Reunión europea de urgencia para no dejar caer a Ucrania

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Reunión europea de urgencia para no dejar caer a Ucrania

El presidente de la Conferencia de Seguridad de Múnich, Christoph Heusgen, clausuró ayer el evento con lágrimas en los ojos, mientras constataba la crisis de las relaciones trasatlánticas y el temor a «que nuestro conjunto común de valores ya no sea tan común». Esta edición, «una de las más importantes y decisivas de la historia del evento», nos deja según Heusgen una lección: «Europa no es algo ‘agradable de tener’. Europa es una obligación». También el secretario general de la OTAN, Mark Rutte , se despedía llamando a los europeos a reaccionar con compromisos de gasto. Porque el punto de palanca que amenaza con romper no solo los lazos trasatlánticos, sino también el trabajo en el seno de la OTAN y el G7, lo que equivale al orden global establecido, es la exigencia estadounidense de que el que quiera sentarse a la mesa de negociación esté en condición de aportar medios, preferiblemente tropas de paz sobre territorio ucraniano, para garantizar a medio y largo plazo el cumplimiento del potencial acuerdo que ponga fin a la guerra.Los participantesY los líderes europeos reaccionaron ayer con la mayor celeridad posible, con la convocatoria de una reunión informal que tendrá lugar hoy en París y a la que asistirán los jefes de Gobierno de Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Polonia, España, Países Bajos y Dinamarca, además de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, y Rutte. «Los debates podrían luego continuar en otros formatos ampliados, con el objetivo de reunir a todos los socios interesadosen la paz y la seguridad en Europa», apuntan fuentes diplomáticas europeas, rechazando que se esté excluyendo al resto de países de la UE.La reunión de París servirá para explorar cualquier posibilidad de hacer aportaciones, tal y como desea Trump, bien a través de la OTAN o de ejércitos europeos. El ministro polaco de Exteriores, Radoslaw Sikorski, declaró ayer que «debemos ser cuidadosos con este término porque la gente lo entiende de diferentes maneras». «Si por ello se entiende la unificación de los ejércitos nacionales, eso no ocurrirá», dijo, «pero he sido un firme defensor de que Europa, de que la Unión Europea, desarrolle sus propias capacidades de defensa, extensas y coordinadas, y ya estamos claramente en ese camino», en referencia a la brigada reforzada que ya se está formando en la UE.La adhesión a la UEEn París se volverá además a tantear la posibilidad de acelerar la adhesión de Ucrania a la UE, que por ejemplo Finlandia considera «innegociable», pero que Hungría bloquea con el envío, este mismo fin de semana, de un nuevo pliego de condiciones.La presidencia semestral polaca había presentado el viernes un borrador del documento que debía ser enviado a Ucrania para abrir dos de los seis comités de negociación, en el proceso ya en marcha, pero Viktor Orbán ha solicitado un nuevo plan detallado para proteger a las minorías nacionales, que retrasará el arranque. Y la idea es que las consideraciones que se recojan en esta reunión las traslade a Washington el primer ministro británico, Keir Starmer, que se verá allí con Trump esta misma semana.«Este es un momento único en una generación para nuestra seguridad nacional en el que nos comprometemos con la realidad del mundo actual y la amenaza a la que nos enfrentamos por parte de Rusia», ha dicho Starmer en Múnich, «está claro que Europa debe asumir un papel más importante en la OTAN mientras trabajamos con Estados Unidos para asegurar el futuro de Ucrania y hacer frente a la amenaza que enfrentamos por parte de Moscú».Dándoselas de mediador, ha prometido que trabajará «para garantizar que Estados Unidos y Europa permanezcan unidos». «No podemos permitir que ninguna división en la alianza nos distraiga de los enemigos externos a los que nos enfrentamos», ha concluido. Fuentes diplomáticas británicas subrayan que «necesitamos una garantía de que, si se viola el acuerdo, podemos actuar, y esta será una amenaza suficiente para que la Federación Rusa no viole esta garantía».Diferente visiónPor el momento, sin embargo, Europa tiene una visión muy diferente de lo que debe ser el proceso de paz en Ucrania. Mientras Trump planea una «paz relámpago», un acuerdo que varios cuerpos diplomáticos europeos califican de «no sostenible en el tiempo», los gobiernos comunitarios se inclinan por un proceso mucho más lento, pero también más seguro. Según ha descrito en Múnich el presidente de Finlandia, Alexander Stubb, serían necesarias tres etapas: una primera para hacer que Ucrania pueda acudir con una posición de fuerza a las negociaciones, suministrando armas y movilizando activos rusos congelados; una segunda fase de alto el fuego bajo supervisión internacional, y la tercera de negociaciones, que incluirían la reconstrucción y las cuestiones territoriales.Pero lo más preocupante para los asistentes a la reunión de París, siendo Ucrania un asunto de primera línea de importancia, es que en el plan de negociación del que están hablando ya Washington y Moscú se incluyen decisiones críticas sobre la estructura de seguridad de Europa. Los europeos han conocido en Múnich los detalles de esas conversaciones por boca del enviado especial de Estados Unidos para Ucrania, Keith Kellogg, y han quedado temblando. Rusia exige «negociar en complejo», lo que significa que sobre la mesa no está solamente la paz en Ucrania, sino también el área de influencia rusa que pretende recuperar.El aviso de Putin en 2019Ya en 2019, Putin afirmó en esta misma Conferencia de Seguridad de Múnich que «la seguridad europea no puede organizarse sin Rusia y mucho menos contra Rusia» y esa parece ser la dirección que intenta imprimir a las conversaciones, a lo que Putin se refirió a finales de enero como eliminar «las causas fundamentales del conflicto» en Ucrania.El Gobierno ruso se remite a las exigencias enviadas a Washington y a Bruselas en 2021, que prevén «garantías de seguridad» para Rusia, como la retirada de las armas nucleares estadounidenses de Europa y el compromiso de la OTAN de no realizar maniobras y otras actividades militares en una franja de anchura y configuración acordadas a lo largo de la frontera rusa. Los tres Estados bálticos se verían profundamente afectados.La actitud de la nueva Administración estadounidense respecto a estas demandas no deja dormir a los líderes europeos. «Putin está trabajando en un debilitamiento de Europa porque se propone atacar a un país europeo de la OTAN», ha repetido Zelenski una y otra vez en Múnich, «una Rusia envalentonada por el debilitamiento de la OTAN, por la retirada de las fuerzas estadounidenses, entraría rápidamente en modo de expansión territorial».Zelesnki insiste también hasta la afonía en la necesidad de un criterio único en Europa. Mientras se despedía, el primer ministro albanés, Edi Rama, comentaba que tiene la impresión de haber visto en Múnich «dos series de Netflix en paralelo: por un lado la estadounidense ‘One Sheriff Show’ y por otro la UE, que va de un paciente con 27 médicos».

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