Auge, caída y retorno de Teddy Bautista: «Creo que Google tenía un despacho en Ferraz»

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Auge, caída y retorno de Teddy Bautista: «Creo que Google tenía un despacho en Ferraz»

Al irnos tras okupar su salón durante horas, Teddy Bautista (Las Palmas de Gran Canaria, 1943) nos habla de su ayuno intermitente. Radical, enfocado al desayuno… ¿y peligroso? Está lozano a sus casi 82 años y aguanta la entrevista más larga que jamás le hicieran sin flaquear, al contrario, con esplendor dialéctico y erudición abrumadora. Porque su vida también sufrió una intermitencia, de una década de juicios y bomba reputacional… Su historia la sabemos. Con Los Canarios , en los 60, lideró uno de los primeros combos de rock en descollar en España. Fue productor de Aute , Leño o Nacha Pop y, después, llegó a la presidencia de la SGAE , con sonadas polémicas y enfrentado a los molinos de viento tecnológicos. Y le dejaron caer, afirma. El ‘ Caso Saga ‘, junto a otros diez directivos por desvío de fondos, terminó en absolución . Esto pasó ya cuando las mascarillas, una década ominosa. Aunque antes, un buen día, debió entrar el sol por la ventana de su chalet en Boadilla y algunas motas de polvo se posaron sobre su piano de cola Yamaha. Luego de aparcar su vocación durante veinte años, ¿la tapa del piano estaba abierta? Tal ‘momentum’ le recordó que era «músico hasta la médula». Y su retorno al espinazo, con trabajos para la BBC y Greenpeace, ha culminado en ‘ Ciclos 5.0: el periplo de las heroínas ‘, un homenaje al último disco de Canarios a lo Pink Floyd y Emerson, Lake & Palmer . En este caso enhebra ‘Las ciudades invisibles’, de Italo Calvino, y la historia de Onna Bugeisha, la primer samurái. Luz. Fuego. Destrucción… ¿Y restauración? El retorno del Jedi o del Caballero Oscuro, según para quien. Y González Sinde, Rajoy, Google, Spotify, Julio Iglesias, Rosalía, Sakamoto y Kendrick Lamar entre medias de este periplo único del que fuera uno de los mandarines más poderosos de España . Él matiza: «Poder blando». -‘Ciclos 5.0: el periplo de las heroínas’, su nueva obra, guiña al medio siglo de ‘Ciclos’, de Canarios. Un disco basado en ‘Las cuatro estaciones’, de Vivaldi. Este, ¿de dónde parte?-Estuve en el Conservatorio de Shanghai, que son 23 pisos y 13.000 alumnos. Pero lo más interesante es que tienen un archivo sonoro único en todo el continente asiático. Conocí al director, y resulta que tenía entre sus discos de referencia el primer ‘Ciclos’, en una edición que habían sacado en Corea, y se lo firmé. Y en agradecimiento me regaló una caja de DVDs con las muestras de más de 300 instrumentos de la orilla oriental del Pacífico. Y un día vi la caja y empecé a escucharlos. Eran unos sonidos con una carga espiritual importante. Entonces, ¿qué fue lo que hice? Cogí todos esos sonidos y estuve durante un año convirtiéndolos en muestras que pudiera manipular, interpretar desde el teclado. En ese momento, estaba trabajando para la BBC y la PBS y me habían hecho un encargo desde Greenpeace Japón. Y mientras estaba haciendo esa música se me ocurrió que que había una conexión entre el el el método de trabajo que había empleado para hacer ‘Ciclos’ hacia 50 años y y lo que estaba haciendo en ese momento. Porque tuve un paréntesis de dos décadas donde transité de mi mentalidad de músico a la de gestor. Ese tiempo me desactivó la memoria muscular. Y tuve que retomarla. Cuando empecé este trabajo tenía 79, ahora estoy a punto de cumplir 82. .-¿Qué supuso el primer ‘Ciclos’, de Canarios, para usted?-Para mí fue encontrar la puerta de salida del laberinto. Habíamos sido un grupo pop, después más soul y rhythm and blues y con el álbum ‘Libérate’ hicimos una incursión en un jazz cercano al rock. ¿Y ahora qué? Me preguntaban. Y no tenía una contestación. Hasta que un día, escuchando música clásica, porque yo oigo mucha ya que mi madre fue una pianista excepcional. Y yo gateaba y me colocaba debajo de la cola del piano. Ella era concertista y aquello le parecía fantástico para poder trabajar su virtuosismo, que el primer hijo se quedara traspuesto debajo. Pero la música no suena igual ahí. Si un día quieres hacer una experiencia, hazlo. Porque cuando tú te colocas ahí debajo, la música cae