España acababa de ganar el Mundial de fútbol. Las jugadoras, trece años después que sus homólogos masculinos, colgaban una estrella en el pecho de la camiseta nacional . Un orgullo. Sobre el césped del estadio de Australia, en Sídney, Luis Rubiales , en ese momento presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), besaba sin su consentimiento a la delantera Jennifer Hermoso. Un gesto que esta semana se ha traducido en una condena por agresión sexual y 10.800 euros de multa. La izquierda, al momento, dictó sentencia sin esperar a que lo hiciese el juez. Tras conocerla, la celebra o la tacha de insuficiente .Fue la entonces ministra de Igualdad, Irene Montero, de Podemos , la primera en prender la mecha: «No demos por hecho que dar un beso sin consentimiento es algo ‘que pasa’. Es una forma de violencia sexual que sufrimos las mujeres de forma cotidiana y hasta ahora invisible, y que no podemos normalizar. Es tarea de toda la sociedad. El consentimiento en el centro. Solo sí es sí ». Ese fue el mensaje que compartió en redes sociales la ahora eurodiputada justo después de aquella final contra Inglaterra. Ni una mención sobre la gesta de las campeonas .Pero esta semana, la condena a Rubiales, quien por cierto se reveló como un entusiasta socialista y un admirador de Pedro Sánchez por el lío de la Supercopa en Arabia Saudí, no ha sido la única noticia en este terreno . El miércoles , ABC destapó que un excolaborador de Pablo Iglesias en su televisión, Canal Red, Sergio Gregori, relató en un audio de WhatsApp a la feminista Raquel Ogando supuestos abusos sexuales de Juan Carlos Monedero, uno de los fundadores de Podemos, a varias mujeres de su espacio político, generalmente mucho más jóvenes que él. El jueves, la Universidad Complutense confirmó que investiga por acoso sexual a Monedero, profesor en la facultad de Ciencias Políticas, por la denuncia de una alumna .Noticia Relacionada El partido «miró para otro lado» estandar No «Irene lo sabe. Pablo, desde luego» Jóvenes de Podemos pidieron un MeToo para Juan Carlos Monedero Javier ChicoteEl de Monedero es el último ejemplo que sacude a la misma izquierda que abanderó durante años el discurso del consentimiento activo, solo sí es sí , y que acusó a la derecha de perpetuar políticas discriminatorias contra las mujeres, incluido el PP, pese a apoyar el pacto de Estado contra la violencia machista, que por cierto se renovará la próxima semana en el pleno del Congreso con el único voto en contra de Vox. Podemos admite que recibió las primeras denuncias internas en septiembre del 2023 , pero asegura que no las hizo públicas para proteger a las víctimas y que apartó a Monedero, algo que él niega, de todos los actos de la formación.«A otro lado»Según ‘elDiario.es’ , el partido recibió ya en 2016, y no en septiembre del 2023, las primeras voces de alarma que denunciaban el comportamiento machista de Monedero. La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, niega tener conocimiento de esto último y Monedero, a su vez, rechaza las acusaciones de acoso sexual y reta a su formación a « aclarar » su salida. Jóvenes de Podemos, como se ve en conversaciones por WhatsApp reveladas este viernes en ABC, incluso promovieron un ‘me too’ contra Monedero, pero se sintieron abandonados por un partido que, denuncian, miró « a otro lado ».La exministra Montero, en redes sociales, compartió las explicaciones ofrecidas por Belarra en el Congreso y, después, agregó un mensaje propio: «Ante un caso de violencia sexual lo primero son las víctimas: reconocimiento y respeto a sus decisiones , no ser señaladas y actuar. Podemos lleva años realizando esfuerzos para ser un espacio seguro y así seguiremos. Que el feminismo lo siga cambiando todo, también en Podemos». Un día antes, tras conocerse la sentencia a Rubiales, el tono era bien distinto: «Hace no tanto era impensable que la Justicia reconociese un beso no consentido como agresión sexual . El feminismo lo está cambiando todo: solo sí es sí. Pero aún queda camino por hacer: la multa y la reparación es mínima, sin inhabilitación y no se reconoce su posición de poder».La exministra Montero denunció la «violencia sexual» de Rubiales, pero justifica el silencio de Podemos sobre MonederoLa ley del ‘ solo sí es sí ‘, la medida estrella de Montero en su etapa de ministra, permite que Rubiales haya sido condenado por agresión sexual y no por abuso –el anterior Código Penal distinguía entre agresión y abuso en función de si había o no intimidación o violencia–. Pero esa misma norma provocó la rebaja de penas de más de 1.200 condenados por delitos sexuales y la excarcelación anticipada de más de un centenar de presos. Podemos, aun así, defiende esa reforma –incluso habló de prevaricación de los jueces–, que fue corregida, tras el mayor enfrentamiento en la coalición que conformaron PSOE y Unidas Podemos la legislatura pasada, e n una alianza entre socialistas y populares.El caso ErrejónEl caso de Monedero recuerda inevitablemente al de otro fundador de Podemos, Íñigo Errejón , que dimitió en octubre como portavoz del Grupo Parlamentario Plurinacional Sumar y como diputado al trascender varias acusaciones anónimas por agresión sexual en redes sociales. La actriz Elisa Mouliaá lo denunció y el expolítico está siendo investigado. Su causa está en fase de instrucción. Podemos y Sumar, cuyo discurso pivota sobre la igualdad, han visto cómo en unos meses les estallan sendos supuestos casos de violencia contra las mujeres .Siendo de otra índole, el PSOE tampoco es ajeno a las controversias sexuales. Al consumo de prostitución en el caso de los ERE, en Andalucía, le han seguido otros dos más recientes que afectan a un exdiputado y a un exministro socialistas. Juan Bernardo Fuentes Curbelo era un diputado casi desconocido hasta que dimitió en febrero del 2023 por su papel en el caso Mediador. En esa trama se le conocía como Tito Berni, sobrenombre por el que se lo identifica ahora, y la Policía le achacó un ansia por conseguir dinero que se traducía en « una pulsión » por servicios sexuales. De hecho, una de las reuniones en el marco de la investigación por tráfico de influencias se cerró en un burdel de Madrid, donde el exparlamentario acudió con empresarios a los que antes paseaba por el Congreso.Errejón, antiguo cerebro de Sumar, está siendo juzgado por presunta agresión sexual. Dimitió tras varios testimonios anónimosSe da la circunstancia de que el PSOE es el único partido que aboga sin matices por una persecución del proxenetismo. Esta misma legislatura, los socialistas defendieron una ley contra esta práctica, que definían como contraria a « una concepción de los derechos humanos propia de la sociedad democrática ». El conjunto de la Cámara Baja rechazó la propuesta, pero los socialistas se mantienen firmes en el abolicionismo de la prostitución.Más recientemente, en el caso Koldo , el comisionista Víctor de Aldama ha declarado en sede judicial que conseguía pisos de Airbnb en Madrid a los que presuntamente acudía el exministro José Luis Ábalos, exsecretario de Organización del PSOE, con « señoritas ». Bajo sospecha está su relación con su expareja Jéssica, a la que la trama pagaba un alojamiento de lujo en la capital de España. Los escándalos sexuales rodean a la izquierda.
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