Cercanía y presencia en el exterior, los ejes de Villarino al frente de la Casa del Rey

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Cercanía y presencia en el exterior, los ejes de Villarino al frente de la Casa del Rey

Camilo Villarino cumplió esta semana un año como jefe de la Casa del Rey . Con la llegada de este diplomático y militar se produjo el primer cambio de todos los que Felipe VI ha realizado a lo largo del último año, que responden a un relevo generacional por razones de jubilación y que persiguen que la Corona sea una institución mucho más cercana a la sociedad sin abandonar los principios que sirven de guía al Rey desde su proclamación: ejemplaridad, transparencia, servicio, compromiso y deber.Después de una primera década de renovación, para la que el Rey contó con el abogado del Estado Jaime Alfonsín , predecesor de Villarino, había llegado el momento de demostrar a los españoles la utilidad de la Corona. Especialmente a los más jóvenes, que son quienes tomarán las riendas del país en el futuro y que conectan con la nueva generación de la Corona, encarnada en las figuras de la Princesa Leonor y la Infanta Sofía. Para ello era importante que a los Reyes y sus hijas se les percibiera más cercanos y accesibles. Más de carne y hueso. Más humanos. En este caso, no han hecho falta estrategias, simplemente mostrarlos tal y como son. Esa empatía que tienen los cuatro se ha apreciado más durante sus apariciones públicas, que en la primera década de reinado estuvieron muy medidas y contenidas por el escrutinio que sufrió la Monarquía, cuestionada por las decisiones erróneas de Juan Carlos I durante sus últimos años de reinado. La visita de los Reyes a los vecinos de Paiporta (Valencia) que sufrieron las devastadoras consecuencias de la dana marcó un antes y un después. En un momento de crispación, dolor y desesperanza , Don Felipe y Doña Letizia se desplazaron hasta la zona cuando la tragedia era muy reciente, para estar al lado del pueblo valenciano y acompañarlo en su sufrimiento. De un día para otro, desde el Palacio de la Zarzuela se improvisó la visita. Los Reyes calmaron y consolaron a los paiportinos. Don Felipe abrazó a todo aquel que se le acercó llorando y dialogó con quienes le reprocharon su visita y la falta de ayuda. A Doña Letizia se la vio llorar ante el desconsuelo de los vecinos. En un momento de abandono por parte del Gobierno, la figura de los Reyes afloró como un valor de refugio y la jefatura del Estado se consolidó como una institución que se preocupa por los españoles en los momentos más difíciles.Noticia Relacionada estandar Si Los diplomáticos piden ir a las Cortes a explicar la «lamentable situación» de la red consular Ana SánchezPero el aspecto más humano de los miembros de la Familia Real también se ha mostrado en el día a día. Y se ha difundido mejor gracias a nuevos cauces de comunicación, como la cuenta oficial de Instagram que la Casa del Rey estrenó al día siguiente de la celebración del décimo aniversario de la proclamación. Desde ahí se hizo viral el momento en que la Princesa y la Infanta se saltaron el protocolo y llamaron a los Reyes «papá y mamá» durante el brindis en el Palacio Real en el aniversario de la proclamación de Felipe VI. Más allá de que haya más cercanía y apertura , para plasmar ese tiempo nuevo era necesario que Villarino realizase una serie de cambios en el equipo directivo de la Casa del Rey. En el último año Don Felipe ha relevado a ocho de sus once colaboradores. Solo ha mantenido al jefe del Servicio de Seguridad, Miguel Herráiz; el director de Comunicación, Jordi Gutiérrez, y el jefe de Protocolo, Curro Lizaur. En el nuevo organigrama de Zarzuela se encuentra Mercedes Araújo, secretaria general de la Casa; Eduardo Diz, jefe del Cuarto Militar; Juan Carlos González, jefe del Gabinete de Planificación y Coordinación; María Ocaña, jefa de la Secretaría de la Reina; Alfonso Azores, jefe de Administración ; Ana Varela, interventora; y Carmen Castiella, consejera diplomática. Proyección internacionalA este relevo se sumó la importancia de proyectar la figura del Rey de fronteras hacia afuera. Antes de llegar a Zarzuela, Villarino desempeñó el cargo de jefe de gabinete de tres ministros de Exteriores en gobiernos del PP y el PSOE: Alfonso Dastis, Josep Borrell y Arancha González Laya. Que se estrenase como mano derecha del Rey en un acto público en Mons (Bélgica), durante una visita al Cuartel General Supremo de la OTAN el 19 de febrero de 2024, fue toda una declaración de intenciones: en un contexto geopolítico convulso, cuando el mundo ya había alcanzado el pico más alto de conflictos desde la Segunda Guerra Mundial, Villarino iba a apostar por que Felipe VI tuviera mayor presencia internacional. Promovió la primera gira del Rey a los países bálticos, un viaje que Zarzuela quería realizar desde hacía más de dos años y que el jefe de la Casa reactivó nada más llegar y se produjo cuatro meses después con una visita a Estonia, Letonia y Lituania en junio. Además de acompañar a Don Felipe a las tomas de posesión de presidentes iberoamericanos, Villarino ultimó las agendas de los viajes de Estado a los Países Bajos e Italia. Entre tanto, el Rey viajó a Jordania en un momento de inestabilidad total en Oriente Próximo, cuando se intensificó el conflicto en la Franja de Gaza . En todos estos viajes se apreció la animadversión que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, tiene hacia Villarino, fruto de una rencilla personal del jefe de la diplomacia española hacia su compañero de profesión. En Ámsterdam, Albares afirmó en una conversación informal que estaba allí « para hacer de súbdito » del Rey. El desplante más significativo ocurrió en los países bálticos, cuando Albares ignoró la agenda bilateral del Rey y dejó a Don Felipe solo durante la gira, lo cual tampoco habló bien de la relación que el Gobierno tiene con la Casa del Rey, ya que ningún miembro del Ejecutivo estuvo allí para refrendar los actos de Felipe VI, tal y como dicta la Constitución. Otra polémica más reciente fue la no asistencia de los Reyes a la reapertura de la catedral de Notre Dame en París . Dos días después, en el inicio del viaje de Estado de los Reyes a Italia, Albares declaró que iba a pedir explicaciones a la Casa del Rey sobre este asunto y Villarino, para que este tema no enturbiase la visita, zanjó la polémica asumiendo la responsabilidad de lo ocurrido.Controversias a un lado, un año después, Villarino persigue el reto marcado por Felipe VI: proyectar una Corona ejemplar en su conducta, eficaz, útil para los ciudadanos y humanamente cercana. Para que los españoles perciban que la Familia Real está a su lado.

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