«Alguno en el filial decía que Giuliano estaba ahí por ser el hijo del Cholo»

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«Alguno en el filial decía que Giuliano estaba ahí por ser el hijo del Cholo»

Allá por 2006, en los albores de la carrera de Diego Pablo Simeone como entrenador, el Cholo dirigía a Estudiantes de la Plata y pronunció una frase que se convertiría en una de sus máximas de cabecera: «El esfuerzo no se negocia». En esa época Giuliano Simeone (18-12-2002, Roma) apenas cumplía cuatro años, pero debió quedar grabada en la mente de ese niño, ya que se ha convertido en el paradigma perfecto de esa filosofía.«Giuliano tiene esa garra, ese sacrificio, esa pasión argentina. En cada entrenamiento daba el 120 %, en todos los partidos lo daba todo, muchas veces incluso de forma exagerada. No dosificaba esfuerzos». Quien lo describe de este modo para ABC es Juan Carlos Carcedo , que fue su entrenador en su primera etapa profesional en el Real Zaragoza (2022-23).Es lo que algunos han venido a denominar como el ‘ADN Simeone’. Así lo define Daniel Brizuela , que era director de ‘scouting’ en las categorías infanto-juveniles de River Plate entre 2016 y 2021: «Tiene esos valores, esa resiliencia, esa perseverancia. Esa persona que vas a tener que matarle para que diga no puedo o no avanzo. Y lo demuestra en cada partido, no te regala absolutamente nada ni un segundo del juego».Noticias relacionadas estandar Si HINCHAS Antonio Resines y su madridismo total: «No me gusta nada del Atleti» María José Hostalrich estandar Si Valencia 0 – Atlético 3 Griezmann inventa, Julián Álvarez ejecuta Daniel CebreiroGiuliano ingresa en las Escuelas de River con siete años. Por entonces vivía con su madre, la modelo Carolina Baldini, que acababa de separarse de Simeone tras dos décadas juntos. Gabriel Rodríguez , que lleva más de 24 años trabajando como director de las categorías inferiores de River, fue quien decidió que Giuliano diera el salto desde las escuelitas: «Le subí con doce años a los Infantiles. Tuve a los tres hijos del Cholo, los tres muy disciplinados, muy profesionales desde chicos. Giovanni y Gianluca eran delanteros, pero Giuliano era diferente, no era un jugador estático, caía por ambas bandas, tenía mucha llegada y participación. No era un goleador, pero fue muy importante en las inferiores. Incluso llegamos a ser campeón de Octava División (14-15 años) con un gol suyo en la antepenúltima jornada». «En charlas que tuve con el Cholo siempre apostaba por Giuliano, le tenía mucha confianza, consideraba que iba a llegar muy lejos. Aunque yo siempre aposté más por Giovanni, tenía mucho olfato de gol», confiesa Rodríguez.Brizuela, que ha descubierto a algunas de las jóvenes perlas del fútbol argentino como Echeverri (Manchester City) y Buonanotte (Leicester), también afirma que vio «un plus» en el pequeño de los Simeone: «Tenía el corazón del padre. Una vehemencia, una agresividad para atacar y para defender… En Argentina estamos sorprendidos por su transformación, se adapta a nuevas posiciones y hasta mejora sus prestaciones. El proceso que hizo con el Cholo lo ha reconvertirlo en un jugador convocable para la selección, que quizá como delantero no tenía ese rumbo».En el verano de 2019, todavía con 16 años, Giuliano se marchó de River para recalar en los Juveniles del Atlético de Madrid. En Argentina se publicó que se fue «sin el permiso» y con malestar por parte del club, ya que River no recibió cantidad alguna por su traspaso. «No tenía la edad para un primer contrato profesional y por motivos familiares el padre habló con el presidente, Rodolfo Donofrio, y les comunicó que quería llevarlo a España para estar cerca de él», explica Gabriel Rodríguez.Desde los cuerpos técnicos que han dirigido a Giuliano en la cantera colchonera aseguran que era un chico que tenía «el foco muy puesto en que quería ser profesional, con las ideas muy claras. Ha ido creciendo de forma brutal estos años, con más calidad de lo que la gente piensa, no regatea un esfuerzo, es constante y en las horas de descanso se cuida como el que más».El menor de los Simeone debuta en el Atlético de Madrid B con 18 años recién cumplidos. Quien le conoció bien en esa etapa fue el capitán del filial el año del ascenso de Tercera a Segunda RFEF (2021-2022), Sergio Camus , que explica a ABC cómo fue su llegada al ‘B’: «Nacho Fernández le hace debutar contra el Poblense y marca un gol. Se adaptó muy bien, entrenando se dejaba la vida, y ya