En un mundo cada vez más hostil, China no deja de escenificar su amenaza . La última representación ha tenido lugar este miércoles, con el inicio imprevisto de unas maniobras militares con fuego real a apenas 75 kilómetros de la costa sureste de Taiwán. A primera hora de la mañana, el régimen informó a través de una transmisión radiofónica de un «inminente ejercicio de tiro» en «áreas sin especificar». Así lo ha explicado por medio de un comunicado oficial el Ministerio de Defensa taiwanés, que ha protestado ante lo que considera «una violación descarada de las prácticas internacionales al establecer una zona de ejercicios en aguas a aproximadamente 40 millas náuticas (74 kilómetros) de la costa sin previo aviso». El Ministerio ha denunciado que estas maniobras representan una «provocación flagrante a la paz y la estabilidad de la región», las cuales además ponen en peligro la seguridad de vuelos internacionales y la navegación marítima. En respuesta, Taiwán ha movilizado sus propios efectivos militares para monitorizar la situación in situ.Noticia Relacionada estandar No Taiwán intercepta un barco con tripulación china por cortar presuntamente un cable submarino ABC La compañía de telecomunicaciones Chunghwa Telecom fue quien reportó la desconexión del cable entre la estratégica isla de Penghu y TaiwánLas fuerzas armadas chinas ya protagonizaron un lance semejante el pasado viernes, cuando ejecutaron simulacros en aguas entre Australia y Nueva Zelanda que obligaron a modificar temporalmente las rutas de aerolíneas regionales entre ambos países. Estas actividades prueban, según ha señalado el ministerio de Defensa taiwanés, que «China es la única amenaza para la paz y la estabilidad en el Estrecho Formosa y el Indo-Pacífico».«Reunificación nacional»El régimen, por su parte, ni confirma ni desmiente. La agencia oficial de noticias Xinhua se ha limitado a dar cuenta de unas declaraciones de Wang Huning , el número cuatro en la jerarquía del Partido Comunista y principal encargado de las relaciones con la isla autónoma en tanto que subdirector –bajo Xi Jinping– del Grupo Central de Liderazgo para Asuntos de Taiwán. El influyente teórico llamó a «avanzar inquebrantablemente en la causa de la reunificación nacional», durante una reunión anual de trabajo. China considera a Taiwán una provincia rebelde a la que nunca ha renunciado a someter por la fuerza. Este tipo de maniobras militares, iniciadas en el verano de 2022 en respuesta a la visita de Nancy Pelosi –la mayor autoridad estadounidense en pisar el territorio en un cuarto de siglo– se han vuelto recurrentes tras la victoria electoral a principios del año pasado de William Lai Ching-te , a quien el régimen tacha de «peligroso separatista». Estos despliegues acostumbran a ensayar operaciones que formarían parte de un hipotético asalto a la isla y su consiguiente bloqueo. No es casualidad que en esta ocasión los ejercicios hayan tenido lugar cerca de la ciudad meridional de Kaohsiung, la segunda por población y el principal puerto de la isla. Las maniobras se suman a otras tácticas de guerra híbrida. Ayer martes, buques taiwaneses detuvieron a un carguero que navegaba bajo bandera de Togo pero con tripulación china cuando supuestamente trataba de dañar los cables de comunicaciones submarinos, hecho que China ha calificado de «manipulación». Taiwán ha registrado este tipo de sabotaje hasta en cinco ocasiones en lo que va de año, otra expresión de una intimidante presencia quizá simulada, pero cada vez más asidua.
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