sobre ti. Cuando todo esto forma parte de tu formación musical siempre estás buscando cómo descifrar algunas de las dudas o de las conjeturas que a lo largo de de la creación de tu pensamiento musical se van creando. Es decir, yo había oído las tripas de las notas, como me decía un profesor. «Cada nota tiene sus tripas». Pues ahí debajo, escuchando las tripas de las notas, había un pasaje de ‘La Primavera’ de Vivaldi tan solemne que decidí que me iba a adentrar en el periodo barroco, porque era lo que menos había estudiado. Para nosotros, ‘Ciclos’ fue la entrada en una comunidad donde estaba Emerson, Lake & Palmer, la Electric Light Orchestra, Pink Floyd, una mezcla de rock sinfónico y el rock progresivo. ‘Ciclos’ dio la sorpresa porque de repente se convierte en Japón en una obra de culto. Pero al terminar la gira me llaman para montar el ‘Jesucristo Superstar’ con Camilo Sesto haciendo el papel de Jesús. A mí me pidieron que hiciera de Judas, pero mi principal trabajo fue hacer los arreglos, la producción, los coros… Y por eso ‘Ciclos’ se quedó frenado por el ‘Jesucristo Superstar’. Hoy sigue siendo el disco que más derechos de autor me reporta.-¿Qué decía su madre concertista de su grupo de rock?-Yo tenía una parte de mi familia que vivía en Inglaterra y me traían discos. En uno estaba el tema ‘Rock Around the Clock’ de un músico americano Bill Haley. Bill Haley & His Comets fueron la revolución. Y cuando vi ese primer tema de rock algo se movió dentro de mí y me y me sentí atrapado por esa brutalidad. Pero fue una película ‘King Creole’, de Elvis Presley, la que me hizo replantearme todo. Ahí decidí que no me podía colgar el piano del cuello. Y entonces pasé a la guitarra y estuve tocando la guitarra y claro, ya cuando tocas la guitarra estás en otro en otra línea de pensamiento musical. Y ahí hicimos el primer grupo que se llamaba Los Diablos del Rock. Y cuando cuando mi madre escuchaba a Los Diablos, sus primeras reacciones eran: «Hijo mío, tienes que pensar lo que haces, tienes que meditar en lo que haces». Y yo decía: «Mamá, pero no se trata de pensar, se trata de sentir. Cuando yo escucho esta música siento algo que no siento cuando escucho a Frank Liszt o o tus tus trabajos de Beethoven». El rock para mí fue de un golpe. Fue situarme en mi tiempo y en mi espacio. Y luego a mis amigos le aburría cuando me decían: «Toca algo en el piano». Y tocaba clásico. Así que terminé, por supuesto, tocando pop primero y ya después hubo una evolución.-Y ahora ‘Ciclos 5.0’ nada menos. No 2.0, sino lo más avanzado a su tiempo.Tuve la suerte de que me dieran una beca de una fundación que se llamaba la Fundación Castellblanch, que era una marca de un champán de la familia Ruiz Mateos. Pero tenía una beca muy interesante y me fui a la Universidad de Columbia en Nueva York. En el año 70-72. Era era una beca de tres meses. Y allí es cuando me encontré con la música electrónica, la otra epifanía de mi desarrollo musical. Entonces los ordenadores eran de lámparas de aquella época todavía y el calor era insoportable. En el laboratorio tenías que ir casi en ropa de deporte. Y teníamos que programar con tarjetas perforadas, que en función de un cuadro de coordenadas cartesianas en función de la posición de perforación, estabas más cerca o más distante de un eje, el vertical o el horizontal. Total que la música electrónica para mí fue un descubrimiento tremendo y cuando volví, de hecho, en el disco de ‘Canarios en vivo’ ya metí cosas de música electrónica e inmediatamente en ‘Ciclos’, el primero que fue electrónico, obviamente.-¿Por qué ha querido ahora alejarse del conceptualismo occidental? ¿Se siente más afín a lo oriental?-Soy producto de un entorno familiar muy occidental. Por un lado, muy católico apostólico romano, por otro, un poco más liberal con ciertas conexiones con las logias en Canarias. Pero lo más importante para mí fue el San Ignacio de Loyola, los profesores, los jesuitas. Teníamos unos profesores tan excepcionales que no cantábamos ‘El cara al sol’ ni ‘Montañas nevadas’. Cuando yo descubro el modo de vida oriental en viajes y en lecturas y, sobre todo, en músicos, como Yellow Magic Orchestra, aquí se estaba oyendo a Kraftwerk o Tangerine Dream, ¿no? Ahí hay una forma de entender la vida menos materialista y egoísta. Y un gran respeto no sólo por la comunidad sino por la persona.