El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales ha declarado como acusado en el juicio en la Audiencia Nacional para asegurar que el beso que propinó a Jennifer Hermoso en la final del Mundial en Sídney fue consentido y asegurar que no dio instrucciones a ninguno de los otros tres acusados, Jorge Vilda, Albert Luque y Rubén Rivera , de que la presionaran para que le defendiese públicamente. «Yo pido perdón porque mi comportamiento no fue adecuado y en esa tarima debí mantener un papel más institucional, pero la señora Hermoso sabe que yo pregunté y ella contestó», aseguró, para subrayar en otro momento de la declaración que está «totalmente seguro» de que la jugadora autorizó aquel «besito» o «piquito», que para Rubiales tanto da porque «son sinónimos». Asegura que «jamás» obró con ánimo de satisfacer una pulsión sexual y que contra lo que se afirma, «no había una relación laboral», es decir, que no era su jefe. Rubiales ha sido el primero de los acusados en declarar y ha respondido durante una hora a las preguntas de la Fiscalía, la representación de Hermoso y la acusación popular que ejerce la AFE para, en tono tranquilo y pausado, defender su inocencia, lo cual no ha evitado momentos puntuales de tensión durante la comparecencia, sobre todo a preguntas de la teniente fiscal Marta Durántez, que llevaban en el enunciado cierto posicionamiento sobre los hechos. Noticia Relacionada estandar No El perito de lectura de labios de Rubiales asegura «sin margen de error» que pidió a Hermoso «un besito» Isabel Vega El experto, cuya formación cuestiona la Fiscalía, no puede acreditar si la jugadora dijo algo porque estaba de espaldasEn una de esas ocasiones, ella le ha preguntado si «era consciente de que no podía tener ese tipo de conductas». «Esa es una valoración suya, yo no pienso igual. No está tipificado (…) No está prohibido dar un beso, están prohibidas las acciones forzadas, con violencia. Nada que ver con lo que realmente allí ocurrió (…) Ganamos un mundial, estábamos muy contentos y fue un signo de cariño a una persona que dentro de la alegría, venía apesadumbrada por haber fallado un penalti», ha asegurado. Sujetarle la cabeza a la altura de las orejas no sería en su opinión una manifestación de fuerza. Ella le agarró «fuerte por las axilas» y le izó y «al bajar se quedaron los brazos arriba», aseguraba intentando reproducir el gesto. Su abogada, Olga Tubau, volvería a este punto y ahí, contestó que fue de nuevo una manifestación de cariño. Insistía la fiscal con el beso y Rubiales llegaba a asegurar que a sus hijas las besa en la boca «cuando aprueban todas las asignaturas» y que es algo que ocurre ante un «suceso extraordinario» como lo fue ganar aquel mundial. El comunicado: «Fue idea mía. Ella dio el ok»A partir de ahí, las negaciones han ido en cascada a veces, con aviso del juez Juan Manuel Fernández-Priet o para que se ciñese a los hechos por no eternizar las sesiones «hasta el día del juicio final». Niega que ordenase a la responsable del fútbol femenino, Ana Álvarez, que sacase a Hermoso del vestuario para hablarle sobre el beso y sostiene que se trataba de avanzarle a ella, que ya se había interesado por esa cuestión, que irían todas de viaje a Ibiza para celebrarlo y pedirle que lo anunciase al grupo. «Yo llamé a Jenni porque ella sabía que íbamos a ir a Ibiza y me pidió que cuando lo comunicara estuviera ella presente. Es a Jenni a la que le digo entra tú (en el vestuario) y dilo tú y ella me dijo ‘entra conmigo que no hay problema’», ha asegurado. El siguiente escenario es el autobús camino del aeropuerto y el comunicado atribuido a Hermoso del que ella renegó. Tras reconocer que aquello fue idea suya porque «la gente comenta que a esto se le está dando trascendencia» y sabía que la jugadora había hecho «unas declaraciones magníficas» en la cadena COPE quitando hierro al asunto, propuso al director de comunicación, Pablo García Cuervo, lanzar una nota. Cuando él fue a mostrárselo, siempre según su versión, ´le dijo: «Si está basado en lo que ella ha dicho y ha dado el ok, adelante». «Le planteo que sería buena idea salir juntos»Ya en el avión camino de España, habló con Jenni Hermoso en un pasillo. «Le planteo que sería buena idea para atajar todo esto que volviéramos a decir lo mismo que ella dijo pero los dos juntos, para dar esa imagen los dos juntos. Me dijo que no quería, que ella quería celebrar el mundial que ya había sido clara, yo se lo agradecía y viendo que no quería pues ya», ha asegurado. Lo mismo con las reuniones en su área del avión que han referido otros testigos. Para Rubiales, otra cosa «habría sido una irresponsabilidad» porque se había desatado «una crisis que afecta a la institución» aunque, conforme ha indicado, allí viajaban «tres políticos y los tres pensaban que era una tontería». «Se intentó, no quiso la jugadora, y no se hizo», ha señalado, para recordar que grabó un vídeo él solo. En ese intentarlo, los testigos refirieron que encomendó a Vilda hablar con el hermano de Hermoso y Rubiales también niega que la iniciativa fuese suya: «En ningún caso yo le mandé a nada». Sí recuerda que el entonces seleccionador algo le dijo de que había ido a buscar a Rafael Hermoso y le había pillado dormido y luego él le preguntó, pidiendo que le tuviese al tanto si le decían algo. «No me comentó para qué. Creo que quería ayudarla», ha llegado a afirmar. La fiscal: «Tuvo que ser la FIFA quien le echase»En cuanto a la reunión en su despacho del día 23 de agosto, Rubiales ha dicho que estaban su padre y un amigo porque ese día era su cumpleaños y ha limitado el encuentro a despachar con su equipo de comunicación ante la «crisis mediática», si bien allí subió la jefa de Prensa Patricia Pérez, a rellenar su declaración preescrita para el informe de Integridad. «Todas las personas firmaron lo que quisieron, yo firmé lo que quise», ha zanjado. De las presiones por las que se acusa a Rivera y Luque durante el viaje de las jugadoras a Ibiza se ha desmarcado también por completo porque asegura que « ni por medio de terceras personas ni directamente » coaccionó a Hermoso. «Según usted, ¿no manipuló a todo su entorno para obtener el fin que usted quería, que era mantener su presidencia, que lamentablemente no fuimos capaces en el fútbol español de ello y tuvo que ser la FIFA la que le echó a usted? », se ha descolgado la fiscal, para estupor de la bancada de las defensas y del juez, que la ha cortado con un «no, ya eso no». «Ni yo mandé a Jorge Vilda ni yo hablé directa o indirectamente con Rubén Rivera ni le dije a Albert Luque que hiciera tal o cual cosa», ha respondido Rubiales.
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