agencia Nacional Francesa de Seguridad de los Sistemas Informáticos (ANSSI), pues según anunciaban sus autoridades en la mencionada comunicación, habían analizado más terminales de los localizados en España y más en profundidad.
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