En una tan maratoniana como apretada jornada de nueve horas, que incluyó dos recesos, Pedro Sánchez solventó su consulta a los grupos parlamentarios (todos salvo Vox, excluido por el propio Gobierno) sobre el aumento del gasto en defensa. Su intención es que los partidos del Congreso de los Diputados no tengan mayor arte ni parte en el asunto, como denunciaron tanto el Partido Popular como los grupos de la izquierda. Especialmente claro a este respecto fue, a media tarde, el único diputado del Bloque Nacionalista Galego (BNG), Néstor Rego, quien dejó claro durante su rueda de prensa en el complejo presidencial que le había preguntado a Sánchez si la subida del gasto militar pasaría por la Cámara Baja y que el presidente le había contestado que no . Los demás no lo presentaron de forma tan tajante pero aceptaron haber salido de La Moncloa con la «sensación» o la «impresión» de que una votación parlamentaria no estaba entre los planes de Sánchez.El presidente no desmintió a Rego más tarde, en una rueda de prensa de casi una hora de duración con tres turnos de preguntas que puso fin a la jornada. «Todas aquellas cosas que tengan que pasar por el Parlamento pasarán por el Parlamento , como no podía ser de otra manera, y otras cosas que tengan más que ver con la gestión del Gobierno de España pues tendrán que ser aceleradas por el Gobierno de España. No hay mucho más debate en esta cuestión», trató de zanjar, tras recordar que un eventual envío de tropas de paz, que el Ejecutivo ha calificado esta misma semana como «prematuro», sí necesitaría por ley del refrendo de las Cortes.La opacidad de Sánchez sobre la manera de llevar a cabo sus planes solo hizo una excepción en el portavoz y próximo presidente del PNV, Aitor Esteban, quien afirmó haber recibido «detalles» sobre cómo efectuar ese aumento del gasto en defensa al que Sánchez ya se comprometió la semana pasada en Bruselas con los socios de España en la Unión Europea, durante la cumbre extraordinaria celebrada con motivo de las negociaciones de paz sobre Ucrania impulsadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contando en primer lugar para ello con el presidente ruso, Vladímir Putin. Esteban, blasonando de una deferencia de la que no habían disfrutado quienes acudieron antes y después de él (algunos como el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, lamentaron esa falta de información) a la cita, afirmó incluso que había «tomado notas», pero no soltó prenda. Fuentes del PNV apuntan a que la vía elegida por el Ejecutivo podría ser la de computar ya como gasto en defensa partidas que hasta ahora no se contaban como tales . Y Sánchez avaló esta teoría en su discurso de última hora, en el que apuntó al gasto en ciberseguridad, a la lucha contra el terrorismo o incluso la amenaza climática como conceptos que podrían incluirse. Esto entra dentro del discurso del Gobierno de envolver el debate en una cuestión de «seguridad global» más allá de la defensa. Todo ello lo sostuvo Sánchez en una prolija intervención en la que presumió de haber estado siempre respaldando al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y en la que denunció una y otra vez el «neoimperialismo» de Vladímir Putin.Durante su comparecencia ante los medios -algo no demasiado habitual en este tipo de rondas, donde la portavoz del Gobierno o algún ministro son los que normalmente dan la respuesta a quienes acuden a reunirse con el presidente- Sánchez esbozó varias tesis para justificar el cambio de paradigma en gasto militar, aunque sin concretar cifras ni plazos.A su juicio, es la hora de que los países nórdicos, que fueron solidarios con España durante la pandemia por la mayor incidencia en nuestro país del Covid, reciban ahora de vuelta esa solidaridad, ya que tienen a Rusia mucho más cerca o en su misma frontera, mientras que la amenaza que sufre España, explicó gráficamente, «no es una Rusia que lleve sus tropas por los Pirineos a la Península Ibérica». « Nuestra amenaza cuando hablamos de Rusia es más híbrida . Es una amenaza en la que hay ciberataques, y por lo tanto lo que tenemos que hacer es no hablar solamente de defensa, sino de seguridad», argumentó.EuropaSánchez, igualmente, dijo «aplaudir» el compromiso de la presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen , con el aumento de las capacidades en defensa. Y aseveró que «si concebimos, como creo que todos debemos concebir, la seguridad y la defensa europea como un bien público europeo, encontrar mecanismos comunes de financiación que mejoren las capacidades de disuasión de la Unión Europea para amenazas tan ciertas y reales para el frente oriental como la Rusia neoimperalista de Putin », reiteró.El presidente, que durante sus contactos con los grupos tuvo que escuchar duras acusaciones de sus aliados más a la izquierda – «un Gobierno de señores de la guerra», dijo en Moncloa la exministra y líder de Podemos Ione Belarra – llegó a calificar de «positivo» el acercamiento reciente entre Washington y Moscú, si bien volvió a reclamar que tanto la UE como la propia Ucrania formen parte «de la ecuación» de las futuras negociaciones de paz. El líder del PSOE pidió dar a Kiev «garantías de seguridad» para que Rusia «no tenga tiempo de rearmarse» y protagonizar otro ataque en suelo ucraniano o «en otros suelos y otros territorios de la vecindad este y oriental de Europa», precisó. El jefe del Gobierno añadió que esas garantías «tienen que darse por parte de la comunidad internacional» , y que «parecen lógicas» dados algunos precedentes, entre los que citó expresamente la anexión ilegal de la península de Crimea por parte de Putin en 2014. Fue ese el año, precisamente, en que Sánchez llegó a la secretaría general del PSOE, y cuando en sus inicios como jefe de la oposición llegó a defender públicamente la supresión del Ministerio de Defensa. El cambio de planteamiento salta a la vista.Noticia Relacionada estandar No Albares acusa a Feijóo de «no estar a la altura» tras la reunión con Sánchez para abordar el aumento de la inversión militar A su juicio, el líder del PP ha preferido hacer una oposición «de desgaste» al Gobierno en lugar de ejercer la «oposición de Estado» que el momento actual requiereEl cambio de paradigma mundial es el que, según Sánchez, justifica ahora el aumento del gasto en defensa. Ya asumió en 2022 el compromiso de llegar al 2% del Producto Interior Bruto (PIB) en inversión militar en 2029 y ahora el anuncio es acelerar ese incremento, aunque sin detallar cuándo quiere alcanzarlo. La fecha dijo ayer que no la desvelará tampoco en la comparecencia que tiene prevista en el Congreso el próximo 26 de marzo y señaló un amplio plazo para dar más detalles: la cumbre de la OTAN de finales del mes de junio de La Haya.En cualquier caso, sostuvo que no se trata de gastar más sino de «gastar mejor» y trató de ensalzarlos reportes que este esfuerzo conllevará a la economía española. «También es una oportunidad para España -reivindicó-. El compromiso en seguridad y defensa va a ser un compromiso por la industria y la tecnología de nuestro país».Todo con un discurso orientado a aplacar a sus aliados. «No vamos a entrar en una carrera armamentística, no voy a participar discurso belicista» , dijo hablando de nuevo de solidaridad con los aliados y «oportunidad» económica.

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