-¿Qué es la búsqueda del sonido filosofal?El sonido es físico, pero siempre he encontrado que entre los sonidos se produce un encuentro armónico, es decir, de orden. Y en otros el encuentro está más cerca del caos. El sonido filosofal para mí sería como describir que los sonidos son algo más que un fenómeno físico. en donde un cuerpo que entra en vibración desplaza las moléculas de aire llegan a los tímpanos y de ahí nosotros lo convertimos en estética. En el experimento que te proponía antes de descomponer el sonido, casi todas las escalas orientales tienen más de 12 sonidos. Unas tienen 16, otras tienen 24, otras tienen 32. Y eso significa que nuestro oído occidental de alguna forma está atrofiado en la escala pitagórica, es ya una cuestión de ADN. es decir, ya está en nuestra cadena y, sin embargo, el sonido tiene mucho más de lo que oímos. Y para mí eso es el sonido filosófico, es la búsqueda del concepto grecolatino de la piedra filosófica. No se trata de que todo lo que toques se convierta en oro, pero sí se trata de que todo lo que escuches te cuenta más de lo que en una primera escucha entiendes.-¿Qué artistas le han inspirado en ‘Ciclos 5.0’?-Hans Zimmer y Bernard Herrmann, el músico de Hitchcock. Y Ryuichi Sakamoto.-La narración de la obra viaja a la Serenísima República de Venecia, patriarcal y que no permite que el ejército de mujeres extraordinarias comandado por Onna Bugeisha sean un referente de emancipación y liberación. ¿Cómo ha atendido a la nueva ola feminista?-El siglo XXI es el primer siglo de la mujer. Ha tardado 20 siglos en conseguir un nivel de protagonismo. El haber desarrollado una sociedad patriarcal cuando el hombre es un producto de la mujer… Es decir, yo soy darwiniano. A mí me parece que hemos tardado muchísimo, pero afortunadamente hemos llegado a un punto que no es todavía el del equilibrio, queda un recorrido, pero se puede observar. España es un país que ha ha recorrido en poco tiempo un largo camino. España era uno de los países más machistas, como puede ser México, Italia. Y sin embargo hemos conseguido un avance importante. Fíjate, donde más me llama la atención es en la ciencia y en la tecnología. Es muy difícil ahora mismo encontrar un estamento académico en donde no destaque una mujer. Y tenía que haber más mujeres destacando o por lo menos tantas como hombres. Además le debemos una parte importante del constructo del pensamiento de nuestro tiempo. Es decir, la inteligencia emocional de las mujeres es superior a la de los hombres. Entonces, nosotros tenemos una gran inteligencia ejecutiva y y las mujeres tienen una gran inteligencia emocional. Bien, pues el siguiente reto es que nosotros seamos más emocionales y que ellas puedan ser tan ejecutivas.-La narrativa del álbum se ubica en parte, decíamos, en la Serenísima República de Venecia, ejemplo también de prosperidad comercial y apertura intelectual excepcional en un periodo oscuro entre el Medievo y el Renacimiento. ¿Cómo ve a Donald ‘Mister Arancel’ Trump?-La libertad no puede ser una fracción, y el comercio y los intercambios, que pueden ser culturales, se van a desarrollar más fácilmente si este sentido de la libertad es radical. Por eso es tan importante la educación, ¿no? Cuando educas desde abajo y llegas a la conciencia, la libertad no asusta y todavía hay gente a la que asusta la libertad. El discurso de Trump es desconcertante, dice cosas que no podemos asumir. Pero es un hombre de negocios y ha tenido que negociar, una de las características del desarrollo personal. Cuando yo hablo de libertad entiendo que también me obligo a admitir el que no esté de acuerdo conmigo. Eso es la libertad. Si no se está de acuerdo pues tendrá sus argumentos, o sea, yo en lo que creo que no podemos ceder ni un ni un milímetro es en el diálogo. Y ahí seguramente aprenderemos todos mucho.-Desde la libertad radical y el intercambio de ideas que mencionaba, ¿no habría más sin derechos de autor?