En Gran Canaria se inició una nueva era en el baloncesto español, una dinastía, la del Unicaja de Málaga , que conquistó su segunda Copa del Rey en tres años tras abatir al Real Madrid (93-79). Es cierto que a los blancos hay que incinerarlos para estar seguros de su muerte y, liderados por Llull y Campazzo, prolongaron sus esperanzas hasta el último cuarto. Sin embargo, los andaluces, amén a Ibon Navarro , son un equipo gigante ahora mismo, con estrellas tan capaces de anotar 27 puntos, el caso de Perry, MVP del torneo, como de secar a los astros rivales, increíble el compromiso de Carter, Kravish y Taylor . Una plantilla sin fisuras, con hambre y que ha revivido nuestra canasta. Esto ya no es cosa de Madrid y Barcelona. Hay un nuevo contendiente en la ciudad. El Madrid, desde el inicio, fue a por Sima de manera descarada, consciente de que el español es de los escasos jugadores capaz de anular a Tavares. La fórmula salió a la perfección y, a los pocos segundos, ya tenía dos faltas, aunque sacó coraje para firmar un bestial mate ante Ndiaye. Ese salto de fe, digno de los más grandes, revolucionó al Unicaja, que firmó un parcial de 9-4 para dejar claro que no se iba a amilanar. Fue Abalde el que espabiló a los blancos, autor el gallego de dos triples que devolvieron la igualdad al marcador. Ambos bandos intentaban imponer su físico, Tavares volvía a sembrar terror en las zonas y el Madrid sacaba mucho rédito desde la línea de personal. Sin embargo, los malagueños mostraban generosa hambre, bien Kravish en el tiro y Carter en las penetraciones, acciones que permitieron a los suyos acabar el primer cuarto con ventaja (18-15). Taylor tenía cara de depredador, cargaba él solo contra el muro blanco y casi siempre encontraba beneficio, un talento solo igualado por el de Hugo González , que respondió a la confianza que le dio Mateo con seis puntos fundamentales para las aspiraciones merengues. En el ecuador del segundo acto, empate a 26, Ibaka , que no había disputado ni un minuto en las semifinales, levantó la mano, taponó, anotó y consiguió sacarle la tercera falta a Sima, una actuación corta pero muy decisiva que permitió a los blancos ponerse por delante por primera vez. En cualquier caso, el duelo iba para largo, era intenso su guion, baloncesto de talento y pizarra, como en los viejos tiempos. Serían los detalles los que decidirían su destino, detalles como los que firmó Perry , que tras un gran triple y un robo a Tavares volvió a lanzar a los malagueños. Cinco arriba los andaluces, la pizca de casquería habitual de las finales hizo acto de presencia tras un golpe de Osetkowski directo al rostro de Musa , sancionado con antideportiva para el estadounidense, un caos que aprovechó el Madrid para arrimarse antes del descanso (39-36). Kalinoski sacó a pasear la muñeca tras la reanudación, imparable cuando se eleva en el aire como una pluma, acciones igualadas por la tiranía de Tavares en el aro contrario. Ya no era baloncesto, un combate de boxeo más bien, contienda en la que cada golpe tenía una dura respuesta. Taylor era el que menos piedad mostraba y, tras dejar clavado a Musa con un reverso, puso a los andaluces ocho arriba, una ventaja mayúscula dada la igualdad de la final. Eran el estadounidense y su compatriota Kravish , gigante en el esfuerzo y letal en el lanzamiento, un puzle que no conseguían resolver los blancos, que encima no contaban con la anotación habitual de Hezonja y Campazzo . A doce de distancia, estaban obligados a inventarse alguna reacción. Al fin, el base argentino puso ese turbo que le convierte en el jugador más inalcanzable de Europa. Seis puntos consecutivos de su autoría rebajaron la rebeldía malagueña, que volvía a notar al campeón en el cogote. Sin embargo, Taylor estaba haciendo un encuentro inabarcable, valeroso y certero escolta, que tenía frito a los merengues con sus virguerías. Faltaba un cuarto y, pese a un increíble triple de Llull sobre la bocina, el Unicaja había vuelto a tomar distancia (64-55).El físico del Unicaja tras semejante paliza era extraordinario, ver a estrellas ofensivas como Carter y Taylor defender como posesos explicaba parte de la ventaja andaluza. Llull era el único capaz de romper la falange, infinito su liderazgo, aunque Perry también mostraba mucha intención para perforar el aro rival. Las canastas del base y un nuevo triple de Kravish aumentaron la ventaja a 14 y convirtieron el Gran Canaria Arena en el Martín Carpena, con pocos amigos el Madrid en la capital canaria, necesitado de un milagro para salir del atolladero. Un triple de Hezonja y otro de Camp a zzo lideraron el enésimo intento de remontada de los de Chus Mateo, que necesitan ser acribillados hasta la saciedad para confirmar su muerte. Sin embargo, el Unicaja también sabe algo de cómo ser irrompible y, tras una nueva genialidad de Kravish y otra de Perry, que anotó un triple ante Tavares, recuperó el manejo de la situación. En los minutos finales, sacó su versión más cerebral, jugó con el reloj y, cuando tuvo la oportunidad, remató una faena simplemente extraordinaria. Perry, con un disparo lejano, crepuscular, coronó al Unicaja en Canarias.
![Un gigantesco Unicaja ajusticia al Madrid e inicia una nueva era en el baloncesto español Un gigantesco Unicaja ajusticia al Madrid e inicia una nueva era en el baloncesto español](https://ayuser.org/wp-content/uploads/2025/02/copabasket-R5BKXqjNsu8uOWQtQsx2m6L-758x531@diario_abc-ph40QO.jpeg)
Leave a Reply