Acuerdo definitivo para la compra de la parte de Trilantic en Talgo por Sidenor. El consorcio en el que participan el empresario José Antonio Jainaga, presidente de la siderúrgica, el Gobierno vasco, BBK y Vital se hará con el 29,7% de las acciones del fabricante de trenes. Las condiciones económicas pactadas en este principio de acuerdo por firmar en los próximos días incorporan una actualización de la oferta que el consorcio vasco había trasladado a los propietarios de las acciones el pasado 6 de febrero, que eleva el precio hasta un máximo de 5 euros por título. Así, el precio está estructurado en dos tramos: un primer tramo fijo de precio por acción de 4,15 euros (153 millones de euros), y un segundo tramo variable de precio por acción de 0,85 euros y que dependerá, en todo caso, del cumplimiento por parte de Talgo de determinadas magnitudes financieras durante los ejercicios 2027 y 2028. Dichas condiciones deberán ser concretadas antes de la firma del acuerdo final y de cumplirse en el tiempo Sidenor acabaría abonando 183 millones de euros. Esta parte variable ascendía anteriormente a 0,65 euros por título. La operación está pendiente de aprobación por los órganos de gobierno de las partes, el consorcio vasco y Pegaso, principal accionista de Talgo. La decisión estaba hoy en boca de todo el mundo , a la espera de que el consejo lo hiciera oficial. Esta misma mañana, el lendakari, Imanol Pradales, reconocía que aún quedaba «algún fleco por resolver» en la operación para que el consorcio que lidera Sidenor comprase un tercio de las acciones en Talgo, aunque se mostraba ya «optimista» de que se cerrara en las próximas horas. «Estamos en el tiempo de descuento, creo que vamos a llevar a buen término el acuerdo», subrayaba el lendakari a los medios de comunicación durante una visita a un centro de salud de Vitoria.El culebrón de la venta de Talgo parece concluir así, tras casi año y medio, desde que a mediados de noviembre de 2023 Talgo comunicara a los mercados la existencia de un grupo húngaro sin identificar dispuesto a comprar al fabricante español a cinco euros por acción. Pocos meses más tarde, en marzo de 2024, esa compañía se presentaba como Ganz-Mavag, un consorcio húngaro en el que estaba presente el grupo ferrovario Magyar Vagon y el Gobierno de Viktor Orban a través del fondo Corvinus. En ese mes lanzó su opa por el 100% de Talgo al precio acordado, ofreciendo un total de 620 millones de euros por toda la compañía.La oferta convenció al mercado y a los accionistas de Talgo, pero se topó con la oposición absoluta del Gobierno y del escudo antiopas, en manos de la Junta de Inversiones Extranjeras (Ministerio de Economía), que tuvo a la oferta casi seis meses en cuarentena hasta que a finales de agosto del año pasado fue vetada en Consejo de Ministros que alegó razones de seguridad y orden público por unos supuestos lazos de Ganz-Mavag con el Gobierno ruso de Vladimir Putin.La Moncloa , que en todo ese tiempo trató de encontrar un comprador alternativo al grupo húngaro, y tanteó a toda la competencia de Talgo (Alstom, Stadler, CAF), a inversores institucionales como Criteria Caixa, o a empresas de sectores con cierta «afinidad», como Escribano o la checa Skoda, se tomó entonces la responsabilidad de encontrar una solución para la compañía, con su principal accionista, Trilantic, apretando para vender su participación en la empresa y salir. La respuesta, finalmente, la encontró el Ejecutivo en la compañía vasca Sidenor que, en octubre, comunicó a la CNMV que había comenzado conversaciones con el fondo británico para comprar su participación y que incluso se abría a lanzar una opa por el 100% del constructor de trenes.Noticia Relacionada estandar Si La insistencia del ministro Puente por entrar en Talgo frena a polacos e indios María Jesús PérezEn noviembre, la siderúrgica de José Antonio Jainaga propuso al fondo británico representado en España por Javier Bañón hacerse con su participación a un precio de 4 euros por acción, pero la oferta fue considerada por Trilantic demasiado baja, un 20% por debajo de lo que ofrecían los húngaros meses atrás. Durante esas semanas empezaron también l os rumores de que la polaca Pesa y la india Jupiter Wagons estaban dispuestas a lanzar una opa. Dos opciones que estaban bien consideradas por el Ejecutivo, ya que disponían de suelo industrial para dar solución inmediata a los problemas de Talgo.Pero la última ofensiva de Sidenor y la participación en la misma del Gobierno vasco han acabado por inclinar la balanza a favor de la vía vasca , que se hará con el 29,7% de Talgo a un precio de 4,15 euros por acción, aunque la cifra podrá elevarse hasta los 5 euros si se dan ciertos resultados en Talgo en los ejercicios 2027 y 2028. En todo caso la parte fija de la operación, que es lo que ingresará ahora Trilantic, está por debajo de la expectativa de cinco euros por acción que esperaba ingresar el fondo británico antes de marcharse. Una cifra que estaba dispuesta a ofrecer PFR antes de que La Moncloa interviniera ‘de facto’ y le dijera a Polonia que la operación estaba destinada a pasar por el escudo antiopas. El precio que hubiera pagado el propietario de Pesa hubiera estado en todo caso muy por debajo del que tenía Talgo diez años atrás cuando salió a Bolsa en 2015 con el precio de la acción a 9,25 euros . Alrededor de las 16 horas de hoy, las acciones de Talgo, que ayer ya acumulaban un descenso de cerca del 10%, caían otro 1,28% hasta los 3,86 euros.Aristas por resolverCon todo, todavía quedan otras aristas por resolverse en el futuro del fabricante. De fondo está también la salida del porcentaje de Talgo restante de la sociedad Pegaso , que Trilantic compartía con Torreal (familia Abelló), mientras la familia Oriol, la fundadora de Talgo -que preside uno de los miembros del clan, Carlos de Palacio y Oriol-, había hecho una especie de pacto de sindicación para vender su 7% a la vez que Trilantic y Torreal. Esta última, comandaba las conversaciones con PFR para el lanzamiento de la opa, pero las injerencias del Gobierno y el desacuerdo por aceptar la vía vasca provocaron incluso que hoy José María Oriol , otro representante de la familia que ocupaba la vicepresidencia no ejecutiva con categoría de no externo y que fue durante 15 años consejero delegado de Talgo, presentara su dimisión «irrevocable» alegando «motivos personales».La participación que queda de Pegaso podría acabar en manos de la SEPI , opción que el Gobierno ha dejado caer en los últimos meses y, en especial, el ministro de Transportes, Óscar Puente, que quiere atar en corto al que es el principal proveedor de trenes para el negocio de alta velocidad de Renfe. También queda por resolver el futuro industrial de Talgo. Porque el consorcio que forman Sidenor, Finkatuz, BBK y Fundación Vital cuenta con la desventaja de no tener suelo para Talgo ni tampoco experiencia en la producción ferroviaria. Es aquí donde podría aparecer de nuevo Polonia o Jupiter Wagons que sí disponen del conocimiento y del espacio para que Talgo pueda atender sin problemas a la cartera de pedidos récord de 4.000 millones de euros, además de a aspirar a nuevos contratos en un momento de gran inversión pública a nivel mundial en infraestructura ferroviaria.
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