El tripulante de cabina de una aerolínea, el camarero de una zona de playa o el recogedor de naranjas se encuentran estos días a la espera de una llamada que les indique el día que se reincorporan a su actividad. Son algunos de los colectivos en los que más se utiliza la figura del fijo discontinuo, un trabajador con contrato indefinido pero que va acumulando periodos sin actividad por las características del trabajo que realiza, habitualmente vinculado a las temporadas altas –las que comienzan a partir de ahora con la Semana Santa– y que hibernan en las bajas. A esta altura del año, con el fin del invierno, hay casi un millón de afiliados en esta situación , según los datos analizados por Randstad a partir de los registros del Ministerio de Trabajo y de la Seguridad Social relativos a febrero.Los dos primeros meses del año constituyen la etapa en la que más fijos discontinuos en situación de inactividad hay en España. En enero alcanzaron el pico -y récord- de los 842.000 y, tras una mínima caída en febrero hasta los 819.000, a partir de ahora irán saliendo de las listas de un parón un tanto particular: no computan como afiliados a la Seguridad Social cuando no están trabajando; y no se incluyen en las listas de desempleo registrado, porque tienen un contrato en vigor, aunque puedan estar cobrando una prestación. Esta situación estadística se da desde hace 40 años, aunque con la reforma laboral de 2022 y el impulso de este tipo de contratos frente al temporal, los agentes sociales adolecen del registro mensual que defina cuántos trabajadores fijos discontinuos hay cada mes trabajando o parados.Valentín Bote, director del Randstad Research, explica que «ahora mismo estamos en un momento de cifra alta» porque venimos de la posnavidad y de todo el estancamiento de actividad de las siguientes semanas para muchos sectores. «También suele haber un repunte a finales de verano», aclara, como consecuencia del fin de las vacaciones estivales. «Ahora, en primavera suele haber una bajada de fijos discontinuos en inactividad, que coincide cuando la hostelería, por ejemplo, tira de sus trabajadores», apunta Bote en su análisis del mercado.Una estimación prudenteEn realidad, esos 800.000 fijos discontinuos son una estimación de diferentes institutos de análisis laboral, como el propio Randstad. Pero esa cifra no refleja el total de personas que estén contratadas con esta modalidad y no trabajen en este momento. Ese cálculo lo elaboran ajustando el número de parados registrados (2,5 millones en la actualidad) con los que denominan como ‘paro efectivo’, al incluir ciudadanos que también son demandantes de empleo. De la diferencia entre ambas cifras, se puede estimar cuál es el número de fijos discontinuos parados. Pero no son todos, sino solo los que han decidido inscribirse e n el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Porque, en realidad, un fijo discontinuo no está obligado a apuntarse al SEPE, sino que suele hacerlo, por ejemplo, cuando van a cobrar una prestación. Puede haber casos en los que los registros no se incluyen, con lo que la estimación realizada es conservadora, apuntan fuentes laborales a ABC.Los últimos datos de Seguridad Social apuntan a que hay algo menos de un millón de afiliados en la modalidad de fijos discontinuos. Supone aproximadamente un 5% de todos los trabajadores españoles. Esa cifra se ha duplicado tras la aprobación de la reforma laboral, hace tres años. Para la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, supone una cifra mínima, tal y como apuntaba esta misma semana en el Congreso, y que no ha supuesto la sustitución de otros tipos de trabajos por quienes los habilitan en esta modalidad. Aunque la realidad por la que atraviesan estos trabajadores a lo largo del año es muy distinta, según el sector: hostelería, agricultura, ganadería y pesca, además de servicios auxiliares son, por ese orden, las actividades más vinculadas a estos vaivenes laborales. La única referencia oficial para aclara esta situación fue una respuesta parlamentaria al PP en el Senado en la que el Ministerio de Trabajo apuntaba que la cifra de empleados fijos discontinuos inactivos inscritos en los servicios públicos de empleo, pero excluidos de las listas del paro registrado alcanzó los 443.078 personas a cierre de 2022. Desde entonces, no se ha vuelto a comunicar ninguna cifra.Indefinido varias vecesLa otra realidad que vive el mercado laboral con los fijos es la que viven una parte de los trabajadores que ven cómo se rompe su relación aun teniendo ese tipo de contratación. Solo en febrero hubo unos 24.000 afiliados que pasaron por esa situación. Así lo muestran los datos del SEPE en una tónica habitual en la que hay más contratos fijos que número de personas con ellos. Esa desproporción revela cómo una parte de las empresas optan por finiquitar la relación, aunque sea de carácter indefinido. Y una rotación de los fijos que se explica también por la no superación de los periodos de prueba (seis meses) de quienes acceden a un puesto fijo pero lo ven liquidado en unas semanas o pocos meses.
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