-A mí no me importaría que no existieran derechos de autor si no existieran derechos de propiedad. Es decir, tú tienes que alimentar a tus hijos e ir a una tienda y comprar. Sería una reestructura de todo. Si el autor tuviera la educación, la sanidad, el entretenimiento, el disfrute, el techo, pues es una aportación que hace. De todas maneras, la propiedad intelectual es la única propiedad que, transcurrido un plazo, pasa al acervo común. Tenemos unos derechos sobre nuestras formulaciones, pero pasado un tiempo, en unos países son 50 años, en otros 70 o 100 incluso, pero luego eso revierte a la cultura popular. Ahora toco Vivaldi y Bach y no tengo que pagar derechos de autor. Cada año se incorporan miles de obras al derecho público.Teddy Bautista durante la entrevista Belén díaz-¿Si no hubiera sido músico que le hubiera gustado ser?-Me interesa muchísimo la astrofísica. Creo que en el desarrollo de la raza humana habrá un momento en donde de repente descubrimos que no somos los únicos habitantes del universo. Y claro, solo te podrás conectar con lo desconocido, con lo ignoto, si tú tienes la mente abierta y los conocimientos suficientes sobre las magnitudes y sobre el impacto que produce el fenómeno científico en sí mismo. Porque la ciencia es un proceso dinámico en donde cada descubrimiento abre un nuevo reto y y y por eso es tan importante fomentar la investigación. El 5.0 del disco no solamente es porque son 50 años del primer ‘Ciclos’, es porque la cuarta generación de la tecnología cuántica ha sido superada por la inteligencia artificial. -Respecto a esto, ¿qué opina del autotune y de la inteligencia artificial para componer canciones?-Si usas autotune en un 5% para mejorar, bueno, pues es admisible. Ahora, si lo usas en un 80%, a mí me parece artificial y nada creativo. Con la inteligencia artificial se produce otro fenómeno. Estamos hablando de millones de lenguajes y de un fenómeno de rastreo de información que si lo usas de una forma chabacana para decir: «Voy a escribir un hit»… Pero es que es como usar la ciencia para cocinar. -Su fin en la SGAE coincidió con el arribo del reggaeton y, más tarde ya, el auge de Rosalía.-El reggaeton es un mambo, pero trasladado al siglo XXI. Hay reggaeton bueno y malo. Cuando digo malo digo sin imaginación o aportaciones novedosas, pero he oído algunos artistas, sobre todo en la zona del Caribe, con textos interesantes y estaciones musicales llamativas. Rosalía viene de un movimiento en Cataluña muy interesante donde casi todos son mujeres. Está Silvia Pérez Cruz, Rita Payés, Eva Fernández, la hija de Fumero… y, entonces, un productor muy inteligente, canario, el Guincho, consigue colocar a Rosalía con su talento y su voz fantástica. No es un invento de laboratorio. Y ella tiene la música interiorizada. Para tener éxito y un Grammy, decidió apostar por moverse dentro de estos códigos pero lo hace con mucha inteligencia y elegancia, no la he visto el lado vasto. Uno de mis músicos favoritos es Kendrick Lamar, al que hace años le dieron el Pulitzer. ¡El Pulitzer a un rapero! O Pharrell Williams. Son geniales. Siempre me acuerdo que Quincy Jones me dijo un día: «Ojo al rap, escúchalo y estúdialo porque es la primera vez en la historia de la música en donde el ritmo tiene más importancia que otros elementos». Y, efectivamente, así es, ¿no? Hay hay algunos tipos de música urbana que han conseguido incluso romper la monotonía rítmica y establecer particiones no convencionales, cosas increíbles. Yo tengo un paisano canario, reggaetonero, que se llama Quevedo que no está entre mis favoritos, pero no deja de ser un chico muy joven que de repente sintoniza. Y hace su propuesta y y le dan un Grammy y vende millones de discos. Todo eso hay que asociarlo no solamente al cauce de la música. Todo eso tiene mucho que ver con las redes sociales. Yo creo que Rosalía ha llegado para quedarse, no es una moda. Y tiene lo que se necesita para ser un icono pero dependerá de si la discográfica arriesga. Es decir, Julio Iglesias era un cantante más bien regular, pero aprendió a cantar y aprendió a cantar porque tuvo que cantar mucho. Y tuvo la suerte de que tenía detrás una compañía discográfica y unos expertos en mercado que supieron como colocarlo. Yo que trabajé mucho con Camilo Sesto. Estuve en América Latina con Camilo y en Argentina donde era Dios y llegó a ser más importante que Julio Iglesias. Julio se trasladó a Estados Unidos y allí tuvo una carrera que lo consolidó. Camilo no, Camilo siguió viviendo en Torrelodones e iba y venía. Pero a mí me parece que las canciones de Camilo Sesto durarán en el tiempo más que las de Julio Iglesias. Creo que Rosalía sí tiene lo necesario para llegar a ser, no sé si como Taylor Swift o Beyoncé, pero sí tiene lo que ellas tienen. Ahora, para llegar a esos niveles necesitas un aparato, una cobertura de primer nivel.