Sangre menstrual para cultivar alimentos en las misiones a Marte: «Empezaremos con brotes de soja»

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Sangre menstrual para cultivar alimentos en las misiones a Marte: «Empezaremos con brotes de soja»

Los productos menstruales de un solo uso como compresas o tampones generan alrededor de 180 kilogramos de residuos por persona menstruante durante su vida fértil. Asimismo, según los datos que maneja la Zero Waste Europe (Europa Residuos Cero), plataforma formada por 30 organizaciones de 24 países que promueve la estrategia cero residuos en Europa, estos desechos contribuyen al cambio climático , ya que su huella de carbono anual alcanza los 5,3 kilogramos de CO2 por persona. Teniendo en cuenta ese impacto, las mujeres astronautas –solo 1 de cada 10 tripulantes que exploran el espacio son mujeres– plantean retos añadidos en materia de sostenibilidad. Con el propósito de dar respuesta a estos y otros desafíos relacionados con la salud y el bienestar de las mujeres en las misiones espaciales nació el programa de salud menstrual , impulsado por especialistas del Instituto de Investigación del Hospital de Sant Pau de Barcelona y que se ha experimentado, de forma pionera, en las nueve tripulantes de la segunda misión análoga a Marte (‘ Hypatia II’ ), que desde el 2 al 15 de febrero han simulado en el desierto de Utah (EE. UU.) las condiciones de vida en el Planeta Rojo. Dentro del proyecto, que parte de las necesidades reportadas por las protagonistas de la primera misión femenina análoga a Marte, (‘ Hypatia I’ ), que tuvo lugar a mediados de 2023, se ha estudiando el impacto del ciclo menstrual en las tripulantes. Por primera vez, no se les ha inhibido farmacológicamente el ciclo menstrual, sino que se ha gestionado a través de copas menstruales especialmente diseñadas para este tipo de situaciones, según explica en declaraciones a ABC el doctor Josep Perelló , junto al doctor Joaquim Calaf , investigadores del Grupo de Salud Reproductiva del Instituto de Investigación del Hospital de Sant Pau y del Servicio de Ginecología y Obstetricia del centro, e impulsores del programa.Noticias relacionadas estandar No Se buscan astronautas españolas para la segunda misión Hypatia, con destino ‘Marte’, en 2025 ABC Ciencia estandar No Primer ‘vistazo’ al núcleo interno de Marte: no se parece en nada al de la Tierra José Manuel Nieves«La supresión del ciclo menstrual mediante métodos hormonales es una práctica habitual entre las astronautas. Sin embargo, esta solución puede generar desigualdades de género y tener implicaciones negativas para el cuerpo femenino», advierte Perelló . El ginecólogo explica que el proyecto, del que se tendrán resultados en los próximos meses, se ha desarrollado a partir de tres grandes áreas de actuación «que buscan integrar la perspectiva de la ciclicidad femenina en la exploración espacial«. «En primer lugar,–explica el ginecólogo– se pretende respetar el ciclo hormonal femenino; en segundo lugar, implementar soluciones sostenibles para la gestión menstrual como el uso de copas menstruales que permiten reducir residuos, mejorar la higiene y garantizar una mayor comodidad en entornos de microgravedad, y, finalmente, explorar el potencial de la sangre menstrual como fertilizante mediante experimentos con plantas cultivadas en condiciones espaciales«.El doctor Josep Perelló del Hospital de Sant Pau con una copa menstrual similar a la del proyecto inés baucellsEl especialista del Sant Pau recuerda que la estrategia que se maneja actualmente en las misiones con mujeres en edad fértil para sortear el impacto de la menstruación consiste en inhibirla con fármacos, bloquearla con tratamientos hormonales, aunque eso, según advierte, «tiene un impacto negativo en el organismo de las astronautas y no es viable a largo plazo«. Admite la »dificultad« de gestionar el ciclo menstrual en el espacio. »Se debe hacer frente a varias problemáticas: el impacto en el organismo femenino y sus efectos (dolor menstrual, agotamiento, etc..), también impacto emocional (afecta al estado de ánimo, la falta de concentración, etc..) y, por último, la gestión de los residuos que genera«, apunta Perelló. Por este motivo, los impulsores del proyecto, en colaboración con el equipo de investigación portugués Astrocup , han experimentado en esta nueva misión ‘Hypatia II’ el uso de copas menstruales, unas peculiares, adaptadas a las necesidades de las tripulantes. «Son, a grandes trazos, como las que se comercializan en la actualidad pero con características específicas para que se adapten a las necesidades que surgen en las misiones, como por ejemplo, que no requieran cambiarse con tanta frecuencia», precisa el investigador del Sant Pau. El equipo de Astrocup ya las experimentó en 2022 con buenos resultados. «Ya han sido probadas con éxito en microgravedad durante un vuelo suborbital en 2022, demostrando su resistencia y funcionalidad en condiciones espaciales«, precisan desde la empresa. Recuerdan también que »el uso de copas menstruales no solo reduce el peso de la carga y los costes asociados a los desechos, sino que también impulsa una conversación crucial sobre igualdad de género y sostenibilidad en el espacio«. Importantes restricciones de aguaJosep Perelló destaca también el potencial del uso de la sangre menstrual como fertilizante . «En las misiones hay importantes restricciones de agua, lo que dificulta la higiene. En este sentido, lo que plantea el programa es usar como fertilizante para cultivar alimentos los restos de sangre menstrual diluidos en el agua que se obtienen cuando se limpian las copas», explica el experto. «Hemos decidido empezar cultivando brotes de soja –avanza– porque es un cultivo que crece rápido pero la idea es que se use después si funciona para cosechar otros alimentos». «En las misiones actuales los cultivos se riegan con agua; ahora se usará además ese fertilizante natural», añade el especialista. Para calibrar la percepción del programa, al concluir la misión se hará una encuesta a las tripulantes para que valoren la experiencia. «Los resultados los tendremos en los próximos meses», anuncia Perelló. «Ayudará a planificar mejor las misiones» El estudio del impacto del ciclo menstrual en las mujeres astronautas que impulsa el Instituto de Investigación del Hospital de Sant Pau de Barcelona en el marco de la segunda misión análoga de mujeres a Marte (‘Hypatia II’) «ayudará a planificar mejor el día a día de las misiones y anticiparse a posibles problemas», señala a ABC el doctor Josep Perelló, ginecólogo del hospital barcelonés y uno de los especialistas que pilota la experiencia. «Saber, por ejemplo, que a una tripulante le impactará el ciclo menstrual con posibles dolores asociados en la segunda semana de la misión nos dará la opción de adelantar a la primera semana todas las tareas más físicas que debe realizar», dice.

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