‘La música’ reúne a Ana Duato y Darío Grandinetti y los devuelve al escenario

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‘La música’ reúne a Ana Duato y Darío Grandinetti y los devuelve al escenario

En la habitación de un hotel se encuentran Anne-Marie y Michel. Llevan dos años separados y ahora se reúnen para concluir los trámites del divorcio. «Se han amado y se han separado. Hicieron como todo el mundo, se casaron, formaron un hogar y después, de pronto, se vieron arrancados uno del otro por la fuerza terrible de la incomunicación», dice Magüi Mira , adaptadora del texto de Marguerite Duras , ‘ La música’ . El montaje, dirigido por la propia Mira, se estrena en el Teatro Palacio Valdés de Avilés el viernes próximo y estará en el Teatro Infanta Isabel de Madrid a partir del 26 de febrero. Encarnan a sus protagonistas dos ilustres actores que hace mucho tiempo que no pisaban las tablas: Ana Duato y Darío Grandinetti . Ella, concretamente, no lo hace desde que interpretara ‘El hombre elefante’ (1998) y el actor argentino no está en un teatro español desde que interpretara ‘Baraka’ en Barcelona en 2010 -en Argentina su última experiencia ha sido ‘Novecento’-. «Hace nueve años que no hago teatro -recuerda Grandinetti-. Me había olvidado. Me toma todo el día; no puedo leer otra cosa, no puedo… Está todo el tiempo en la cabeza. Parecería que uno se sube al escenario una hora y media o dos y se acabó, pero si yo a las tres de la tarde tengo que ir a comer y tengo la función a las siete sé que tengo que comer liviano, por ejemplo». Ana Duato asiente. «Me pasa un poco lo mismo: te metes en un mundo que te empapa todo el día, te llena tus pensamientos. Es un salto al vacío -aunque aquí bien agarrados por Magüi, pero hay una búsqueda constante, especialmente en una obra como ésta, que habla de los sentimientos de dos seres que están en un momento muy límite de su vida. Te hace estar ahí todo el día trabajándolo y llenándolo de cosas que te inspiran, te llenan y te abren el camino, te enseñan a navegar por ahí».En el corazón y en las tripas’La música’ se estrenó en octubre de 1965 en el teatro Studio des Champs-Elysées, en París. Veinte años después, Marguerite Duras escribió una nueva versión de la historia, ‘ La Música deuxième ‘ que ella misma dirigió en la capital francesa. «Es, como dijo la autora, la misma ‘partitura’, pero el texto es más becketiano, con más vuelo poético y más delirante», explica Magüi Mira, que ha trabajado con las dos versiones. «Llevo este texto en la cabeza, y también en el corazón y en las tripas, desde hace mucho tiempo -sigue-; me parece un texto necesario. ‘La música’ es una canción, una melodía trágica, cruel, bellísima, en la que se debate qué se hace con la pasión, con el sexo y con el amor, y que no sabemos aún cómo se suman. Ni lo sabremos».«Lo que me llamó la atención -dice Ana Duato- es cómo muestra Marguerite Duras la contradicción que tiene el ser humano, que te lleva a tener que elegir el lugar desde el que mirar el futuro, que te lleva a amar pero también a volar y ser libre. Anne es una mujer muy libre pero muy contradictoria , es fuerte y vulnerable a la vez». «Hay algo que a mí particularmente me gusta de la obra -tercia Darío Grandinetti-, que es la igualdad que hay entre el hombre y la mujer en esta obra. Se habla del amor, de las relaciones, de la pareja, y siempre se plantea en igualdad de condiciones. Los planteamientos que se hacen, que no son pocos, no tienen que ver con que tú eres mujer, yo soy hombre, tú tendrías que haber hecho esto, a ti te correspondería lo otro… Y eso me gusta».Ana Duato y Darío Grandinetti no se conocían personalmente. «Yo creo que tengo un sexto sentido -presume Magüi Mira-, porque siempre los imaginé como pareja. Y efectivamente hay química entre los dos; como compañeros, como actores… Se entienden, se ayudan, se apoyan, entienden la función igual… Éste es un texto dificilísimo; muy esencial, encriptado, con un ‘tempo’ especial, una partitura, y ellos la interpretan maravillosamente. Rezuman trabajo y compromiso con el teatro».Noticia Relacionada ESPECIAL NAVIDAD estandar Si Veinte regalos escénicos para 2025 Julio Bravo No todos los regalos han de ser materiales. Pasar un par de horas de nuestra vida en un lugar distinto y vivir la historia de personajes imaginados es una opción estupendaLa prosa de Marguerite Duras tiene un vuelo poético que es un arma de doble filo para los actores. «Magüi ha insistido mucho -desvela Ana Duato- en quitar el ‘romanticismo’ del texto y ha ido mucho a la verdad, al estado emocional de los personajes, a pesar de que a veces dicen cosas bellísimas y cuesta no meterse en esa cadencia que tiene la poesía». «A mí me resulta muy atractivo ese desafío como actor -interviene Grandinetti-. Convertir en cotidiana una frase no solo poética, sino poco habitual. El gran desafío para el actor es encontrar lo natural, lo cotidiano en aquello que no lo parece. Es lo que más admiro de los actores ingleses; que sean capaces de decir a Shakespeare como si estuvieran haciendo a un autor contemporáneo».Lo dice un actor argentino , una estirpe también muy admirada. Magüi Mira recuerda que cuando llegaron en los años setenta y ochenta los trabajos de actores argentinos «aquí fue una revolución, porque lo que hacíamos en el escenario sobre todo era declamar, la verdad la teníamos muy lejos. Ahora yo creo que no, ahora aquí hay, por ejemplo, actores talentosísimos con la misma capacidad de verdad, de verosimilitud. Hay muchos actores que la tienen ya en la tripa».«En Argentina -cuenta Grandinetti- hubo varios grandes maestros de actores y eso generó una corriente de trabajo que seguía más o menos la misma línea; el denominador común era descubrir la semilla, el alma del personaje» «Tenemos procesos culturales y históricos muy diferentes», añade Magüi Mira, y Ana Duato concluye: «Aquí también hay grandísimos maestros, algunos venidos de Argentina. La clave está en la verdad ».

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