En teoría, a los astronautas de la NASA Butch Wilmore y Suni Williams les queda menos de un mes en la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés). Es una situación habitual, las tripulaciones pasan unos seis meses allá arriba, y tras llevar a cabo diferentes experimentos, regresan a la Tierra. Sin embargo, su caso ha tenido ciertos componentes totalmente especiales: subieron con una nave, una Starliner de Boeing, y bajan en otra diferente, una Dragon, de SpaceX, algo que ha ocurrido en muy contadas ocasiones; y estaba previsto que su misión durara ocho o diez días, y esta semana cumplirán nueve meses en el espacio. Los conocidos como ‘atrapados’ en la ISS han ofrecido una rueda de prensa previa desde la ISS junto con su compañero de misión, el astronauta Nick Hague, comandante de la Crew-9. En ella han respondido no solo a los medios que les han bautizado como los ‘atrapados’, sino también al público en general, contando cómo se sienten antes de abandonar la que ha sido su casa durante tanto tiempo, en la que han pasado las navidades a 400 kilómetros sobre la cabeza de sus allegados, y en la que han vivido un cambio de presidente que amenaza con cargarse gran parte de la estructura de la organización para la que actualmente trabajan. «Aquí todos respetamos a Mr. Musk y la elección de nuestro presidente, Donald Trump, y agradecemos lo que ambos han hecho por nuestra nación y por el sector espacial», ha indicado Wilmore a la pregunta de qué le parecía la elección del nuevo responsable de EE.UU. y de su nuevo equipo, incluido el dueño de SpaceX, convertido en su mano derecha. «Apoyamos nuestro sistema político un 100% y apoyamos a nuestra nación», agregó sin querer adentrarse más en la polémica. En preguntas más concretas sobre si creen que ha sido el magnate a petición de Trump quien ha propiciado que regresen antes, Wilmore ha sido rotundo: «Personalmente creo que la política no ha jugado ningún papel en nuestra vuelta». Su compañero, Nick Hague, ha recordado que la decisión de que los atrapados volvieran con su tripulación en la nave Dragon en lugar de la Starliner de Boeing «se tomó el pasado mes de septiembre», cuando la NASA, con la anterior administración, explicó que prefería que la nave que probaban por primera vez volviera vacía y los ‘atrapados’ en un vehículo diferente. De ocho días a nueve mesesLa aventura de Williams y Wilmore empezó el 5 de junio del año pasado. Entonces, la nave Starliner se alzó desde las instalaciones de la NASA en Cabo Cañaveral (Florida) con rumbo a la ISS . Aunque se habían producido retrasos por diferentes causas (desde problemas estructurales de la nave que aplazaron años el lanzamiento a fugas de helio justo antes del despegue), todo fue bien en un principio. « Increíblemente bien », según relataron los astronautas a bordo poco después. Sin embargo, al alcanzar la órbita terrestre, los problemas aparecieron: primero una fuga de helio a la que restaron importancia tanto desde la NASA como de Boeing. «La nave está preparada para aguantar muchas más», aseguraron. Pero al maniobrar durante los preparativos para atracar en la ISS, algunos propulsores no funcionaron correctamente . Y aunque finalmente la Starliner llegó de forma exitosa a la ISS, este hecho motivó toda una serie de pruebas tanto en la propia nave en el espacio como en las instalaciones de la NASA en White Sands, con réplicas de los propulsores. Noticia Relacionada estandar No Hablan los astronautas atrapados desde la Estación Espacial: «No nos sentimos abandonados» Patricia Biosca Suni Williams y Butch Wilmore encaran su último mes en el laboratorio orbital después de permanecer nueve meses en el espacio en lugar de los ocho días planteados para la misión, la primera prueba tripulada de la nave de Boeing, StarlinerAsí, un viaje que iba a durar diez días se empezó a alargar semanas. Meses incluso, lo que motivó que la prensa de todo el mundo empezara a referirse a ellos como ‘los astronautas atrapados’, si bien los ‘afectados’ siempre afirmaron que se trataba de un vuelo de prueba y que estaban preparados para cualquier escenario, incluido el de alargar la misión. Por fin, en agosto del pasado año, la NASA anunciaba que Williams y Willmore no volverían en la Starliner – que acabaría regresando vacía -, sino que se sumarían a la siguiente tripulación que llegaba a la ISS, la Crew-9, con la que pasarían los seis meses de su estancia para regresar en su nave, una Dragon de SpaceX, la compañía creada por Elon Musk y principal competidora de Boeing. Desde entonces han pasado nueve meses en los que se han integrado en la vida normal de la ISS. «Nosotros estamos felices: el espacio es un sitio increíble y muy poca gente tiene la magnífica oportunidad de estar aquí», ha explicado Wilmore durante la rueda de prensa. «Pero la parte más difícil es decirle a tu familia que no sabes exactamente cuándo volverás y que posiblemente no estés para esa celebración. Eso es lo más complicado». La NASA tiene previsto actualmente el lanzamiento de la misión Crew-10, que se realizará a bordo de la cápsula Crew Dragon Endurance no antes del 12 de marzo. Cuando la nueva tripulación llegue, tendrá que pasar alrededor de una semana para que ambos equipos se den relevo, lo que según Wilmore (y si se siguen los plazos previstos) ocurrirá alrededor del 19 de marzo.

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