Los arancetanos Rufus T. Firefly son de las muchas bandas con ganas de cambiar las reglas no escritas de la industria, pero de las pocas que pasan de las palabras a la acción. Para sortear «las estrecheces de los festivales» y las «condiciones absurdas de algunas salas», como ha explicado su líder Víctor Cabezuelo, han decidido darle una insólita vuelta de tuerca a la presentación de su próximo disco ‘Todas las cosas buenas’ -que ya es insólita de por sí porque se hará antes de que se publique-: este sábado, en el Espacio Colores de su Aranjuez natal arranca una gira de conciertos ( entradas aquí ) en los que el público escuchará la música con auriculares y podrá sentarse alrededor de la banda. ¿Cómo se ha organizado la gira a nivel lógistico?Hemos llegado a un acuerdo con una empresa que se dedica a sonorizar eventos con auriculares, como ya se ha venido haciendo en lo que denominaban ‘discotecas silenciosas’. Al principio era algo que me chirriaba un poco, pero luego vi las partes buenas, como por ejemplo que te puedes ir a tocar donde quieras. Nosotros tenemos un sistema por el que pasan todas las líneas, y a esta empresa le damos un estéreo y ellos lo distribuyen a todos los auriculares. Así puedes tocar en la plaza de un pueblo, hacer una gira de bosques con un generador… Vimos que las posibilidades son infinitas, y además es que es muy bonito porque es un camino nuevo y diferente a lo establecido, que cada vez está más difícil porque las condiciones cada vez son peores. Creemos que ha llegado el momento de hacer cosas diferentes.¿La idea surgió viendo que este año hay más dificultades para girar?Lo llevamos viendo desde la gira anterior. La gota que colmó el vaso fue que en una sala nos pidieron el 25% de las ventas de merchandising, además del alquiler y de quedarse con todos los beneficios de la barra. Ahí fue cuando dijimos: «Oye, esto es abusivo, hay que plantarse y pensar alternativas para mover nuestras canciones».Noticia Relacionada La Rueda del ‘streaming’ reportaje Si Los artistas fantasma de tus ‘playlist’: así hincha Spotify sus ingresos Nacho Serrano¿Cuánta gente puede asistir a estos conciertos? ¿Cada asistente puede regularse el volumen?Sí, todos escuchan la misma mezcla del técnico de sonido, pero cada uno puede ponerse el volumen que quiera. Otro aspecto original es que pueden moverse por donde quieran, y sentarse al lado de la batería si les apetece. Otra ventaja es que no habrá gente hablando durante el concierto (risas). Algunos conciertos serán al aire libre, y otros ‘indoor’, y lo bueno es que nos podemos ir adaptando en ese sentido. Con este sistema de auriculares podemos tocar para 200 personas, y también puede ampliarse hasta 500 pero ya es más caro y en nuestro caso ya no nos salía rentable.Si la cosa va bien, hasta podrían plantearse comprar el equipo de transmisión, o montar una cooperativa de bandas para compartirlo.Si la cosa funciona sí que tenemos pensado comprarlo. Y la idea de la cooperativa sería algo muy guay, la verdad.¿Le han llamado colegas de profesión preguntando por esto?Sí, se han interesado algunos, y preguntan cómo lo vamos a hacer y demás. Esto ya había salido en algunas conversaciones, pero es que hasta hace poco la tecnología sólo permitía hacerlo para unas 50 personas, y además iba por bluetooth, con lo cual la música llegaba con un poco de retardo a los auriculares y quedaba raro porque se perdía la sincronización visual. Pero este sistema va por radio, así que eso ya no pasa.¿Cómo es ‘Todas las cosas buenas’ en cuanto a estilo y sonido?Es muy ecléctico. Bromeando con nuestro productor, decíamos que es como un álbum de grandes éxitos de Rufus pero con canciones nuevas, porque es como si el disco pasara por todas las etapas del grupo. Lo que dicen todos los que lo han escuchado es que es «un disco súper Rufus», y eso me hace muy feliz.MÁS INFORMACIÓN Rufus T. Firefly: «Necesitamos que el circuito de salas vuelva a ser lo que era»¿El título es una reacción ante estos tiempos oscuros?Totalmente, es un contrapunto a todo lo malo que está pasando. Es una especie de mantra para agarrarnos a las cosas buenas que tenemos, a las que nos ilusionan para poder seguir adelante.
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