-¿Cómo acaba en la SGAE?-Los autores que en los 70 estábamos disfrutando del éxito cobrábamos de la sociedad de autores cantidades que nos parecían muy bien. Hasta que empezamos a descubrir que en Francia, Inglaterra, Italia… empezaban a llegar unos dineros en cantidades importantes. Y aquí no. Era un grupo donde estaba Patxi Andión, Camilo Sesto, Víctor Manuel, Joan Manuel Serrat… Entonces, nos dijeron de incorporarnos para mostrar nuestra insatisfacción y proponer sugerencias. Pero éramos un gueto, cinco en una junta de 40. Y ahí empezamos poco a poco. Primero porque establecimos una relación fantástica con los históricos, el maestro Quiroga, Rafael de León… Posteriormente, me convencieron para presentarme a la vicepresidencia. Y gané por un voto. Y ahí, me tuve que empezar a empollar lo que era aquello y descubrí que funcionaba como un grupo de amigos. No había una planificación profesional. Después llegaron otras elecciones en el 87 y me presenté casi por obligación, porque ya habíamos conseguido triplicar los resultados. Y conseguimos que el ministro de Cultura Solana hiciera una ley de Propiedad Intelectual que fue modelo en Europa. Los belgas y los austriacos cambiaron la suya para parecerse a la española, y lo que es más increíble: ¡los franceses! Todo eso siguió en crecimiento virtuoso hasta que llegó la tecnología y apareció la piratería. El Top Manta, Napster y demás. Las SGAE fue adaptándose hasta ser una de las más importantes del mundo , y en el 2000 me nombran presidente ejecutivo de la organización internacional. Luego llegaron las tecnológicas. Y te vendían la banda ancha diciendo que si la pones en tu casa te puedes descargar películas, música y demás. Y ahí ya vi que se iba a producir un conflicto muy serio. Porque las tecnológicas lo primero que hacen es asociarse al poder. Y el poder se ve muy cómodo con un compañero de viaje como las tecnológicas, que invertían en estructuras. El poder de Google era omnímodo, pero el de Telefónica igual. Pero la ley decía que el uso, da lo mismo que sea físico o inmaterial, no extingue los derechos de autor. Y entonces cuando ellos se ven que tienen que pagar, deciden que hay que neutralizar a la sociedad de autores. En 2006 empieza un ataque feroz y en el momento que les pareció conveniente, sustanciaron nuestra pelea judicializánzola. Y se van a la fiscalía anticorrupción, a través de interpuestos, la asociación de internautas, que crean hasta el punto de que en una entrevista reconoció la responsable que Telefónica era su sostén. Por supuesto, al lado de Telefónica estaba Orange, Vodafone, IBM o Microsoft.-¿Están detrás de su derribo?-Por supuesto. Y no es una teoría de la conspiración, es tan sencillo como que en el momento que la ‘Fuerza Civil’ entra en la SGAE se produce una congelación de sus actividades. En el primer año posterior a la intervención, los ingresos del mundo digital, mientras en Francia, en Alemania, en Inglaterra subían, en España bajaron a la mitad. Y entonces, los siguientes dirigentes de la SGAE decidieron negociar a la baja y ya se produjo una especie de paz social… El canon de la copia privada estaba calculado por el gobierno en 120 millones de euros anuales. ¿Sabes en cuánto lo dejaron? En 5 . En el resto de Europa no se lo podían creer. Pero yo ya no estaba ahí, estaba buscándome abogados. Y once fuimos investigados, así transcurrieron casi diez años. -¿Se arrepiente de haber entrado en la SGAE?-Me arrepiento de haber dedicado lo mejor de mi tiempo y de mi capacidad… Me arrepiento de haber dejado la música para convertirme en un gestor. Pero de lo que no me arrepiento es de que mis actos contribuyeron a capitalizar sustancialmente. Un economista importante, Antonio Santillana, catedrático de la Autónoma, hizo un estudio del valor económico de la gestión del señor Eduardo Bautista en los años que estuvo en la SGAE. 2.700 millones de euros. De eso no me puedo arrepentir. La SGAE era la sexta sociedad a nivel mundial y ahora es la 22. -¿No cree que hiciera algo agresivo? Me acuerdo de la polémica de las bodas.