nadie le saca de ahí».Pero ese Atlético B desciende, pierde dos categorías, y Giuliano se convierte en pieza angular del proyecto para ascender: con 25 goles termina Pichichi de la categoría. «Tenía un compromiso diario que parecía un veterano, aportaba ideas para el equipo… y le elegimos como uno de los capitanes. Todo era: ganar, ganar, ganar. Entrenando en un partidillo había que ganar, en un reducido había que ganar, siempre había que ganar». El hoy defensa en el SD Tarazona (Primera RFEF) era uno de los compañeros con mejor relación con Giuliano: «Por las tardes jugábamos a la Play juntos, íbamos a comer, en su cumpleaños nos invitó a los que tenía más relación a comer un asado a casa del Cholo. Teníamos un trato increíble, más que compañeros». Y también tenían una serie de coreografías para celebrar los goles: «Repetíamos gestos de personajes de la Play, del FIFA o del Warzone, un videojuego de tiros. Él tenía una celebración especial con Carlos Martín (su mejor amigo todavía hoy), pero si no estaba, la hacía conmigo. A veces grabábamos en Twitch alguna partida y la gente nos decía: celebrad el próximo gol con este gesto que os voy a ir a ver. Y lo hacíamos». Esa gran temporada permitió a Giuliano debutar con el primer equipo en un Atlético-Granada en el Metropolitano. Pero Camus asegura que se tomó «con mucha normalidad» haber cumplido ese sueño. «Nos decía que iba a seguir igual y que cuando le llegara la oportunidad lo iba a hacer lo mejor posible para quedarse. Su objetivo siempre fue triunfar en el Atleti». Para ello, tuvo que hacer la mili con dos cesiones, la primera en Zaragoza. «Como tengo amistad con Tevenet le pregunté y me dijo que era un acierto que lo trajésemos, que era un ganador, que el paso de Tercera RFEF a Segunda división iba a ser grande, pero que era alguien con hambre para superarlo», explica Carcedo, quien reconoce que venía como «segunda o tercera opción en la delantera». Desde la jornada 3 se convirtió en titular, fue el Pichichi del equipo con nueve tantos y la afición maña terminó la temporada coreando «Giuliano, quédate»: «Desde muy pronto se ganó al vestuario por su capacidad de trabajo y sacrificio. A la gente en La Romareda le gusta el buen fútbol, pero valora mucho el esfuerzo y se convirtió en un ídolo en poco tiempo». Y el actual entrenador del Pafos chipriota afirma que «sólo le falta la pausa, elegir mejor las opciones que tenga en ataque. Toda la ayuda que hace es buenísima para el bloque, pero los delanteros también tienen que estar frescos para estar más acertados en las últimas definiciones. Pero seguro que logrará esa pausa con el tiempo». Después llegó el Alavés, donde una fractura de peroné en agosto lo dejó muy tocado anímicamente las primeras semanas y le tuvo sin jugar cinco meses. Sin embargo, también en Vitoria acabó la campaña como titular y con el club pidiendo su continuidad.Giuliano contaba con muchas papeletas para repetir cesión este año en el Alavés (finalmente fue allí su amigo Carlos Martín). Se quedó en el Metropolitano como teórico revulsivo y le costó empezar a sumar minutos. Pero desde hace casi cuatro meses es titular indiscutible y suma cuatro goles y seis asistencias.¿Su apellido le ha ayudado? Es la duda que siempre se cierne con todo hijo de exfutbolista, y más si el padre es el entrenador del equipo. Sergio Camus habla sin tapujos de esta situación y reconoce que hubo algún comentario en el filial colchonero: «En un vestuario hay mucha gente, jugadores que no participan tanto, y siempre hay envidias y alguna crítica de que estaba ahí por ser quien era. Pero sólo había que verle entrenar y jugar. Y el entrenador no era tonto: se estaba jugando su puesto y lo ponía porque rendía».«Por ser ‘el hijo de’ no vas a jugar en un equipo tan grande como el Atlético. Estás a la altura o estás fuera. Los tres hijos de Marcelo Gallardo estuvieron en River y ninguno jugó en Primera», relata Brizuela. Y Rodríguez asevera que «es una situación ingrata. Exige un compromiso y una responsabilidad mayor de ambos, pero juega porque lo está demostrando, nadie le regaló nada». «Giuliano convivirá siempre con eso, pero lo lleva de forma muy natural, le da igual. Y el padre sabiendo cómo es, si Giuliano no rinde, no lo mete. Es un entrenador top mundial que no se casa ni con su hijo, ni con Griezmann, ni con Luis Suárez cuando estaba. El que no le vale, no lo pone», sentencia el excapitán del Atlético B.

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