La factura de la luz acelera la inflación al 3% en febrero

La inflación se ha situado en el 3% en febrero , una décima por encima del dato de enero, según el avance publicado hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Con esto, nuestro país se aleja de la media de la eurozona, que en el primer mes del año registró un aumento del IPC del 2,5%, según Eurostat (en enero, España se anotó un 2,9%). La buena noticia, por su parte, la arrojó la inflación subyacente, que se situó en el 2,1%. Este indicador mide los precios excluyendo los elementos más volátiles de la cesta -los carburantes y los alimentos no elaborados-, de modo que su moderación -se acerca al objetivo de estabilidad del BCE (2%)- puede indicar una relajación estructural del avance de los precios. Noticia Relacionada por su estudio sobre las fluctuaciones estandar Si Galí, Blanchard y Woodford, premio Fronteras BBVA: el éxito para la credibilidad del BCE ha sido «que la inflación no durara» Xavier Vilaltella El trío de economistas, galardonado por crear un modelo que trata de evitar las fluctuaciones en los ciclos económicos y mantener el desempleo y la inflación en niveles establesDe hecho, el organismo estadístico ha explicado el repunte por el efecto del precio de la electricidad. No hay que olvidar, sobre esto, que desde enero la factura de la luz que pagan los españoles es un 11% más cara, tras la retirada de la medida tributaria excepcional (IVA al 10%) que se venía aplicando desde 2021 para hacer frente a la crisis de precios ocasionada por la pandemia (luego sobrevino la guerra de Ucrania). Los carburantes, en cambio, que en el arranque del año tuvieron un efecto alcista, este mes han tirado a la baja de los precios. Entre las razones de fondo de estos resultados está la política monetaria del Banco Central Europeo y los ritmos económicos de España y la eurozona, que avanzan a velocidades distintas. El año pasado nuestro país creció un 3,2% con respecto a 2023 (según el último avance del INE) mientras la zona euro solo lo hizo un 0,7%. El supervisor europeo está preocupado por el crecimiento económico y en los últimos meses ha optado por una estrategia de rebajas de tipos que den oxígeno a la economía. En apenas cuatro meses (octubre-enero), el tipo de referencia, que es el de facilidad de depósito, ha pasado del 3,5% al 2.75%.