-Seguramente algo se podía haber mejorado o edulcorado. Pero actuábamos por obligación en un marco internacional. O sea, si nosotros teníamos que cobrar el uso de la música en una boda, era porque en los otros países se hacía igual. No creo que sea agresivo. Lo sería si dijésemos que el derecho de autor convierte las bodas en un negocio imposible. Las bodas pagaban mucho más a la Coca-Cola y a la electricidad que al derecho de autor. El derecho de autor nunca fue un obstáculo. Otra cosa es que a los enemigos del derecho le interesase propagar el otro análisis. -¿Le dejaron caer? A nivel de gente de poder.-Sí. Lo que pasa es que yo tenía la convicción del inocente. Todos los once fuimos declarados inocentes pero es que hay que leer la sentencia. No solamente dijeron que no han hecho esto, sino que han hecho cosas muy buenas. Entonces, ¿me dejaron caer? Claro, si la sociedad de autores ahora mismo no es todo lo fuerte… Usando Francia como referente, ¿cuánto generan los derechos de autor en Francia en un año y cuánto en España? En Francia son casi 3.000 millones de euros; en España no llegan a 500. Respecto a nuestro tamaño con Francia, las sociedades tendrían que estar recaudando entre 1.200 y 1.500. Es menos de la mitad. Bien, ¿y de quién es culpa? De los autores. Es culpa nuestra. Es decir, somos los más insolidarios con nosotros mismos. Somos muy solidarios con las tragedias de los demás. La dana de Valencia o cualquiera de los cientos de eventos que se celebran a la que van los artistas a prestar su colaboración para facilitar la solución de un problema. Pero con nosotros mismos somos absolutamente insolidarios. Lo que sí tuve fueron excelentes amigos que en ningún momento me dejaron y me ayudaron muchísimo. Porque cuando la fiscalía te señala, lo primero que hacen es congelarte económicamente. Es decir, neutralizarte por completo. Y en algunos casos he tenido que recurrir a los amigos para pagar los estudios de mis hijos. Yo aquí no podía hacer nada en España, y tenía asignados como dos salarios mínimos interprofesionales a través del juzgado de instrucción. Nunca he tenido gustos caros. No me costó mucho adaptarme. Y acepté esa nueva situación. Y un día, yendo al jardín, me encuentro el piano. Cuando dejé de hacer música, el piano se cerró y se convirtió en un mueble. Y yo pasaba y de repente veo el piano abierto con los teclados. Entonces me acerqué, me senté y empecé a mover las manos por encima. Fue un momento mágico y descubrí que mi equilibrio psicológico y vital tenía que ver con la música. Este momento del piano fue en 2013, más o menos.-¿Se puede decir quién le dejó caer?-No. Porque como amigo tengo muchos defectos, pero como enemigo soy perfecto. Es decir, no olvido nada pero no paso facturas, no guardo libros de agravios ni tengo una cuenta de pasivos. A estas alturas de la vida me he ganado el privilegio de saber perdonar. Y entender, además, las circunstancias. -¿Tuvo mucho poder?-Tenía poder blando, el ‘soft power’ que llaman. Te pongo como ejemplo la primera visita de Aznar a China con Deng Xiaoping de presidente. Y en el PP estaba Mariano Rajoy de ministro de Cultura. Y el secretario de Estado me preguntó: «Oye, ¿qué podíamos hacer culturalmente en China para apoyar la visita de Aznar?». Y nosotros le dijimos: «Muy fácil. Joaquín Cortés y su compañía, una exposición de Dalí y flamenco». Al final, la foto que sale en todos los periódicos es una foto de Aznar, Joaquín Cortés y Deng Xiaoping. Eso es poder blando. No somos un país reducido a un gueto cultural. Yo fui uno de los cofundadores de la Academia Latina para los Grammys. Fui elegido uno de los siete ‘key men’ (hombres clave) del negocio cultural para ‘Billboard’. Afortunadamente, nada se me subió a la cabeza, tal vez de mi filosofía ignaciana me quedaba aquello de que todo pasa.