La empresaria e ‘influencer’ Estefanía Unzu Ripoll , conocida popularmente como Verdeliss , ha logrado completar la hazaña de correr siete maratones durante una semana en los siete continentes . Vapuleó a todos sus rivales en las seis carreras anteriores disputadas en la Antártida, Sudáfrica, Australia, Dubai, España y Brasil, pero en Miami ha sufrido más de lo esperado. La navarra ha acusado el cansancio tras un ritmo demoledor (en la Antártida invirtió 3:38:53, en Ciudad del Cabo 3:10:14, en Australia 3:10:30 en Dubái 3:09:46, en Madrid 3:11:30 y en Latinoamérica 3:12:20), los cambios horarios, atmosféricos y climatológicos. Su ritmo de carrera fue bajando paulatinamente a unos 6 minutos por kilómetro , más de un minuto más lenta de lo que ha ido durante toda la semana y ha visto cómo su rival por la clasificación general femenina, la japonesa Tomoni Bitoh le sacaba cerca de 20 minutos de ventaja, aunque la navarra gozaba de mucha renta y margen antes de aterrizar en Miami. Una ‘pájara’ que a punto estuvo de costarle el reto. Verdeliss tuvo que pararse en algunas ocasiones a vomitar. La prueba la ha llevado al límite. Hay que recordar que este miércoles, tras cruzar la meta en Fortaleza, tuvo que ir al mar a refrescarse: «Ha sido muy duro, no puedo más. Me retiro de esto», comentóPero se subió al avión rumbo a Estados Unidos y esta madrugada volvía a calzarse las zapatillas. Nada más cruzar la meta, Verdeliss se dejo caer sobre el césped y fue la japonesa la que se acercó a saludarla. La española estaba exhausta. Ambas se fundieron en un abrazo mientras el público asistente se rendía a la gesta que acababan de presenciar con aplausos y vítores. La española se llevaba finalmente la clasificación general femenina porque ha sido la más rápida sumando los siete maratones.«No podía parar de vomitar en toda la carrera. T engo el cuerpo reventado tras el descontrol de no dormir bien, de no comer bien… Ha sido tirar de corazón, de demostrar que podía superarme a mi misma. Por mis familia y por los seguidores que me han apoyado. Por mostrar que hay que pelear por los sueños », explicaba al final de la prueba, que ha finalizado en 3h35:07 como segunda mujer y séptima clasificada absoluta en Miami. Verdeliss ha mejorado por poco la marca media de 3h25:57 que ostentaba como récord femenino la danesa Kristina Schou Madsen desde la edición de 2020, lo que le abre las puertas del Libro Guiness.La hazaña de Verdeliss comenzó en la Antártida , bajo una climatología extrema. Fue la primera mujer en pasar por la línea de meta y la cuarta de la general, con un tiempo de 3 horas 38 minutos y 53 segundos. Y del frío del polo norte al calor africano de Ciudad del Cabo, en Sudáfrica , donde volvió a ganar la carrera incluso por delante de los participantes masculinos (3h.10’14»). «Mi único malestar es que tengo la piel carbonizada… Las prisas no son buenas consejeras y olvidé aplicarme el protector solar», explicaba tras la carrera sudafricana y mientras llegaba a Perth (Australia) junto a los 53 participantes que sobrevivían a la experiencia. 14 horas de vuelo, con una escala técnica en Mauritania, solo tuvieron hora y media para desplazarse del aeropuerto a las cercanías del río Swan, donde comenzó la tercera maratón, que también dominó por delante de todos los participantes (3h:10.30»), corriendo esta vez de noche y con una temperatura de 22 grados. También ganó de forma absoluta la maratón de Dubái (EAU) con el mejor tiempo hasta ese momento (3:09.46′), lo que la consolidaba como líder indiscutible de este desafío mundial. Y eso que la de Mutilva tuvo serios problemas estomacales, con dolor de barriga, a mitad de la prueba. También tuvo problemas físicos en Madrid , donde acusó las rampas y desniveles del circuito del Jarama. El autódromo madrileño cargó notablemente sus cuadríceps. «Estoy muerta, no puedo más», dijó tras rebasar la meta, pero 17 horas después volvía a ganar en Fortaleza (Brasil) , dando una una nueva exhibición. Solo quedaba la última parada, en Miami, que la corrió de madrugada antes de levantar por última vez los brazos, aunque en esta ocasión por el mérito de acabar el reto.Noticia Relacionada World Marathon Challenge estandar No La hazaña salvaje de Verdeliss genera alerta médica entre los expertos Sergi Font Especialistas advierten de los riesgos físicos y mentales de correr siete maratones en solo una semanaMás allá del reto personal y deportivo de la navarra, su gesta tiene una intención benéfica. Verdeliss trata de recaudar fondos para Claudia, una niña de seis años que padece el Síndrome de Menke-Hennekam , una enfermedad de las consideradas raras y que, siendo hereditaria, se da por la malformación del sistema linfático. Solo hay 80 casos en el mundo.Junto a Verdeliss competían otros 61 participantes. En total, 46 hombres y 16 mujeres provenientes de 20 países (25 de Estados Unidos, 17 de China y 5 de Gran Bretaña, entre otros). Para dar esta vuelta al mundo corriendo -en todos los sentidos- es obligatorio pagar 49.000 dólares (47.000 euros).Se trata de una iniciativa que nació como un reto personal del irlandés Richard Donovan , quien en 2012 consiguió la proeza sirviéndose de vuelos regulares. Poco después creo el Desafío Mundial de Maratón en formato competitivo. En las primeras ediciones continuaron saltando entre continentes en aparatos de líneas regulares, pero en la actualidad ya utilizan una aeronave contratado en exclusiva para el reto. Ese avión privado en el que viajan todos los participantes es la clave de que puedan completarse el reto. «No es un avión normal y corriente . Por dentro, parece militar. El morro es de cristal y hace un ruido tremendo, al punto de necesitar cascos con cancelación de ruido», explica Verdeliss.
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