Cualquier aficionado del Atlético podría pensar que lo había visto todo en los derbis. Que todas las calamidades del pasado, especialmente en la Champions, no podían superarse. Está claro que se equivocaban. El penalti de Julián Álvarez en la tanda decisiva en los octavos ante el Real Madrid pasa a engrosar un puesto preferente en esa lista que ya es larga.Álvarez era el encargado de lanzar el segundo penalti del Atlético. Hasta entonces todo habían sido aciertos. Mbappé, Sorloth y Bellingham. Álvarez encaró al balón para golpear con la derecha, pero mientras le daba a la pelota resbaló, y su pie izquierdo tocó ligeramente al esférico.Noticia Relacionada AT. MADRID – REAL MADRID estandar Si El Metropolitano no fue suficiente Daniel Cebreiro Ambiente memorable en el feudo rojiblanco de inicio a fin, pero de nuevo con sabor amargo ante el MadridÁlvarez acabó en el suelo mientras su trallazo se colaba en la portería de Courtois pegado al larguero. El gol, inicialmente, subió al marcador, pero el VAR avisó poco después al árbitro polaco Marciniak.La revisión fue breve. El penalti no era válido por ese ligero toque con el pie izquierdo. El Atlético se ponía a remolque.Lo que ocurrió después marca lo que históricamente ha ido ocurriendo en la Champions cuando estos dos equipos se han visto las caras. Gol de Valverde, gol de Correa, penalti fallado por Lucas y nuevo error de Marcos Llorente antes de que Rüdiger sellase la clasificación para el Madrid.El Atlético volvía a caer ante el máximo rival. De nuevo, la fatalidad. Esta vez, en forma de penalti absurdo que afectó al mejor jugador rojiblanco de toda la temporada.

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