-¿Eso le pudo servir para lo malo que llegó?Sí, por supuesto. Es decir, lo malo nunca es absoluto porque va a pasar. Hay un periodo en el que sufren las consecuencias. Creo que a nivel político me llevé muy bien con Pilar del Castillo, con Mariano Rajoy. Mariano Rajoy le concedió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes a la Sociedad de Autores. Yo tuve una conversación en su despacho y le dije: «Ministro, creo que la SGAE está cumpliendo 100 años, ha hecho una labor muy importante de articulación y vertebración en este país». Y el tipo dijo: «Sí, por supuesto, estoy de acuerdo». Y la recogió Manolo Gutiérrez de Aragón, que era el presidente en aquel momento. Siempre hay que recordar que yo era un presidente ejecutivo. Yo era presidente del gobierno, pero no era el rey. El rey era siempre un personaje. Manolo Gutiérrez de Aragón, Ana Diosdado, José Luis Borau…Teddy Bautista tocando el piano en su salón Belén Díaz-¿La política está entremezclada en su defenestración?-Fíjate, todo esto sucede con un Gobierno de Zapatero, y ahí había varios amigos. Yo era amigo de Rubalcaba, que estaba al frente de Interior. Pero a estas alturas, creo que Google tenía despacho en Ferraz. Y esto te lo digo porque no me importa. Hay un cierto grado de humor aquí. Obviamente no tenía un despacho, pero quiero decir que Google en Ferraz tenía peso, audiencia, porque además lo veíamos. Nosotros estábamos muy conectados con distintos sectores del partido. Yo siempre he defendido la tesis de que la SGAE es bipartisana. Sus socios pueden tener la ideología que quieran, pero la SGAE tiene que ser bipartisana. O sea, la SGAE tiene que hacer su trabajo con un gobierno de izquierdas o con un gobierno de derechas. Y esto lo dije públicamente todas las veces que se me preguntaba, porque es una convicción. Yo en la SGAE he estado trabajando con gente muy de derechas y con gente muy de izquierdas, y nunca he visto un conflicto. De lo que se trata es de defender los derechos de autor. Ahora, si la SGAE se iba a meter en política, obviamente habría ahí un conflicto. Con lo cual, desde luego, durante mi estancia, la SGAE no se metió en política. Otra cosa es que entre los dos modelos de gobierno, socialistas y populares, al principio el Partido Socialista fue fundamental para consolidar los derechos de propiedad intelectual, porque hizo la reforma de ley. Y a eso no se le puede restar en ningún mérito. Pero cuando gana el PP, en el 96 creo que fue, no cambia la ley de propiedad intelectual, no cambia nada. Yo tuve una entrevista con José María Aznar y una comida de varios autores importantes en Moncloa. Y estaban José María y su esposa. Y era facilísimo entenderse. Es decir, también estuvimos con Felipe González en reuniones, y a lo mejor era más ameno o más divertido, pero lo fundamental, que es el respeto a la ley y la responsabilidad que unos y otros teníamos de representar a organismos con muchos socios, nunca tuvimos el menor problema con el PP. Cuando pasa todo esto y ellos ganan las elecciones y llegan al poder, lo primero que hace el secretario de Estado que ha sido tertuliano, lo primero que hace Lasalle, es cargarse la copia privada. Es decir, es disminuir de un cómputo de 120 millones anuales a un cómputo de 5 millones anuales. Pero yo ya no estaba en SGAE, no puedo decir si van contra mí. Siempre he tenido amigos en uno y otro lado, y siempre he separado lo que es la función cuando estás al frente de un organismo, que no tiene por qué tener ideología, que lo que tiene que tener son unos objetivos a cumplir bajo el mandato de una ley.-¿Le habría gustado que la SGAE le hubiera pedido perdón tras su absolución?-Claro. Porque, además, me quisieron quitar la pensión, cosas de estas. Y todo tuve que ganarlo en los tribunales. Pero tampoco si lo hacen de repente voy a sentirme compensado. Lo que ha pasado, ha pasado. -¿A favor o en contra de Spotify, YouTube y demás?-Hay una diferencia entre Spotify, Apple y YouTube. Digamos que son tres modelos distintos, aunque van a por lo mismo, que es generar un universo de usuarios lo suficientemente numeroso como para convertirse en incumbentes. Es decir, como para tener el poder necesario para imponer su modelo. La música hoy en día transcurre por estos caminos. ¿El resultado cuál es? Con el pretexto de que la audiencia aumenta de forma exponencial, entonces el producto se abarata. Y no es el autor el que establece el precio del producto, lo pone el comerciante. Ese sistema está viciado desde el principio. Porque que establezcan para tu música un valor