Se hace llamar gestor, siempre se quita importancia cuando los periodistas afilan sus micrófonos y libretas, pero Ibon Navarro (Vitoria, 1976) huele a estratega a la legua, a comandante, a un arquitecto que, en tiempo récord, ha construido una de las grandes dinastías del baloncesto europeo actual. Porque su Unicaja ya es un equipo de culto, una plantilla con un estilo muy reconocible que ha conquistado la friolera de cinco títulos en los últimos tres años, un ritmo de triunfos que bien podría ser el del Real Madrid y con el que sueña el pobre Barcelona. Su última hazaña en la Copa del Rey de Las Palmas de Gran Canaria fue la confirmación de que sus pupilos están de dulce, que tienen hambre y que, salvo sorpresa, más conquistas están en camino para los malagueños, igual incluso una pieza mayor. Ha conseguido el vasco crear un ejército coral donde las individualidades están al servicio del colectivo. Porque, siendo sinceros, el grupo salvaje de estadounidenses que tiene el Unicaja , los Carter, Osetkowski, Kravish y sobre todo Perry, podrían jugar sin problema en equipos de Euroliga con altas aspiraciones. Sus talentos, sin embargo, se enfocan en tareas muy concretas, signo inequívoco de que su entrenador tiene muy bien definidos sus roles. Esos astros, unidos a la capacidad de sufrimiento español de Yankuba Sima, Alberto Díaz, Tyson Pérez y Jonathan Barreiro, han generado una ecuación muy difícil de descifrar, incluso para rivales de la talla del Real Madrid, que lo ha sufrido con contundencia en las últimas temporadas. «Es que tengo a 14 tíos muy buenos. A veces, lo que tiene que hacer un entrenador es no molestar demasiado. A día de hoy somos más gestores de personas que instructores técnicos o tácticos. Es más difícil gestionar rotaciones, quién se queda fuera y quién dentro. Eso es más complicado que dar con la clave de ganar. Con buenos jugadores es más fácil vencer. Como he dicho, tengo a 14 muy buenos. Quiero que todos sientan que son importantes. El día que apostamos por 12, saben que confiamos mucho en ellos», explicó con muy buen criterio el vitoriano tras coronarse campeón de la Copa, su segunda en los últimos tres años. Fue la conquista copera en Badalona en 2023 la que inauguró este brillante ciclo, solo un año después de la contratación de Navarro como entrenador jefe. Allí, en casa del Joventut , los andaluces batieron al Barcelona en cuartos, al Madrid en semifinales y al Tenerife en la gran final (nadie había vencido a los dos grandes de nuestro baloncesto en una misma edición). Además, unos meses después, se hicieron con la Champions , la tercera competición europea más importante. Pero ha sido este curso cuando han engordado su palmarés. En septiembre volvieron a tumbar a los blancos para hacerse con la primera Supercopa de España de su historia y, solo unas semanas después, triunfaron en la Intercontinental para, en Gran Canaria, corroborar el triplete con una nueva Copa. En definitiva, el Unicaja tiene ocho títulos en su historia, y cinco han llegado de la mano de Navarro . «Cuando un equipo es exitoso hay que competir y asumir que tienes un rol diferente. Otros equipos no tienen nada que perder, lo cual te exige más. No puedes fallar. Tenemos que asumirlo. Hay una parte buena, que es la de los trofeos. Pero también una mala, que es esa de ser un equipo del siguiente nivel. Lo más importante es no perder la humildad ni el hambre que nos han traído hasta aquí», explicaba el técnico sobre su éxito.Noticia Relacionada estandar No El Unicaja la lía en el aeropuerto de Málaga tras ganar la Copa del Rey de baloncesto: «Hay maneras y maneras de esperar a las maletas» Manuel Pérez Cortés El equipo malagueño se alzó con el triunfo en la final de la Copa del Rey de baloncesto tras imponerse con rotundidad al anterior campeón, el Real MadridEl mundo del baloncesto está ansioso por saber cuál será el siguiente paso del Unicaja. En la 2023-24 ya quedó primero de la fase regular de la ACB , aunque fue eliminado en las semifinales por el UCAM Murcia . Actualmente va por buen camino, segundo clasificado y a solo una victoria de su enemigo más íntimo, el Madrid. En Champions, además, lidera el grupo J y todavía nadie ha sabido cómo derrotarlo. Aun así, este equipo, debe aspirar a más. En los últimos meses ha crecido el rumor de que la Euroliga va a añadir dos equipos más de cara a la próxima temporada, y no es absurdo pensar que una de las invitaciones podría ir a parar a los malagueños. En cualquier caso, los jugadores van y vienen y, aunque el talento es imprescindible, es Navarro el autor de esta proeza, un entrenador criado en el Baskonia , que ha entrenado a 10 clubes en una carrera de 20 años, que vive su momento de gloria y quiso acordarse en la cima de todos los maestros que le convirtieron en el hombre que es actualmente. «No imaginaba esto. Cuando estás como asistente lo peor que puedes hacer es pensar en estas cosas. Tienes que estar intentando ser una esponja. Tuve suerte de estar en Valencia con Paco Olmos , alguien muy importante para mí. Luego se fue y llegó Peras (Perasovic), otro de los muchos entrenadores de los que aprendí. En Valencia coincidí también con Chechu Mulero . Para mí, en cuanto a nivel de aprendizaje, hay un antes y un después de estar con él».
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