El Barça líder y atraco al Rayo

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El Barça líder y atraco al Rayo

Koundé pagó con la suplencia su retraso matinal y Héctor Fort tuvo su oportunidad. No era la primera impuntualidad del francés. Íñigo Pérez, el entrenador del Rayo, en camiseta blanca de manga corta. Aunque es cierto que Barcelona tiene inviernos de país cálido, anoche estábamos a 13 grados. Presión visitante, valiente, e incomodidad local, de juego impreciso. Pero era también cierto que el partido se iba estirando y que los de Flick iban instalándose en campo contrario. El Rayo insistía en su presión alta y el Barcelona en no dejar salir al rival. Destello de Balde pero sin premio final. Poco fino Lewandowski de inicio, que se ofrecía mucho pero sin acierto. Poco a poco el Barça subía el ritmo y aunque la defensa madrileña trataba de resistir parecía sólo cuestión de tiempo que se abriera la primera brecha.Lewandowski, casi de falso nueve, insistía en su búsqueda aunque sin dar con el tesoro todavía. También parecía cuestión de tiempo, y de paciencia, que al final consiguiera lo que perseguía.Noticia Relacionada Barcelona estandar No Flick aplaude la expulsión de Bellingham: «Fue una falta de respeto» Jorge Abizanda El técnico azulgrana analizó la polémica roja al centrocampista del Madrid en la previa del duelo ante el RayoEl Barcelona recuperaba muy rápido el balón pero le costaba afinar en los metros finales y no hallaba la profundidad. Raphinha a punto estuvo de marcar pero tuvo dificultades para controlar un balón de Balde que más que una asistencia pareció una pedrada. El VAR revisó y no sancionó un indiscutible agarrón de Héctor Fort en el área. El Rayo sobrevivía en la agonía y aunque era un ejercicio muy meritorio no parecía sostenible en el tiempo. Y lo que no llegó por inspiración del juego llegó por indicación del VAR y un grosero agarrón a Íñigo Martínez acabó en merecido penalti, tan merecido como el que el árbitro le había escatimado minutos antes al Rayo. Vergonzoso doble rasero, que no es que propicie teorías conspiranoicas, sino que las reclama. Lo transformó Lewandowski, que finalmente vio recompensados sus esfuerzos.Justo a continuación Lamine Yamal pudo marcar el segundo pero remató de un modo vulgar, como desganado. El Rayo sufría y no sabía qué hacer con el balón y tras los minutos en que más lejos estuvo de cualquier cosa que no fuera la ampliación dramática de su derrota, empezó a pellizcar por las bandas y tuvo un par de ocasiones no clarísimas pero sí remarcables. Las dos las salvó admirablemente Tec, el portero jubilado del Barça. A la tercera el Rayo marcó y se lo anularon por un fuera de juego llamado «posicional pero con influencia», que también se puede traducir como «atraco». El jugador que marcó estaba en posición correcta y el supuesto bloqueo del que estaba en fuera de juego era absurdo tenerlo en cuenta porque igualmente Íñigo Martíenz no habría llegado a evitar el disparo del gol. Regalo arbitral, nefasto Melero López y todavía peor Díaz de Mera en el VAR. Actuaciones ambas sólo justificables desde el tribal mecanismo mental de los que ven lo más normal del mundo pagar al vicepresidente de los árbitros «para compensar». Pagar y cobrar, claro.Admirable progreso ofensivo del Rayo en el último cuarto de hora de la primera parte. Infame actuación arbitral en connivencia con el VAR, lo que hacía difícil pensar que todo fueran casualidades. Casadó y Dani Olmo salieron a calentar.El Rayo volvió a por todas tras el descanso y hay que reconocerle el mérito, porque cuando eres el equipo pequeño y te someten a semejante atraco cuesta continuar confiando en tus posibilidades. Y pese a todo ahí estaban los de Íñigo Pérez, creciéndose en la adversidad y con la fe intacta pese a que lo normal habría sido caer en el cinismo y la desesperanza. El Barça poco a poco fue templando la efervescencia visitante aunque sin acabarla de controlar. Pedri le dejó de espuela un delicado balón a Lamine Yamal, que remató mal en una de sus noches menos agraciadas. El Rayo insistía, no se rendía, llegaba pero sin luz en el último acto. Hansi Flick —lo que hace la necesidad— renunció a su disciplina germánica y le levantó el castigo a Koundé, que entró para salvar la noche en sustitución de su sustituto, Héctor Fort, que fue el coladero de la capacidad ofensiva del Rayo. Dani Olmo entró por Gavi. Montjuïc se impacientaba sonoramente con las imprecisiones de De Jong, dura sentencia de la grada. En el 66 Tec volvió a evitar el empate, en su tercera intervención de alto provecho para su equipo.El Barça sobrevivía, el Rayo lo intentaba con talento pero con poca fortuna, Dani Olmo dejó algunos detalles de calidad, especialmente uno, el poco tiempo que no estuvo por los suelos y quejándose. No sé si le dolía de verdad o era cuento pero este chico crea más veces expectación por si ha vuelto a lesionarse que por estar a punto de marcar.El Barça recuperó el liderazgo pero con aparatoso escándalo. Tanto el árbitro como el VAR perjudicaron en todos los aspectos posibles a un dignísimo visitante, que planteó un partido muy serio y al que se le arrebató por lo menos el empate y seguramente la victoria con unas decisiones arbitrales muy difíciles de explicar desde la hipótesis del error no intencionado.

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