Hay un momento del encuentro en el Despacho Oval donde a JD Vance le sale el ‘hillbilly’ que siempre ha sido y es cuando empieza a decirle a Zelenski que no ha dado las gracias suficientemente ni a Trump ni a EE.UU. Es como reprocharle a un japonés que no se ha inclinado los grados suficientes para pedir perdón. JD muerde ahí con más éxito que con el intento de su periodista de alcoba que había intentado provocar al líder ucraniano preguntándole por qué no llevaba traje, un asunto que, de acuerdo a los vídeos del recibimiento de Zelenski, ya perturbaba los pensamientos de Trump. De hecho, hay un instante de la pelotera en que parece un episodio de The Beverly Hillbillies, una serie de TV de la década de 1960 que dio lugar a una película de 1993 que en España se tituló Rústicos en Dinerolandia y que ya nadie recuerda. Convendría revisarla porque Trump y Vance se comportan igual que la pobre familia de Ozark que se ve súbitamente enriquecida por el descubrimiento de petróleo en sus tierras.Lo primero que hay que decir es que un incidente de este tipo se veía venir desde que la modernidad impuso la diplomacia directa por encima de los embajadores. Antes, los encuentros eran discretos, preparados y participaba más gente. Ahora, un mandatario coge un avión y se va a ver a otro. Y, como quería el primer Podemos, todo se retransmite en ‘streaming’ . Los analistas coinciden en que Vance parece ser el único que tiene un objetivo claro en la reunión. Zelenski es el vencedor moral para los europeos (no así en otras latitudes donde Ucrania pilla más lejos), pero comete errores, favorecidos por la moda de la diplomacia directa : no se apoya en un traductor, cuestiona frontalmente el planteamiento de Vance y permite que Trump exponga su pensamiento básico («no tienes buenas cartas»). Pero Trump dice una cosa que es cierta: «(Zelenski) No está preparado para acordar». Y eso es, en parte, responsabilidad suya, que ha tomado en sus manos, sin que nadie se lo impusiera, la tarea de imponer la paz más llevado por las adulaciones de que es un hombre providencial que por los hechos. Sin duda que Zelenski no está preparado para rendirse ni en el Despacho Oval ni en Bruselas.El comienzo de la segunda presidencia de Trump recuerda a la expansión del Imperio nipón en el siglo XX. Se ha pasado cinco semanas moviendo piezas en todas direcciones (contra sus vecinos, en Oriente Medio, en Ucrania, en la OTAN, contra sus funcionarios…) y ahora empiezan a aparecer los pasos en falso y la conciencia de que los demás también juegan. Los mercados de valores han perdido casi todo lo que habían avanzado en lo que va de año gracias a las expectativas creadas por Trump. El viernes, la Reserva Federal de Atlanta publicó un gráfico de su servicio de estudios que revisa su previsión de crecimiento del 2,3% al -1,5% debido a una caída de las exportaciones y del consumo personal. De momento, hay que relativizar el dato, pero el tono de la economía ha cambiado en apenas dos semanas. jmuller@abc.es
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