Eran eso de las siete y media de la tarde, con la oscuridad ya haciéndose fuerte a estas alturas de febrero, cuando una niña de once años que salía de la clase semanal de inglés de los jueves corría asustada escaleras arriba para avisar a la profesora. Un hombre, según relataba, se había parado con su furgoneta a las puertas del Centro Multiusos de Espirdo (Segovia) en el que se imparten la lecciones y le había preguntado si quería irse con él . La pequeña, no lo dudó, y huyó. Ni una hora después, la noticia del supuesto intento de rapto corría como la pólvora en los grupos de WhatsApp y boca a boca por Espirdo. Y con ella, se despertaban sus peores recuerdos . Y es que este caso no es el único de similares características que viven en este pueblo de menos de un millar habitantes -aunque el conjunto del municipio, del que también forman parte los núcleos de Tizneros y La Higuera, se eleva por encima de los 1.500-. «Hace unos años» ya pasó, rememoran. Fue en la primavera de 2017, cuando hasta tres casos -sólo hubo dos denuncias ante la Guardia Civil- desataron las alertas y los temores por tres teóricos intentos de secuestros de otros tantos menores, uno de ellos también en Espirdo. Los otros dos, en las localidades también del entorno de Segovia capital de V alverde del Majano y San Cristóbal de Segovia .De aquellos casos no hubo detenidos que trascendieran, aunque las similitudes con lo vivido han acrecentado los temores y precauciones entre los vecinos . También un hombre a bordo de una furgoneta -en aquella ocasión de color oscuro – ofrecía a los pequeños subirse con él . Entonces, según narraron a sus padres y figuraba en las denuncias, les ofreció dinero a cambio .Esta vez, entre los pocos detalles que han trascendido, el ofrecimiento a la pequeña se limitó a que se subiese a bordo. La niña huyó rápido. Un supuesto intento de rapto de un pequeña ante el que e xiste «miedo» entre los vecinos, reconoce uno de ellos, con un hijo también en edad escolar que justo había ido a clases de inglés la hora anterior al mismo centro.Al ser un pueblo, apunta, algunos pequeños van solos . Ahora, señala, «son más precavidos». Y es que, advierte, la ubicación del Centro Multiusos, a pie de travesía, lo hace «muy accesible» y con fácil salida de esta localidad a menos de ocho kilómetros de Segovia capital.Por el momento no tienen más detalles de quién pudo ser ni lo que pretendía llevándose a la pequeña, de quien dan verosimilitud a lo que contó. Así que todo son «especulaciones» y la más repetida es la de que pueda ser «un pedófilo». De lo poco que se sabe, que era una furgoneta grande y blanca, marca Mercedes. Lo que llegó a ver la profesora de inglés cuando salió a la calle ante la alerta de la alumna. El vehículo ya se marchaba.MÁS INFORMACIÓN noticia No Rescatan a una niña de 14 años víctima de agresión sexual y al borde de un matrimonio «pactado» con un hombre que le doblaba la edadEsos pocos detalles que el propio Ayuntamiento de Espirdo daba a conocer a sus vecinos, y en general, a través de diferentes redes sociales, en las ya esa misma tarde del jueves contaba que una niña que salía de inglés «ha vivido una situación preocupante» cuando un hombre se la acercaba y «le ha preguntado si quería irse con él». «La niña asustada, salió corriendo hacia inglés, y la profesora bajó de inmediato, pero solo alcanzó a ver que efectivamente era una furgoneta Mercedes », proseguía el texto, en el que también pedían estar «atentos» y extremar «precauciones». «¡Mucho cuidado!», terminaba el comunicado.Con lo sucedido ya puesto en conocimiento de la Guardia Civil, e sa misma tarde-noche, un amplio control de las Fuerzas de Seguridad controlaba los accesos a Espirdo. Aunque son conscientes de que sin la matrícula del vehículo «será difícil» dar con el presunto autor del intento de rapto. Por el momento, los vecinos respiran algo al comprobar que no ha vuelto a pasar, aunque no hace ni dos días de aquello, y en sus cabezas se amontona este suceso y los denunciados hace unos años, mezclados con un robo «a las diez de la mañana» el lunes en un establecimiento del pueblo. La «preocupación» sigue dominando a muchos y crecen las voces que reclaman la instalación de cámaras en las entradas al pueblo, «como las que hay en la plaza Mayor», subrayan, para «controlar» los vehículos.
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