En pleno eslalon por el abismo para alcanzar los playoffs de la Euroliga, el Madrid se dio un respiro en Bolonia. Vencieron los blancos a la Virtus por abrasión (67-80), con una contundencia que hacía meses que no ejercitaban en el plano continental. Es cierto que los de Ivanovic , penúltimos, dieron unas facilidades obscenas, debilucho su baloncesto y frágil su rostro para encajar golpes. Un panorama que le sentó de maravilla a Garuba , el mejor de los merengues y que parece haber encontrado su punto de forma óptimo. El internacional español fue un torbellino y formó una dupla muy interesante con Tavares de cara a las guerras venideras, potencia interior que, al fin, estuvo respaldada por el acierto de los chicos de Chus Mateo desde la línea de tres. En definitiva, la combinación dio esperanza al Madrid, que suma una victoria de calibre cuando solo quedan cinco jornadas para saber si alcanzará su meta o si, por el contrario, firman una ausencia en las eliminatorias que traerá cola. La próxima final, el jueves contra el Asvel francés. Como en los últimos duelos, Mateo confió en Garuba para el quinteto inicial y el de Azuqueca respondió de maravilla, enérgico su baloncesto como antes de su prematura marcha a la NBA. A su vera, defendía bien el Madrid y solo Tucker , con sus salvajes penetraciones, conseguía abrir brecha en la falange blanca. Seis puntos de los primeros ocho de la Virtus llevaron su firma, aunque los visitantes mandaban con soltura, recuperada su confianza desde la línea de tres (anotaron tres en sus primeros cinco intentos) y con un hambriento Musa que amparaba su ambiciosa presentación. El bosnio, al que incluso le dio tiempo a suministrar a Bruno Fernando bajo el poste, alcanzó los nueve puntos y, cuando acabó el primer cuarto, el Madrid vencía con soltura (30-17). Ivanovic devolvió a sus titulares a pista, intentaba el montenegrino que el duelo no caducase en tiempo récord, pero sus pupilos estaban espesos hasta la saciedad y el Madrid, sin grandes alardes, conseguía mantener viva una ventaja de dobles dígitos. Feliz sumó buenos minutos, siempre intenso el dominicano y cada día que pasa más entonado de cara a canasta. Sus acciones, sin embargo, no eran aisladas. Ibaka, Hezonja, Abalde… Eran muchos los hombres entonados del Madrid , una maquinaria que, tras meses de irregularidades en Europa, al fin funcionaba con eficiencia. Al menos, eso reflejaba el electrónico al descanso (33-50). Noticia Relacionada baloncesto estandar Si 31-21-22, el récord de Jokic nunca visto en la NBA: «Cuando me retire, diré que hice un buen partido» Pablo LodeiroMorían los italianos desde la larga distancia y el Madrid continuaba a lo suyo, que era proteger su aro por intimidación y ser sencillo en el otro lado de la pista. Garuba abrazaba la continuidad, quizás por primera vez en la temporada, e incluso perforaba la red desde las esquinas. Tras un silencio que se hizo infinito, la Virtus hizo acto de presencia y, gracias al liderazgo de Morgan , redujo la diferencia a 13 puntos con un parcial de 12-3. Un breve espejismo que los blancos soterraron a base de canastas hasta el final del plácido encuentro.

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