Se asomó al abismo Juan Ortega: cómo tragó con un toro de esos de enfermería. Loco por calar su piel andaba Pardillo, que hizo hilo desde la salida. Mirón y con esa embestida tan desordenada –recta a veces, metiéndose otras–, el último de la feria invitaba a coger raudo la espada y enviarlo a otra vida. Pero Juan de Triana, valiente y torerísimo, se entretuvo en echar las telas despacio y sublimó el toreo. Ya en el bonito quite por delantales lo hizo, pero en la muleta su dimensión se agigantó. Con pureza le buscó las vueltas, con suavidad frente a las incertezas. Más de un «¡ay!» se escapó en el tendido cuando lo tanteaba por el derecho, por donde parecía no tener ni uno… Y digo parecía porque al final, con el izquierdo ya amasado, se entretuvo en dos tandas diestras de exposición y belleza. En medio, naturales en los que guiaba la embestida hacia delante. Sin milongas, toreando de verdad. Qué complicado fue el de La Ventana y qué bien anduvo el sevillano, que se ganó la oreja de más peso de la tarde con Triana en el corazón y una determinación sin fisuras ante la incertidumbre de Pardillo. Era de los que siembran la duda y Ortega lo estudió, lo esperó, lo entendió y se la jugó con valor para regalar a la memoria oliventina la obra más cara. Mereció la pena la espera, la lluvia y el viento: Juan lo paró todo y salió el sol. Careció de ritmo el tercero, que sangró mucho en varas. Gotearon los detalles de torería, pero lo verdaderamente importante estaba por llegar en una tarde de apenas ¡dos horas! Milagro, milagro.Noticia Relacionada estandar Si El milagro de Illescas fue una delicia de faena de Juan Ortega Alicia P. Velarde Seis orejas se repartieron Talavante, Fernando Adrián y Juan Ortega, pero de muy distinto valorOrtega empató a una oreja con Manzanares, pero no a toreo ni a lote. Vaya dos toros se llevó José María. Dejó lo mejor de su actuación en una tanda al natural al notable primero. Entre pases ‘atelonados’, demasiado poco, pues ese era el pitón del burraco. Con más voces que pañuelos se pidió el trofeo. Pese a los tiempos muertos, tuvo sentido de la medida el alicantino, que no se alargó tampoco con el cuarto, un animal feote que se puso a embestir mientras lo despedía hacia fuera. Feria de Olivenza Coso de Olivenza. Domingo, 9 de marzo de 2025. Tres cuartos de entrada. Toros de Puerto de San Lorenzo (3º y 5º) y La Ventana (1º, 2º, 4º y 6º), correctos de presencia y de juego desigual; mejores 1º, 2º y 4º José María Manzanares, de corinto y oro: estocada tendida (oreja); pinchazo y estocada caída (saludos). Alejandro Talavante, de nazareno y oro: estocada tendida (dos orejas); estocada delantera tendida (saludos). Juan Ortega, de verde oliva y azabache: estocada delantera tendida y descabello (saludos); pinchazo y estocada caída (oreja).Directo al muslo de Talavante se fue el segundo, que luego enseñó su clase y al que el extremeño dio fiesta en una pieza con momentos de inspiración que prolongaron su idilio con Olivenza. Por la puerta grande se marcharía tras desorejarlo, mientras que el otro no podía con su alma y no brindó opción.

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