«Tranquilo, él va en otro coche», dice Goyo Yeves cuando le preguntamos si puede hablar con sinceridad de cuánto le dolió que Jesús Cifuentes los dejara tirados en 2002, cuando Celtas Cortos estaban en lo más alto. El saxofonista, que va en el convoy del grupo de camino a Pamplona cuando atiende por teléfono a ABC, no esconde que «fue un palo gordo que costó mucho entender», pero ahora, más de veinte años después, está convencido de que si el líder de la banda no se hubiera tomado ese tiempo, no estarían surcando la misma carretera.Tras celebrar su 40º aniversario el año pasado, este 2025 están embarcados en una gira sinfónica junto a la Orquesta Virtuos Mediterrani llamada ‘Solos ante el peligro’, con la que interpretarán en directo su último trabajo ‘El mundo al revés’ «y por supuesto los clásicos» el próximo lunes y martes en el Nuevo Teatro Alcalá (20.30h, entradas desde 37,80 euros).Ya tocaron con orquesta en Asturias hace diez años.Sí, pero fue para grabar un disco. Además había músicos profesionales de todo tipo y procedencia, muchos de los cuales ni nos conocían. Eran más ‘mercenarios’, por decirlo así. También dimos un concierto con la Sinfónica de Castilla y León, pero nada más. Esto es una gira completa, que surgió de una forma muy bonita.Noticia Relacionada estandar No Jesús Cifuentes, voz de los Celtas Cortos, pide ayuda para encontrar a su perra ‘Deva’ H. D.¿Y cómo nació la idea?El director de la Orquesta Virtuos Mediterrani , Gerardo Estrada, apareció un día en un concierto nuestro en Asturias. Se presentó, nos dijo que era venezolano y que tocaba el violín, y nos contó que en sus tiempos mozos tenía un grupo de folk en Venezuela que estaba muy inspirado en los Celtas Cortos. ¡Hasta conocía nuestra primera maqueta instrumental! Estuvimos cenando con él, vimos que tenía un conocimiento increíble de nuestras canciones, y surgió la amistad. Nos habló de su orquesta e hicimos unas colaboraciones para nuestro último disco. Fue una pasada, porque al conocernos también, nos hizo unos arreglos fantásticos. Y de ahí surgió la idea de la gira.O sea que Gerardo está cumpliendo un sueño de fan.La verdad es que sí. Y mira que es un tío cotizado, que ha trabajado con orquestas de todo el mundo. Ha sido una pasada, pura magia. Ensayando con ellos en Alicante, hubo un momento en que me puse a llorar de emoción.Debe ser muy refrescante tocar los hits de siempre de otra forma.Lo es, y va a ser una cosa única porque ni se va a grabar, ni lo vamos a volver a hacer. El concierto en nuestra casa, en Valladolid, lo vamos a grabar con tres cámaras, pero para disfrute nuestro o como mucho subirlo a YouTube.Algunos medios dicen que los 40 años los celebraron el año pasado, otros que los celebran ahora con esta gira…Es que hay mucha confusión con la fecha en la que nació el grupo. Mucha gente ha leído que en 1984 unos chavales de instituto se juntaron con un profesor, bla, bla… Pero en realidad, Celtas Cortos como marca nace en 1986.¿O sea que la celebración será el año que viene?Sí, sí. Prepararemos algo importante. Ya en eléctrico.No fue hasta principios de los noventa cuando por fin alcanzaron el éxito. Y algunos pensaron que había sido llegar y besar el santo.Es verdad que muchos pensaron que salimos de la nada, pero obviamente no fue así. Empezamos tocando en la calle, luego en los bares, luego empezamos a salir a otros pueblos, más tarde a Castilla y León, y al final a Madrid, donde pudimos grabar un primer disco, y luego otro que fue el que pegó el petardazo. Ese proceso duró más de cuatro años.MÁS INFORMACIÓN Treinta años de «20 de abril», la mítica canción de Celtas Cortos que salvaron de milagroY hasta hoy.Los noventa fueron nuestra década prodigiosa, vendíamos muchísimos discos y lo llenábamos todo. Estábamos hasta en la sopa, tuvimos diez números uno en los 40 Principales que se le quedaron tatuados a todo el mundo. Ahí es fácil que se te vaya bastante la pinza, pero supimos llevarlo bien. Ahora todo es mucho más tranquilo, ya no estamos en la Champions, estamos luchando por mantener la categoría y no descender. Pero con un ritmo y un estatus que nos va muy bien, y del que estamos muy satisfechos.
Leave a Reply