de 0,0003 céntimos es algo inaceptable. Después, han incitado a las discográficas a ser socias. ¿Le viene bien a la música? No. Pero no llegaría a tantos sitios si no fuera por estas plataformas. Lo que no entiendo es que reparten dividendos de enormes cantidades y el que hace posible el modelo de negocio, que es el autor, tenga una participación mínima que ya sabes que hay artistas importantes que han firmado acuerdos bilaterales. No multilaterales, bilaterales. ¿Quieres mi música en Spotify? Me vas a pagar esto. Y el resto de artistas no tienen esa capacidad. Con lo cual, al final, se ha venido abajo el sistema. El derecho a autor tiene de bueno que con un sistema de gestión colectiva se evitan las crestas y las cimas. El que gana mucho, no es tanto. Y el que pierde todo no es tanto. Porque hay un sistema de ecualización. Pero, en síntesis, ¿este modelo ha servido para hacer mejor música? No. Se hace mejor música en un local de ensayo o en un estudio privado. Y ahí no intervienen las redes. Hay gente que está estudiando otras vías. Han gente que a través de TikTok o Instagram, de repente, han sintonizado con un gran número de personas. Se demuestra que un francotirador puede abrirse un camino, una brecha dentro del sistema. Pero ese francotirador que consigue 40 millones de visitas, al mes lo ha comprado Universal. Pero. Sin la menor duda. Llega Universal, te pone un talón en las manos y dice: «Ahora eres mío y soy yo el que administra tus derechos». Alguno de estos creadores ha visto que puede llegar A 100 millones pasan de la compañía de discos o Live Nation. Con estos seguidores voy a tocar en el WiZink Center y se venden las entradas sin necesidad de la parte dura de la industria. -¿Spotify ha jibarizado a la clase media musical?  – Esa es la palabra. Claro que sí. -En el YouTube de ‘Ciclos’, de Canarios, pues el disco no está en Spotify, un comentarista dice: «Este disco es la quintaesencia del rock progresivo español de los 70. El Teddy Bautista delincuente no debería tapar que fue un genio. Al rey lo que es del rey». Y otro le responde: «Perdona ha salido absuelto». ¿Le afecta cómo ha podido quedar su imagen?-Es imposible suscitar un consenso universal y tampoco es culpa de todo el mundo que no se haya producido una restauración. Es decir, me lo preguntabas antes, la SGAE no lo ha hecho. Pero tampoco el Ministerio de Cultura, que González Sinde se despachó a gusto poniéndome a altura del betún. Y no he escuchado que diga, a la vista de las sentencias: «Me equivoqué». Entonces, ¿qué voy a hacer? O sea, si yo no supiera administrar todo este complejo mundo en el que vivimos en el siglo XXI de cruce de opiniones y comunicaciones, de zonas de apagado informativo o de bulos que se instalan y además se consolidan, este es el mundo en el que vivimos… Y si es así, yo con 80 años debo tener parte de culpa, aunque sea mínima, de que sea así. ¿A quién le voy a pedir responsabilidades? Tampoco me afecta ni nunca me ha afectado incluso en la SGAE, que yo era el objetivo de muchos. Si no te gusta, bajas del pedestal en el que te han puesto y eres simplemente un ciudadano más y haces tu vida. Mira, me han hecho una serie documental de televisión que se llama ‘Teddy, la serie’, todavía no se ha terminado. Son cuatro capítulos y han hecho un trabajo de investigación muy serio. Y cuando se estrene, seguro que habrá gente que diga: «Ah, qué bien». Y otra: «Todo esto está manipulado». Además, ahora está de moda cuestionar la justicia. La gente no se da cuenta de que la justicia no es la justicia, habría que hablar más de las justicias que del singular. Porque no es lo mismo la justicia a nivel de una instrucción que en la Audiencia Nacional o el Supremo. -¿En qué pensó cuando leyó la sentencia?-Pensé que alguna cosa querrían dejar para no poner en ridículo a la fiscalía. Pero no, pusieron en ridículo a la fiscalía y a la Guardia Civil. A mí me parece que la justicia no está tan mal en España.-¿La serie dónde saldrá?-Creo que la ha comprado Televisión Española. -Hubiera sido gracioso que fuera en Movistar.-[Sonríe] Telefónica ha cambiado mucho, además ahora hay otro consejo, y de repente estos ya no se acuerdan de lo que hicieron… [vuelve a sonreír].

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