El Santiago Bernabéu aguarda uno de los derbis con más expectación, tanto deportiva como extradeportiva, de los últimos tiempos. Con el aliento y el desprecio habitual desfilan por sus aledaños los autobuses de ambos equipos. Ya en el interior del feudo blanco y antes de que salten siquiera a calentar los protagonistas, la parroquia merengue y la representación de la rojiblanca presente en Chamartín se enzarzan a través de los clásicos cánticos en contra del rival, incluidos un par de referencias desagradables a Juanito por parte de los colchoneros.Noticias relacionadas estandar Si real madrid 1 – atlético 1 Un Madrid de dos caras no culmina el trabajo Rubén Cañizares opinion Si esbozos y rasguños Despertar tarde Javier AznarLa pitada es importante cuando la megafonía anuncia el nombre de los colegiados, aunque no tan elevada como cuando suena el nombre de Simeone, del que se acuerda la pancarta presente en el fondo sur secundada por un mosaico con dos escudos madridistas. «Cien años hace que es blanca la capital», respuesta en alusión a la crítica velada del argentino de que sus vecinos llevan un siglo siendo favorecidos por los árbitros.Con cuatro minutos de retraso debido al homenaje a Marcelo, leyenda blanca recientemente retirada, pero llega la hora del fútbol. A pesar de la alta temperatura con la que trascurrió la semana previa, desde el inicio el derbi se convierte en un encuentro apacible. Sin apenas disputas ni decisiones controvertidas, Soto Grado vive de lo más tranquilo. Más allá de alguna protesta de Bellingham o Simeone, el abulense firmaría este ambiente para los partidos que le restan a su carrera.Sin embargo, la tan temida y ansiada polémica arbitral llega a la media hora de encuentro. Los futbolistas blancos observan incrédulos cómo Soto Grado señala penalti por el pisotón de Tchouaméni sobre Lino, Bellingham vuelca su frustración con el cuarto árbitro y Lucas Vázquez ejerce de capitán dialogando con el colegiado. El Bernabéu, indignado, es un clamor: «¡Corrupción en la Federación!». El tanto de Julián no calma las aguas y el inglés y Ceballos se erigen como portavoces del sentir merengue ante el abulense.Donde antes se respiraba sosiego, ahora hay tensión. Cada decisión de Soto Grado es respondida con el enfado del feudo merengue y de los suyos, que rodean con sus protestas al trencilla. Este opta por mostrar su faceta comprensiva ante las quejas para que no se le desmadre el partido. Ni los quince minutos de entretiempo logran apaciguar al respetable, que despide al abulense con una sonora pitada, sino que se reaviva más todavía con el empate obra de Mbappé. Rodrygo, con el juez de líneas, Ceballos y Lucas con el árbitro, los futbolistas del Madrid aprietan tanto en busca de la victoria como en el conocido como otro fútbol.Una faceta del balompié en la que Asencio se desenvuelve de maravilla. El canterano le pide a Giuliano que se levante, no rehúye la confrontación con Giménez y se gana el favor de una grada que le corea. Para fortuna del colegiado, la ausencia de jugadas comprometidas en la recta final del encuentro lleva a la grada a centrar sus esfuerzos en alentar a los suyos en busca de consumar la remontada. Esta no llega, tampoco lo hace el tanto atlético, y ambos equipos se ven obligados a conformarse con el punto. Una conclusión salomónica a un ambiente del que no pudo escapar Soto Grado, pero con una temperatura menor de la esperada, incluso temida.
![Soto Grado no apacigua la marejada arbitral del Bernabéu Soto Grado no apacigua la marejada arbitral del Bernabéu](https://ayuser.org/wp-content/uploads/2025/02/arbitro-RDO5RpZDBogC80DytXXUaYJ-758x531@diario_abc-uasMQZ.jpeg)
Leave a Reply